Presupuesto de guerra (y de a?o electoral)
Las cuentas tienen las urnas grabadas a fuego, como es l¨®gico. Desde el r¨¦cord de inversi¨®n hasta el reparto por comunidades
Crisis es, muy probablemente, la palabra del siglo. Van dos crisis mayores del capitalismo en apenas 20 a?os, lo nunca visto, y estamos en medio de una guerra que probablemente llevar¨¢ a Europa ¡ªy quiz¨¢s a Espa?a¡ª a una tercera crisis en breve, si bien, en principio, menos grave que las anteriores. Eso hace que la crisis haya dejado de ser una etapa transitoria y una manera difusa de hablar: tiende a consolidarse, vamos a tener que convivir con esa mezcla de inestabilidad e incertidumbre por mucho tiempo. La pol¨ªtica era la manera en que las sociedades occidentales ven¨ªan a tratar de domar la incertidumbre; la pol¨ªtica, a d¨ªa de hoy, es simple y llanamente gesti¨®n de crisis. Y m¨¢s all¨¢ de la concatenaci¨®n de anuncios a la que acostumbran los Gobiernos por encima y por debajo de los Pirineos, los Presupuestos son la pieza maestra, la clave de b¨®veda de la tarea del poder ejecutivo: ¡°Dime cu¨¢l es tu Presupuesto y te dir¨¦ cu¨¢l es tu prioridad pol¨ªtica¡±, suelen decir en Bruselas. A un a?o de las elecciones, la prioridad de Pedro S¨¢nchez es ganar las elecciones. Para ello es fundamental que acierte con estos Presupuestos. Veamos si acierta.
Ligera expansi¨®n. Las cuentas p¨²blicas de 2023 son ligeramente expansivas, con algunas partidas cascabeleras ¡ªy de alto voltaje pol¨ªtico¡ª claramente expansivas. En plata: algunos cap¨ªtulos se explican por el hecho de que quedan apenas meses para las elecciones; otros pod¨ªan haber ido m¨¢s all¨¢ (¡°menos de cinco contradicciones es dogmatismo¡±, dice el poeta). Ligera expansi¨®n, en suma: lo contrario ser¨ªa un dislate pol¨ªtico, por la cercan¨ªa de las pr¨®ximas auton¨®micas, municipales y generales, y probablemente una mala decisi¨®n econ¨®mica; Espa?a no ha recuperado el nivel de PIB precrisis, tiene un buen mont¨®n de fondos europeos para gastar y en estos momentos las reglas fiscales est¨¢n suspendidas. Las grandes cifras (crecimiento, paro, recaudaci¨®n) pueden parecer un punto optimistas, pero entran dentro de lo asumible. S¨¢nchez pod¨ªa haber sido m¨¢s audaz y presentar unas cuentas con m¨¢s componente antic¨ªclico, pero al cabo nadie sabe c¨®mo va a ser el invierno (habr¨ªa que preguntarle a Putin), y puede que sea necesario un paquete de est¨ªmulo adicional. El Ejecutivo se deja algo de margen por si las moscas. Los m¨¢s agoreros le ped¨ªan que fuera m¨¢s austero, rebajara m¨¢s d¨¦ficit y deuda, no subiera las pensiones con la inflaci¨®n. Palabras de charol: todo el mundo sabe perfectamente qu¨¦ hay que hacer, pero lo dif¨ªcil es ganar despu¨¦s las elecciones. Y los Presupuestos tienen las urnas grabadas a fuego. Como es l¨®gico. Desde el r¨¦cord de inversi¨®n hasta el reparto por comunidades, casi todo obedece a esa l¨®gica. M¨¢s a¨²n cuando llueve de lo lindo ah¨ª fuera, con Alemania camino de la recesi¨®n.
Hacer la esfinge. Primera regla de la pol¨ªtica moderna: lo importante es ganar las elecciones. Segunda regla: ponlos tristes para despu¨¦s ponerlos contentos; nunca digas que s¨ª a la primera, o crea un problema que puedas solucionar. El gran problema de este Gobierno y de la mayor¨ªa de los ejecutivos europeos es la p¨¦rdida de poder adquisitivo de las clases medias y bajas por la inflaci¨®n galopante. Para combatir eso, S¨¢nchez ha ido poniendo parches a lo largo de estos meses. El Gobierno fortifica ahora esos parches con un refuerzo formidable del escudo social: gratuidad del transporte, m¨¢s prestaciones por desempleo, ayudas por hijo y extensi¨®n de las ayudas para abaratar la factura energ¨¦tica. El Ejecutivo hab¨ªa ido aprobando medidas a las que quiz¨¢ les faltaba finezza, pero que hab¨ªa que poner en marcha por las consecuencias devastadoras de la guerra. Y no viene mal un poco de literatura comparada: el resto de Europa ha hecho m¨¢s o menos lo mismo. Para quienes se quejan de la subida de pensiones (8,5%) hay que ver lo que ha hecho el FMI: subirlas un 9% a sus jubilados. Para quienes se quejan del aumento de sueldos de los funcionarios (3,5%) se puede volver a mirar al FMI: aumento del 3% a su personal. ?Hubiera sido preferible no subir las pensiones m¨¢ximas, por ejemplo? Es muy posible, pero entonces hay que volver a acordarse de la primera regla: hay que ganar las elecciones. Con la reciente sacudida en el Reino Unido y con el miedo en el cuerpo que ha dejado la victoria del posfascismo en Italia, la jugada consist¨ªa en moverse lo justo como para no salir en la foto: el d¨¦ficit espa?ol se reduce, la deuda cae y no hay cifras que chirr¨ªen salvo quiz¨¢ las pensiones. Hab¨ªa margen para hacer m¨¢s, pero Espa?a conoce bien las consecuencias de salir mal en la foto. Que se las pregunten a Zapatero. O al Rajoy reci¨¦n llegado de 2012. El gran truco de los italianos es que siempre hay alguien que sale peor que ellos: esta vez Espa?a evita ese escenario.
Los agoreros. La ministra de Hacienda hizo este jueves una referencia en su presentaci¨®n a ¡°los agoreros¡± que ven nubarrones en el horizonte. Pero ojo, la opci¨®n de que a Espa?a le vaya mal est¨¢ ah¨ª: el mercado de trabajo ha funcionado mejor que en crisis anteriores, hay fondos europeos para gastar y la dependencia energ¨¦tica es menor que en otros pa¨ªses, pero la situaci¨®n fiscal de Espa?a es delicada. Cuando baje la marea, el d¨¦ficit estructural ser¨¢ del 4% del PIB, y la deuda p¨²blica muy superior al 100% del PIB. Los pesimistas hubieran preferido medidas m¨¢s selectivas: hay que redistribuir y hay que se?alizar incentivos para reducir el consumo de energ¨ªa, y no est¨¢ claro que los paquetes aprobados por el Gobierno tengan la finezza suficiente. Manca finezza, nos dicen una y otra vez con ese tonillo de plaga de ¨²lceras.
Dec¨ªa Felipe Gonz¨¢lez que vamos hacia un Parlamento italiano ¡°pero sin italianos que lo gestionen¡±. Los mismos italianos que han votado a una posfascista, o neofascista, o lo que quiera que sea Giorgia Meloni. Igual es mejor un presupuesto esfinge, o mediopensionista, o solo ligeramente expansivo, pero que por una vez no saca a Espa?a del todo mal en la foto. Con finezza o sin ella.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
