Momento TikTok de Nadia Calvi?o
La economista liberal acert¨® con el tono para evidenciar lo que parece dif¨ªcilmente discutible: durante esta legislatura imposible se ha construido un escudo que preserva la paz social en Espa?a gracias a nuestra pertenencia a la Uni¨®n
No es nada f¨¢cil luchar contra la revoluci¨®n reaccionaria. El miedo al futuro es palpable cuando al repasar el tique del supermercado se constata que m¨¢s es menos y uno va asumiendo que este invierno le tocar¨¢ ahorrar pasando fr¨ªo en casa. Lo escrib¨ªa este verano el historiador Giaime Pala: ¡°Yo no s¨¦ si los europeos est¨¢n preparados para una inflaci¨®n a dos d¨ªgitos. La ¨²ltima vez que esto ocurri¨®...
No es nada f¨¢cil luchar contra la revoluci¨®n reaccionaria. El miedo al futuro es palpable cuando al repasar el tique del supermercado se constata que m¨¢s es menos y uno va asumiendo que este invierno le tocar¨¢ ahorrar pasando fr¨ªo en casa. Lo escrib¨ªa este verano el historiador Giaime Pala: ¡°Yo no s¨¦ si los europeos est¨¢n preparados para una inflaci¨®n a dos d¨ªgitos. La ¨²ltima vez que esto ocurri¨®, cambi¨® toda la pol¨ªtica occidental. Y a¨²n no viv¨ªamos en un continente envejecido¡±. Lo escrib¨ªa este s¨¢bado Andrea Rizzi, otro sabio italiano instalado en Espa?a: ¡°En muchos casos hay una leg¨ªtima frustraci¨®n de un sistema globalizado y precario que no funciona igual para todos¡±. Entonces, para anestesiar esa frustraci¨®n leg¨ªtima, regresa el calor de los valores tradicionales que impugnan el avance institucional de la igualdad. Lo hacen con la simplificadora promesa de una hogare?a estabilidad imposible. Esa promesa falaz para sortear la incertidumbre es el fundamento moral de la revoluci¨®n reaccionaria en marcha. Nada que ver con el moderantismo conservador sin el que no se habr¨ªa consolidado el bienestar. El fantasma que recorre nuestros parlamentos, envalentonado elecci¨®n tras elecci¨®n, es la impugnaci¨®n transgresora de la agenda ilustrada y su programa es retrotraernos a un mundo comunitario que ya no existe.
La asunci¨®n progresiva de ese programa, m¨¢s que las batallas culturales que cuestionan las identidades cl¨¢sicas, la impulsa el miedo al empobrecimiento. Por ello, el principal enemigo del nacionalpopulismo son los gobiernos que, en circunstancias de crisis econ¨®mica, exploran mecanismos pol¨ªticos con el objetivo de robustecer el Estado social, el que de veras mantiene cohesionadas sociedades plurales como la nuestra ante el abismo de la inflaci¨®n. Ese robustecimiento, que demanda un nuevo pacto de rentas, es la principal salvaguarda de las democracias en vilo. Al mismo tiempo, su sabotaje demag¨®gico es condici¨®n necesaria para el pavoroso avance del fantasma reaccionario. Lo evidenci¨® el pasado mi¨¦rcoles Iv¨¢n Espinosa de los Monteros, tableta en mano, en su pregunta a la vicepresidenta Nadia Calvi?o en el Parlamento. ¡°Espero que no est¨¦ orgullosa de estar empobreciendo a Espa?a¡±. ¡°?De verdad est¨¢ usted orgullosa de empobrecer a Espa?a?¡±. ¡°?Se da usted cuenta que es responsabilidad suya que los espa?oles sean m¨¢s pobres que hace tres a?os?¡±. De entrada, la ministra de Econom¨ªa respondi¨® con datos, replicando la estrategia argumentativa de Yolanda D¨ªaz, pero necesit¨® ponerse las gafas profesorales y usar ese tono de alto funcionario que siempre la acompa?a. Era la pose que la caracteriza, que tan mal se proyecta en el espejo deformado del debate parlamentario que son las redes sociales ¡ªun ¨¢mbito, por cierto, donde la transgresi¨®n reaccionaria se embravece a base de retuits¡ª.
Y fue en al contestar a la repregunta cuando Calvi?o, esta vez sin gafas y sin leer las tarjetas que ten¨ªa en las manos, se transform¨®. ¡°Ministra, el socialismo es una m¨¢quina de crear pobres¡±, afirm¨® Espinosa de los Monteros, ¡°est¨¢n pulverizando todos los r¨¦cords de empobrecimiento de Espa?a¡±. Como el parlamentario que cree que ha liquidado a su rival con una oratoria destructiva, el hidalgo Espinosa se sent¨® en su esca?o satisfecho de haber repetido no s¨¦ cuantas veces m¨¢s la palabra pobreza que atemoriza a la ciudadan¨ªa. Pero tanto ir con Espa?a a la fuente que al final la demagogia de Vox se rompi¨® Ocurri¨® lo inesperado: Nadia Calvi?o protagonizaba su momento TikTok. Lo relevante de esos segundos que se viralizaron trascend¨ªan las redes. Porque la economista liberal, tan identificada con la tecnocracia de Bruselas, acert¨® con el tono para evidenciar, encadenando una enumeraci¨®n de pol¨ªticas p¨²blicas, lo que parece dif¨ªcilmente discutible: durante esta legislatura imposible, la de la pandemia y la de la guerra, se ha construido un escudo que preserva la paz social en Espa?a gracias a nuestra pertenencia a la Uni¨®n. Lo fundamental fue constatar que, ante tanta frustraci¨®n pol¨ªtica, el orgullo democr¨¢tico se refuerza al tomar conciencia de su capacidad efectiva para impulsar medidas que protegen ante la amenaza de la desigualdad. A la revoluci¨®n reaccionaria, contra ese orgullo, solo le queda la rabia.