El ruido y la pausa
Los lectores escriben sobre el v¨¦rtigo de la sociedad de hoy, las cr¨ªticas de Arturo P¨¦rez-Reverte a los j¨®venes, la falta de oportunidades y de los servicios bancarios
El problema del mundo moderno es que lo ha globalizado todo, tambi¨¦n a la gente. Hoy resulta casi imposible llevar una vida privada particular o apacible. La informaci¨®n ha pasado de ser una necesidad o un derecho a ser una obligaci¨®n irreflexiva, con el constante bombardeo de contenidos ajenos a nuestro inter¨¦s. No puedes dar dos pasos sin que te entierren en publicidad o pasar unos d¨ªas sin que te incordien l...
El problema del mundo moderno es que lo ha globalizado todo, tambi¨¦n a la gente. Hoy resulta casi imposible llevar una vida privada particular o apacible. La informaci¨®n ha pasado de ser una necesidad o un derecho a ser una obligaci¨®n irreflexiva, con el constante bombardeo de contenidos ajenos a nuestro inter¨¦s. No puedes dar dos pasos sin que te entierren en publicidad o pasar unos d¨ªas sin que te incordien los teleoperadores o te rellenen el buz¨®n con ofertas tan indiscriminadas como innecesarias. Buscas una noticia y te saltan doscientas a la cara, movi¨¦ndose, parpadeando o girando sobre s¨ª mismas¡ Da igual que no desees escuchar las terribles desgracias de ese d¨ªa porque mientras esperas el metro el televisor de turno te lo contar¨¢ en detalle aunque no quieras. Hay un brutal exceso de est¨ªmulos de todo tipo no solo cuando enciendes cualquier dispositivo, sino incluso cuando andas por la calle o vas en coche. En este escenario, la observaci¨®n pausada, la reflexi¨®n, el an¨¢lisis o la meditaci¨®n son sencillamente imposibles. Quiz¨¢ por eso, hoy en d¨ªa, casi nadie sabe hacia d¨®nde vamos.
Pablo Gonz¨¢lez Caballero. Boadilla del Monte (Madrid)
¡®Nini¡¯ a la fuerza
No soy due?a de una casa ni de una tierra. No hay inmediatez en mi rescate. Tras el naufragio se llevaron las birras y la cubitera. Me niego a hacer del sof¨¢ mi torre de vig¨ªa. Prometo que el lunes empiezo, solo me falta averiguar qu¨¦ y d¨®nde. En la mesa del sal¨®n, las facturas se acumulan. No estoy desvelada, solo trasnochada e ignorada. Puedo tomar cualquier decisi¨®n con lucidez. No voy a convalidar vivir por aprender. Ahora quiero aprender c¨®mo vivir. Gracias abuela, porque tu paga es el voto de confianza que alimenta mis planes de mejora. Tengo 30 a?os, una carrera y un m¨¢ster. Mis ilusiones caen en picado contra un futuro incierto. Perdida la motivaci¨®n, las oportunidades arrastran mi autoestima por el suelo.
Rosa Mar¨ªa P¨¦rez Cacheiro. Leioa (Bizkaia)
Una generaci¨®n de sobra preparada
Escucho a Arturo P¨¦rez-Reverte decir que ¡°los j¨®venes no est¨¢n preparados para el iceberg del Titanic¡±. Quiz¨¢ se le olvida que, desde que tenemos conciencia, esta generaci¨®n vive en crisis. Vimos c¨®mo la del 2008 afectaba a nuestros padres y, por ende, a nosotros. Y ahora nos han pillado de lleno una pandemia y una guerra. Por no hablar de que tenemos que convivir con la frustraci¨®n de haber crecido bajo el mantra de ¡°estudia y tendr¨¢s un trabajo digno¡± y lo ¨²nico que nos hemos encontrado es precariedad. Estamos intentando comenzar nuestras vidas con todo a la contra. Basta de infantilizarnos. ?Qu¨¦ m¨¢s tenemos que aguantar?
Fran N¨²?ez Ur¨ªa. Oviedo
Bancos sin servicio
El servicio bancario es ineludible. No podemos prescindir del banco para cobrar nuestro sueldo, realizar los pagos habituales y tener nuestros ahorros o deudas en forma de pr¨¦stamos. No remuneran en absoluto nuestros ahorros, pero s¨ª cobran intereses cuando prestan esos ahorros a otros clientes. Quieren que no aparezcamos por sus oficinas. Leo que un banco va a empezar a cobrar por cualquier operaci¨®n que se realice en la caja de cualquier oficina. Pienso en gente sin educaci¨®n en recursos inform¨¢ticos o digitales. Espero que alguien frene este abuso.
Francisco Plaza Pastor. Madrid