La agria batalla entre Lula y Bolsonaro por el coraz¨®n (y el voto en 2022) de los cristianos evang¨¦licos
Las encuestas se?alan que el presidente ultraderechista pierde apoyo en favor de su rival en el sector que se le consideraba m¨¢s leal
¡°Rezo oraciones por Bolsonaro a diario. Esa pandemia no tiene nada que ver con el Gobierno, y cuando surgi¨® cre¨ªamos que fuera cosa del apocalipsis¡±, dice una se?ora, que pide no identificarse, al salir de un culto evang¨¦lico en Baixada do Glic¨¦rio, un barrio obrero en la zona c¨¦ntrica de la ciudad brasile?a de S?o Paulo. En un tono elogioso, menciona que el presidente Jair Bolsonaro es evang¨¦lico ¡ªen realidad, fue bautizado en la fe cat¨®lica¡ª y comparte los mismos valores que ella. A su lado, una amiga escucha atentamente y asiente. Pero, al final, confiesa: ¡°El a?o que viene voto por Lula¡±.
Testimonios como estos, a veces contradictorios y que se inclinan hacia dos espectros pol¨ªticos radicalmente opuestos, no son ins¨®litos. A poco m¨¢s de un a?o de las elecciones de 2022, la entrada del expresidente Luiz In¨¢cio Lula da Silva (Partido de los Trabajadores, PT) en la carrera al Palacio del Planalto ¡ªdespu¨¦s de que el Tribunal Supremo anulase sus condenas por corrupci¨®n¡ª amenaza al ultraderechista Bolsonaro incluso en el sector que se considera ampliamente como el m¨¢s leal al actual mandatario: los cristianos evang¨¦licos. Son unos 30% de los m¨¢s de 210 millones de brasile?os. En 2018, votaron en un 70% por el candidato de derechas que, durante la campa?a. llev¨® el debate pol¨ªtico al campo moral, al centrar su discurso en los valores de la familia cristiana conservadora, en contraposici¨®n a unas izquierdas m¨¢s preocupadas por los derechos de las minor¨ªas.
Sin embargo, seg¨²n algunos analistas, la exitosa f¨®rmula de 2018 puede no ser suficiente para 2022. El coronavirus ha matado ya a m¨¢s de 500.000 brasile?os y elevado la tasa de desempleo a un nivel superior al 14%. El hambre vuelve a asolar los hogares, mientras la inflaci¨®n consume los parcos ingresos de estos tiempos tan duros. Mientras tanto, la vacunaci¨®n contra la covid-19 camina muy despacio a ra¨ªz de los errores cometidos por el gobierno de Bolsonaro, con su gesti¨®n err¨¢tica y negacionista de la crisis sanitaria. Por ello, es probable que el debate en la pr¨®xima campa?a presidencial se centre en temas como la sanidad y la econom¨ªa. ¡°El Brasil post-pand¨¦mico ser¨¢ el caos. Muchos comerciantes bajaron sus persianas y la econom¨ªa no va a mejorar¡±, opina Kaiala dos Santos, de 25 a?os, asidua de la iglesia evang¨¦lica Asamblea de Dios.
Dos Santos trabajaba como cajera en una tienda de comida r¨¢pida hasta comienzos de 2021, cuando fue despedida y se sum¨® a la masa de parados. ¡°Los ¨²nicos que est¨¢n contentos hoy en Brasil son los ricos¡±, asegura. Sin trabajo y embarazada, fue a vivir en casa de una correligionaria de su iglesia, junto a sus dos hijas, de 7 y 3 a?os. Cree que Bolsonaro ¡°hizo bromas con la pandemia¡± y no ve un horizonte f¨¢cil. Pero ya sabe c¨®mo votar¨¢ en 2022: ¡°Dicen que Bolsonaro nos dio la ayuda de emergencia [por la pandemia], pero Lula o cualquier diputado har¨ªan lo mismo en esa situaci¨®n¡±, explica. ¡°Bolsonaro puede incluso aumentar el [programa de ingreso m¨ªnimo] Bolsa Familia, pero el pueblo sabe que fue Lula quien lo cre¨®¡±, zanja.
