Dios, el ¨²ltimo comod¨ªn de las elecciones en Brasil
La ¨²ltima pelea entre Lula y Bolsonaro es por el voto religioso: el 90% de los 150 millones de votantes registrados en el pa¨ªs
Las elecciones presidenciales que se celebrar¨¢n dentro de unas semanas en Brasil y en las que tienen puestos los ojos el resto de los pa¨ªses democr¨¢ticos presentan ya dos certezas: la primera es que ser¨¢n disputadas entre el presidente Jair Bolsonaro, de extrema derecha, y el expresidente Lula da Silva, que ha recogido desde la izquierda a la derecha democr¨¢tica. Juntos acaparan cerca del 90% de los votos, seg¨²n todos los sondeos de los ¨²ltimos d¨ªas...
Las elecciones presidenciales que se celebrar¨¢n dentro de unas semanas en Brasil y en las que tienen puestos los ojos el resto de los pa¨ªses democr¨¢ticos presentan ya dos certezas: la primera es que ser¨¢n disputadas entre el presidente Jair Bolsonaro, de extrema derecha, y el expresidente Lula da Silva, que ha recogido desde la izquierda a la derecha democr¨¢tica. Juntos acaparan cerca del 90% de los votos, seg¨²n todos los sondeos de los ¨²ltimos d¨ªas. La segunda es que las elecciones las decidir¨¢ la religi¨®n.
De ah¨ª el que ambos candidatos est¨¦n poniendo todos sus esfuerzos en ganarse los votos de los cat¨®licos y evang¨¦licos, que juntos suponen el 90% de los 150 millones de brasile?os con derecho a voto. Bolsonaro que Lula est¨¢n enzarzados en demostrar que es dios quienes les gu¨ªa, mientras intentan diferenciar a sus respectivos dioses. El de Bolsonaro es el Dios de la ira y la venganza, o como ha escrito mi amigo el te¨®logo, Juan Jos¨¦ Tamayo, es el del ¡°cristoneofascismo y de la necropol¨ªtica¡±. Mientras que Lula, que es cat¨®lico, se esfuerza por demostrar que su Dios es el de los desvalidos y el de la paz.
En ninguna otra elecci¨®n, como en esta, la b¨²squeda del voto de los creyentes ha aparecido con tanta fuerza. Bolsonaro y los suyos lo aclaman como mes¨ªas y ¡°escogido por Dios¡± para, como dice ¨¦l mismo, ¡°vencer al mal con el bien¡±, en el que el mal ser¨ªa la izquierda y el bien la derecha neofascista y el Dios del odio y la venganza.
Lo que menos cuenta en estas elecciones son los programas de los candidatos. Ni los han presentado. El tema de la religi¨®n. Bolsonaro se empe?a en presentarse como el elegido por Dios para salvar a Brasil de las garras de un comunismo que ser¨ªa el mal y para poner los ojos en el Dios vengativo del Antiguo Testamento, le¨ªdo en los miles de templos evang¨¦licos, mientras que Lula se esfuerza por presentarse como creyente seguidor del Dios del perd¨®n y de la fraternidad. Bolsonaro se inspira m¨¢s bien en el Viejo Testamento, en el que en el libro de Nahum, 1, 2 se lee: ¡°Dios celoso y vengador es el Se?or. Vengador e irascible, el que se venga de sus adversarios y guarda rencor a sus enemigos¡±, o en el libro del Lev¨ªtico: ¡°Y traer¨¦ sobre vosotros una espada que ejecutar¨¢ venganza, y ejecutar¨¢ venganza y enviar¨¦ pestilencia para que se¨¢is entregados en manos del enemigo¡±.
En rechazo, solo una peque?a minor¨ªa de los millones de evang¨¦licos han huido a los brazos de Lula, con la esperaza de entablar un di¨¢logo para presentar lo que se ha llamado ¡°la otra cara de Dios¡±. Ser¨ªa el Dios del perd¨®n, el compasivo, el que rechaza la doctrina del ojo por ojo y est¨¢ siempre dispuesto a perdonar.
