No temas el futuro
¡°Muy breve y trabajosa es la vida de quienes olvidan el pasado, descuidan el presente y temen el futuro¡±, escribi¨® S¨¦neca. Una aplicaci¨®n de la m¨¢xima a la UE entre nacionalismo, desgarro social y plagas globales
En el ensayo breve titulado Sobre la brevedad de la vida, S¨¦neca escribe: ¡°Muy breve y trabajosa es la vida de quienes olvidan el pasado, descuidan el presente y temen el futuro¡±. Dos milenios despu¨¦s, la observaci¨®n sigue mereciendo atenci¨®n. ?Qu¨¦ reflexiones estimular¨ªa si aplicada a la Uni¨®n Europea?
Pasado. De las muchas lecciones del pasado que conviene no olvidar, ninguna probablemente importe m¨¢s que la del nacionalismo y a qu¨¦ consecuencias conduce. El continente lo ha comprobado una y otra vez a trav¨¦s de los siglos. Vivimos un tiempo extra?o en ese sentido: con e...
En el ensayo breve titulado Sobre la brevedad de la vida, S¨¦neca escribe: ¡°Muy breve y trabajosa es la vida de quienes olvidan el pasado, descuidan el presente y temen el futuro¡±. Dos milenios despu¨¦s, la observaci¨®n sigue mereciendo atenci¨®n. ?Qu¨¦ reflexiones estimular¨ªa si aplicada a la Uni¨®n Europea?
Pasado. De las muchas lecciones del pasado que conviene no olvidar, ninguna probablemente importe m¨¢s que la del nacionalismo y a qu¨¦ consecuencias conduce. El continente lo ha comprobado una y otra vez a trav¨¦s de los siglos. Vivimos un tiempo extra?o en ese sentido: con enormes pasos de integraci¨®n en la UE, desde la mancomunizaci¨®n de la deuda a la construcci¨®n de aut¨¦nticas pol¨ªticas sanitarias o energ¨¦ticas comunes; mientras, en paralelo, poderosas convulsiones de instinto nacionalista nos sacuden. El Brexit y su desgarro, la victoria del nacionalismo de Giorgia Meloni en Italia u otros instintos de ego¨ªsmo puntuales, y por tanto menos dram¨¢ticos, pero insidiosos, como los planes de Alemania de ofrecer subsidios por valor de hasta 200.000 millones de euros ante la crisis energ¨¦tica, una suma con visos de alterar la justa competencia en el mercado interior.
Presente. Ser¨¢ preciso atender a fondo las causas que justifican, en buena medida, el voto a propuestas extremas, de un color u otro, en esta fase. En muchos casos hay una leg¨ªtima frustraci¨®n de un sistema globalizado y precario que no funciona igual para todos. Es precisa mayor justicia social, que significa servicios p¨²blicos de calidad que garanticen formaci¨®n y protecci¨®n adecuadas, estabilidad en el mercado laboral y muchas otras cosas. A los de arriba les conviene entender que va incluso en su propio inter¨¦s mantener la cohesi¨®n con los de abajo.
Cuidar el presente es, tambi¨¦n, por supuesto, culminar con esp¨ªritu constructivo la respuesta solidaria a la guerra lanzada por Rusia ¡ªla cumbre de Praga muestra que no es siempre f¨¢cil¡ª, y cuajar finalmente las reformas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento y del sistema migratorio.
Pero cuidar el hoy es, adem¨¢s, recordar en todo momento que, con todos sus l¨ªmites, las sociedades de la UE representan un entorno de vida pr¨¢cticamente insuperable. Tantos huyen de Rusia; ?qui¨¦n quiere vivir en China hoy? Y cuidar el hoy es no olvidar, como nos dice Praga, que nosotros estamos entre los 44, son otros que son dos; que somos un ejemplo para tantos. Disfrutemos de lo extraordinario de nuestras cualidades; seamos conscientes de nuestro poder de atracci¨®n y seducci¨®n.
Futuro. Trabajar hoy para preparar un mejor ma?ana es de sabios. Pero ni se puede desperdiciar, o incluso aniquilar el presente porque se teme el futuro, convirti¨¦ndolo en una mera operaci¨®n de prevenci¨®n de posibles da?os, lo que es una l¨¢stima absoluta. Ni tampoco se puede renunciar a grandes objetivos porque se temen fracasos venideros. Dif¨ªcilmente nacen del miedo cosas de las que estar orgullosos. A menudo lo que hay no es suficiente, no est¨¢ bien. Entonces hay que salir del puerto, aunque suponga un desgarro, una melancol¨ªa. Ah¨ª fuera est¨¢ la Europa de la Defensa, necesaria. Y la Europa ampliada, justa con tantos millones de europeos.
Y nosotros. Pero, claro, las palabras de S¨¦neca iban dirigidas a individuos, no a instituciones. Muy dif¨ªcil recordar el pasado en su justa medida en tiempos dif¨ªciles como estos: por un lado, se abre el barranco de la nostalgia de momentos tersos; por el otro, el abismo de la cancelaci¨®n en el impulso de construir algo nuevo. Qu¨¦ arduo disfrutar del presente, en medio de obligaciones, retos y heridas, sin ser un irresponsable. Qu¨¦ arrojo para no temer el futuro, en medio de tantas y grandes plagas, nubes en el horizonte, problemas sin soluci¨®n clara a la vista. Pero al menos se puede empezar pregunt¨¢ndonos: ?y si lo que queda de hoy mismo fuera el inicio de algo mucho mejor?