Una visi¨®n diferente tiene Simone Pereira, otra fiel de la Asamblea de Dios. Respalda el discurso oficial del Gobierno al decir que la econom¨ªa estaba empezando a mejorar antes de la pandemia. ¡°La econom¨ªa va mal ahora, pero el Gobierno no tiene nada que ver con eso. En cuanto se acabe la pandemia, las cosas volver¨¢n a mejorar¡±, opina. Como trabajadora del comercio, vivi¨® de cerca el vaiv¨¦n en las medidas de restricci¨®n y la consecuente p¨¦rdida de clientes y facturaci¨®n. Lamenta el n¨²mero elevado de parados ¨C unos 15 millones ¨C, pero tambi¨¦n espera m¨¢s ofertas de trabajo el pr¨®ximo a?o. ¡°Con eso creo que la popularidad de Bolsonaro volver¨¢ a subir tambi¨¦n¡±, a?ade.
La disputa en 2022 se prev¨¦ re?ida. La ¨²ltima encuesta de la empresa Ipec, publicada el pasado 25 de junio, mostr¨® a Lula con un tranquilo liderazgo del 49% de las preferencias y posibilidades de ser elegido sin necesidad de segunda vuelta. Adem¨¢s, entre el electorado evang¨¦lico el expresidente aparece nueve puntos por delante de Bolsonaro: un 41% para el candidato de PT, contra un 32% del actual mandatario sin partido. Ya otra encuesta, llevada a cabo por la sociedad Atlas Pol¨ªtico, que tiene una metodolog¨ªa diferente, se?al¨® en una investigaci¨®n demosc¨®pica hecha para EL PA?S el pasado 7 de junio que Bolsonaro todav¨ªa se mantiene muy por delante del expresidente entre el electorado evang¨¦lico. Mientras el primero marca un 54% de los votos v¨¢lidos en la primera vuelta, Lula obtiene un 31%, y los dem¨¢s electores se reparten entre otros posibles candidatos. ¡°Hay un deterioro general del Gobierno, incluso en el seno de los evang¨¦licos. Pero siguen siendo el grupo con lo cual el presidente tiene m¨¢s di¨¢logo¡±, explica Andrei Roman, director ejecutivo de la encuestadora Atlas. ¡°Si Bolsonaro no alcanza con retener ni a los evang¨¦licos, entonces todo estar¨¢ perdido para ¨¦l¡±, a?ade.
Ese es un punto central, que ya obliga los principales candidatos a mover ficha. El pasado lunes, 21 de junio, el precandidato a presidente por el Partido Dem¨®crata Laborista (PDT), Ciro Gomes, grab¨® un v¨ªdeo de dos minutos exaltando los valores cristianos y c¨®mo la pol¨ªtica se debe guiar por ellos. Con la Biblia en una mano y la Constituci¨®n en la otra, record¨®: ¡°Brasil es una Rep¨²blica laica, pero estos dos libros no son incompatibles.¡± Dos d¨ªas despu¨¦s, tras vencer otra batalla en el Supremo Tribunal Federal, que confirm¨® la anulaci¨®n de las sentencias del exjuez Sergio Moro contra el expresidente, toc¨® a Lula dejar su mensaje dedicado al p¨²blico cristiano. En su perfil de Twitter, escribi¨®: ¡°Dios estuvo a todo momento en las cosas que he vivido; incluso en mi prisi¨®n¡±. M¨¢s adelante, dispar¨® contra el actual presidente: ¡°Si Dios simboliza el amor, la fraternidad y la bondad, Bolsonaro no puede ser un enviado de Dios¡±.
El pastor Edson Rebustini, de la Iglesia B¨ªblica de la Paz, ve dif¨ªcil revertir el apoyo de los evang¨¦licos a Bolsonaro. Se?ala dos motivos b¨¢sicos para que sigan respaldando al presidente. ¡°Creo en ¨¦l como un pol¨ªtico sincero, una persona honesta. A veces ¨¦l desorbita, tira unas palabrotas, habla lo que a la gente no le gusta escuchar, pero ¨¦l es as¨ª¡±, argumenta. ¡°Adem¨¢s de la integridad, los evang¨¦licos lo apoyan mucho a ra¨ªz de sus valores conservadores, en pro de la familia¡±. Por ser tambi¨¦n el presidente del Consejo de Pastores de S?o Paulo y tener contacto con l¨ªderes de todo el Estado, cree que su opini¨®n es compartida por la amplia mayor¨ªa de los evang¨¦licos. ¡°Son m¨¢s de 600 municipios, y un 99,99% de las personas que oigo est¨¢n dispuestas a votar a Bolsonaro otra vez¡±, explica.