Ha sido as¨ª como Lula se ha presentado el viernes pasado en un encuentro hist¨®rico en R¨ªo de Janeiro con un grupo de pastores y fieles evang¨¦licos que intentan distinguirse de la pol¨ªtica violenta de Bolsonaro. El candidato progresista se ha presentado como la otra cara del Dios de Bolsonaro, el del Nuevo Testamento. Acusado por los bolsonaristas de que si ganara las elecciones cerrar¨ªa todas las iglesias evang¨¦licas, les dijo muy emocionado: ¡°Dudo mucho que ning¨²n otro haya garantizado la libertad de abrir una iglesia y de practicar la propia fe como yo lo he hecho siempre. ?Qu¨¦ por qu¨¦ lo he hecho? Porque he entendido que el Estado no tiene que tener una religi¨®n, el Estado tiene que garantizar el derecho de crear todas las iglesias que se deseen¡±.
Para hacer frente a la cr¨ªtica de que los candidatos asisten a las ceremonias de todos los credos en busca de consensos, Lula les confes¨®: ¡°Jam¨¢s he ido a una iglesia en busca de votos, si no a manifestar mi fe¡±. Y a?adi¨®: ¡°Cuando el ciudadano va a la Iglesia, va a manifestar su fe y su espiritualidad, es el momento en que se habla con Dios y no se juega con la pol¨ªtica¡±.
Lula y los otros candidatos progresistas que lo acompa?aban se esforzaron en halagar a los evang¨¦licos dici¨¦ndoles: ¡°Vosotros ten¨¦is lo que Brasil m¨¢s necesita: el creer en el ser humano sin importaros el color, la religi¨®n, el sexo¡±. Lula les confi¨® que su madre, abandonada por su marido, tuvo que luchar para poder alimentarle a ¨¦l y a sus ocho hermanos y que lo que siempre la confort¨® fue su fe en Dios.
Lula, que sue?a con poder ganar las elecciones el pr¨®ximo 2 de octubre en la primera vuelta, cuenta con la mayor¨ªa de los votos cat¨®licos y busca tentar a los evang¨¦licos que le dan la espalda. La famosa tercera v¨ªa, la de un candidato del centro para evitar el duelo entre Bolsonaro y Lula, se ha esfumado. La ¨²nica inc¨®gnita es la de aquellos que hab¨ªan votado en Bolsonaro descontentos con los gobiernos de la izquierda debido a las acusaciones por corrupci¨®n, y de unos pol¨ªticos preocupados sobre todo en enriquecerse. Ahora, por una curiosa iron¨ªa, se ven arrastrados a votar de nuevo en Lula. Y muchos lo har¨¢n no por convicci¨®n, sino para evitar la permanencia en el poder de un presidente que traicion¨® todas sus promesas y deja al pa¨ªs no solo empobrecido y dividido por el odio pol¨ªtico, sino con la peor imagen en el exterior desde la dictadura a hoy.
Y el Brasil que se jactaba de que Dios era brasile?o hoy se ve envuelto en una pol¨ªtica de desgarro social en el que los dioses de todos los colores est¨¢n siendo movilizados por los unos y los otros en aras de sus intereses pol¨ªticos. Mientras Bolsonaro cuenta con los votos de la mayor¨ªa de los ricos y grita su eslogan de ¡°Dios sobre todas las cosas¡±, Lula proclama arrodill¨¢ndose ante los evang¨¦licos que su Dios es el del perd¨®n y el de los hambrientos y desempleados. Y hay hasta quien satiriza cu¨¢l de los dos dioses ganar¨¢ las lecciones. ?Y los programas y las promesas de recrear un nuevo Brasil despu¨¦s de la tormenta de estos cuatro a?os de pol¨ªticas destructivas? Ah, eso puede esperar.
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