Pese a ese apoyo, ¨¦l no se dice bolsonarista, porque, asegura, no apoya al presidente cuando se equivoca. ¡°Las izquierdas solo defienden a quien tambi¨¦n es de izquierdas¡±, se?ala. Discrepa de Bolsonaro, por ejemplo, cuando disuade del uso de mascarillas o elogia al expresidente Fernando Collor. ¡°Pero las izquierdas hoy defienden temas que los evang¨¦licos no apoyan¡±, a?ade, en referencia, sobre todo, al conservadurismo de ese electorado y su postura contraria a asuntos como el aborto.
La estrategia del PT
El Partido de los Trabajadores sabe que parte de su estrategia para 2022 pasa por entender las numerosas demandas de los electores evang¨¦licos y por tender puentes hacia ellos. No es un problema nuevo para el partido. Ya en 1989, cuando Lula disput¨® la presidencia por primera vez, la Iglesia Universal del Reino de Dios, del obispo Edir Macedo, uno de los mayores cultos evang¨¦licos de Brasil, asoci¨® la imagen del candidato izquierdista a un anticristo. La cercan¨ªa con ese electorado solo vendr¨ªa en la segunda vuelta de las elecciones de 2002, para ganar a¨²n m¨¢s fuerza en los a?os siguientes, en las disputas en las urnas de 2006 y 2010, cuando los evang¨¦licos le entregaron al PT la mayor¨ªa de sus votos. Fue en ese per¨ªodo tambi¨¦n que el bloque parlamentario evang¨¦lico gan¨® fuerza y expresi¨®n nacional. El matrimonio lleg¨® a su fin en las elecciones de 2014, cuando se difundieron rumores de que el gobierno de Dilma Rousseff estaba preparando materiales de informaci¨®n sobre la homosexualidad en las escuelas, el llamado kit gay. En aquel a?o, m¨¢s de un 50% del electorado evang¨¦lico apoy¨® al socialdem¨®crata A¨¦cio Neves contra Rousseff, quien, sin embargo, result¨® reelegida.
3 - Deus esteve em cada momento nas coisas que vivi. Inclusive na minha pris?o. Aquilo pra mim foi uma prova??o de f¨¦. Hoje foi consolidada a vota??o no STF que definiu o Moro parcial nos meus processos.
— Lula 13 (@LulaOficial) June 24, 2021
Desde entonces, la distancia entre el PT y los evang¨¦licos no ha hecho m¨¢s que crecer. Pese a ello, Lula dej¨® la prisi¨®n en noviembre de 2019 explicando que, al largo de los 580 d¨ªas en que estuvo detenido en los calabozos de la Polic¨ªa Federal en Curitiba, ve¨ªa programas religiosos en los canales abiertos de televisi¨®n y hab¨ªa llegado a entender la capacidad de convencimiento de sus l¨ªderes. El expresidente est¨¢ adem¨¢s reiterando en entrevistas que las izquierdas tienen que volver a entenderse con ese segmento, un prop¨®sito liderado por personas de su partido como la diputada federal Benedita da Silva, exgobernadora de Rio de Janeiro, y Andr¨¦ Ceciliano, presidente de la Asamblea Legislativa del mismo estado. Durante una visita a Rio de Janeiro a principios de junio, Lula mantuvo un encuentro (que no se hizo p¨²blico) con Manoel Ferreira, obispo principal de la poderosa Asamblea de Dios de Madureira, seg¨²n inform¨® el diario Folha de S. Paulo. La reuni¨®n ocurri¨® en una finca rural de Ceciliano, con la presencia de Benedita y la presidenta nacional del PT, la diputada Gleisi Hoffmann. Seg¨²n Folha, Lula manifest¨® su deseo de tener a un evang¨¦lico como compa?ero de candidatura, pero el obispo, de 89 a?os, le contest¨® que esa misi¨®n deber¨ªa corresponder a su hijo Samuel Ferreira, qui¨¦n hoy comanda la Asamblea de Dios de Madureira y apoya a Bolsonaro.
Otro pol¨ªtico que tambi¨¦n est¨¢ contribuyendo en el acercamiento a los evang¨¦licos en el Estado de R¨ªo, base electoral del clan Bolsonaro, es el alcalde de la ciudad de Maric¨¢, Washington Quaqu¨¢. ¡°Un 50% de nuestros afiliados son evang¨¦licos, gente del pueblo, de la periferia. Con eso ya habr¨ªa bastante para formar una iglesia, una de las mayores de Brasil¡±, explica. Y sigue: ¡°Defiendo que organicemos nuestra base evang¨¦lica, como hicimos con el movimiento sindical y el movimiento de los sin-tierra en la d¨¦cada de los ochenta, en una teolog¨ªa solidaria, verdaderamente cristiana¡±, propone.
?Y c¨®mo podr¨ªa darse tal organizaci¨®n? ¡°Adem¨¢s de la discusi¨®n de las necesidades pr¨¢cticas de la vida, de las pautas econ¨®micas, Cristo era m¨¢s pr¨®ximo de las tesis colectivas, distributivas y de la tolerancia que de su contrario. Pero ¨¦sa es una discusi¨®n que el PT a¨²n no abraz¨®¡±, argumenta. Quaqu¨¢ tambi¨¦n opina que la sociedad ha cambiado y que las iglesias evang¨¦licas igualmente representan un espacio de socializaci¨®n, como fueran en los ochenta las comunidades de base de la Iglesia cat¨®lica. ¡°Hace falta que rescatemos una teolog¨ªa cristiana generosa, colectiva, tolerante, para contender la hegemon¨ªa cultural de las clases populares. Solo la derecha lo hace¡±, concluye.
?Recuerdos de bonanza o de corrupci¨®n?
Otro ingrediente que tiene muchas posibilidades de desempe?ar un papel en las elecciones de 2022 es la memoria. ¡°Antes, yo ten¨ªa acceso a muchas cosas y pod¨ªa comer. Hoy un saco de arroz vale 30 reales [unos 5 euros], el aceite y las alubias salen a 10 reales¡±, se queja Kaiala dos Santos. La calidad de vida tambi¨¦n se deterior¨® mucho para Marcos Xavier, de 35 a?os y asiduo de la iglesia Dios es Amor. Hace poco m¨¢s de 10 a?os, ¨¦l viv¨ªa en Alagoas, su Estado natal, en el noreste de Brasil, y con su trabajo llegaba a cobrar unos 6.000 reales (1.000 euros al cambio actual) al mes. ¡°Antes ten¨ªamos cr¨¦dito, pudimos comprar a plazos un coche kil¨®metro cero. As¨ª tambi¨¦n financi¨¦ una tienda¡±, recuerda. Hoy, tras tener algunos problemas familiares y otros relacionados con el consumo de alcohol y drogas, trabaja como vendedor ambulante y vive en un centro de acogida del Ayuntamiento.
En 2018, Marcos dio su voto a Bolsonaro. ¡°Al menos ¨¦l no est¨¢ envuelto en ning¨²n caso de corrupci¨®n. S¨¦ que su hijo [el senador Flavio Bolsonaro] est¨¢ envuelto en la rachadinha [desv¨ªo de sueldos de asesores parlamentarios], pero no tiene nada que ver con el Gobierno. Es un hombre adulto¡±, argumenta ¨¦l en defensa del actual presidente. Por otro lado, reclama que Bolsonaro ha tratado de ¡°gobernar solo¡±. Para 2022, buscar¨¢ sobre todo experiencia. ¡°Votar¨¦ a Lula, creo que tiene m¨¢s picard¨ªa, sabe hablar con diputados y senadores para obtener lo que es mejor¡±, a?ade el hombre, revelando el pragmatismo de un electorado complejo y diverso, que compone las clases sociales m¨¢s bajas y presenta demandas que sobrepasan el espacio de la iglesia que frecuentan.
El pastor Edson tambi¨¦n cree, as¨ª como Simone, que la econom¨ªa tendr¨¢ resultados positivos el a?o que viene y que eso se reflejar¨¢ en la popularidad de Bolsonaro. ¡°?Lula cogi¨® una fase buena, eh?¡±, dice. Sin embargo, apunta a otro tipo de memoria: las denuncias de corrupci¨®n durante los gobiernos del PT. ¡°No nos debemos olvidar de lo que pas¨® hasta hace poco¡±, defiende. Recuerda que responsables de finanzas e importantes l¨ªderes del PT, como el mismo Lula, estuvieron en la c¨¢rcel. ¡°El listado es largo. ?C¨®mo voy a querer qu¨¦ vuelvan al poder? Nuestra alternativa es Bolsonaro, porque no queremos que vuelva la corrupci¨®n¡±. Preguntado sobre las sospechas de actos il¨ªcitos que recaen sobre ministros del Gobierno y del senador Flavio Bolsonaro, asegura defender que todos sean investigados.
El voto del evang¨¦lico
El polit¨®logo Vinicius Valle, doctor por la Universidad de S?o Paulo y autor de Entre a religi?o e o lulismo (editorial Recriar) (Entre la religi¨®n y el lulismo), explica que el electorado evang¨¦lico tiene prioridades distintas en las elecciones para puestos legislativos o ejecutivos. En el primer caso, vale m¨¢s la l¨®gica de buscar a un igual, con los mismos valores. ¡°La iglesia est¨¢ muy cerca de las personas. Y es en medio de esa fuerte socializaci¨®n que surgen los candidatos evang¨¦licos. Est¨¢n all¨ª, en su comunidad, circulando y dej¨¢ndose ver como personas de un universo pr¨®ximo¡±, explica. Para el poder Ejecutivo, sin embargo, la l¨®gica es buscar a alguien que pueda administrar a la sociedad como un todo y manejar cuestiones como econom¨ªa y trabajo. ¡°Por la cuesti¨®n econ¨®mica, los evang¨¦licos tienden a alejarse de Bolsonaro. Est¨¢n sufriendo con falta de empleo, tienen su vida material afectada. Hay un esfuerzo del presidente de alejarse [de esos problemas], pero est¨¢ cada vez m¨¢s dif¨ªcil mantener esa narrativa¡±, argumenta Valle.
Otra cuesti¨®n en juego es que Lula, por su capacidad de comunicaci¨®n y su historia, puede ¡°subvertir¡± la brecha izquierda/derecha e ir m¨¢s all¨¢ de su campo ideol¨®gico, seg¨²n Valle. ?Pero c¨®mo van a reaccionar los pastores frente a sus fieles que prefieren al candidato del PT? ¡°Una cosa es el pastor famoso, otra es el pastor all¨¢ del barrio. Las iglesias tienen la capacidad de moldearse a la realidad local, de ofrecer un tipo de discurso, un tipo de culto¡±, explica. ¡°Si un pastor le habla a un fiel que cambi¨® su discurso o que recibe el [programa] Bolsa Familia, no quiere asumir el riesgo de perder a aquel fiel. Es un mercado religioso¡±, se?ala.
Por otra parte, la antrop¨®loga Jacqueline Teixeira, doctora en antropolog¨ªa social e investigadora del N¨²cleo de Antropolog¨ªa Urbana de la Universidad de S?o Paulo, entiende que el sentimiento de rechazo al PT seguir¨¢ fuerte en el sur y sureste de Brasil, sobre todo en zonas como el interior de S?o Paulo, poco marcado por gobiernos locales progresistas en comparaci¨®n, por ejemplo, a la capital del mismo estado. ¡°En esos lugares, aunque las personas le den la espalda a Bolsonaro, no necesariamente est¨¢n pensando en Lula¡±, afirma.
Otro lastre para las izquierdas son las llamadas pautas morales o identitarias, como el matrimonio homosexual y el feminismo. ¡°Esa pauta de las moralidades, que ya ten¨ªan fuerza en el ¨¢mbito legislativo, entr¨® con todo en el Ejecutivo. Como es una gram¨¢tica que construye entorno pol¨ªtico, hay probabilidades de que eso siga y comparta el escenario con los temas de salud, econom¨ªa o educaci¨®n¡±, explica. Para esos casos, a?ade Quaqu¨¢, para el dirigente del PT en Rio, valen una vez m¨¢s las ense?anzas de Jes¨²s: ¡°El evang¨¦lico puede discrepar, pero si ¨¦l se gu¨ªa por el Nuevo Testamento y por la ense?anza de Cristo, tiene que respetar¡±, argumenta. Y dispara contra los l¨ªderes evang¨¦licos: ¡°Lo que hacen Silas Malafaia [de la Asamblea de Dios], Macedo [de la Universal del Reino de Dios] y esos farsantes es pisotear el Nuevo Testamento y reafirmar el Viejo. Olvidan que Cristo vino al mundo para establecer un nuevo paradigma religioso¡±.
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