Paro y precariedad juvenil: fallo sist¨¦mico
Urge combatir con pol¨ªticas decididas la dif¨ªcil situaci¨®n de las nuevas generaciones
La democracia espa?ola ha logrado grandes avances en las ¨²ltimas d¨¦cadas, uniform¨¢ndose a la media de los pa¨ªses de la UE en muchos aspectos e incluso super¨¢ndola en algunos. Por desgracia, nada de esto es cierto con respecto a la integraci¨®n de los j¨®venes en el mercado laboral, con todas las consecuencias vitales que ello acarrea. Espa?a est¨¢ en el furg¨®n de cola de la UE en cuanto a tasa de paro juvenil ¡ªcercana al 40%, m¨¢s del doble de la media comunitaria¡ª y dos de cada tres j¨®venes con empleo tienen un contrato temporal (veinte puntos por encima de la media europea). La crisis pand¨¦mica se ha vuelto a cebar con los j¨®venes en lo referente a la econom¨ªa: mientras los trabajadores mayores de 45 a?os ya superan los niveles de empleo anteriores a la crisis, los menores de 25 a?os est¨¢n un 15% por debajo. Es una constante: los j¨®venes son siempre los primeros en salir y los ¨²ltimos en reincorporarse, la v¨¢lvula de ajuste de nuestro mercado laboral.
El fallo es sist¨¦mico: concierne al sistema educativo, al productivo y a las caracter¨ªsticas del mercado laboral. La precariedad se inicia con las debilidades del sistema educativo, en particular el abandono escolar temprano (el segundo m¨¢s alto de la UE), la insatisfactoria implantaci¨®n de la formaci¨®n profesional o la posici¨®n rezagada de nuestros estudiantes en cuanto a sus capacitaciones tecnol¨®gicas. La estructura econ¨®mica espa?ola, y cierta cultura empresarial, tradicionalmente han fomentado la precariedad. Los desarrollos modernos, con una actividad econ¨®mica m¨¢s fragmentada y relaciones contractuales m¨¢s flexibles y espor¨¢dicas, no ayuda. En el mercado laboral, el diagn¨®stico es compartido: excesivo peso de la temporalidad, desincentivos a la movilidad profesional, fragmentaci¨®n del propio mercado.
Los problemas est¨¢n claros; las soluciones, menos. De entrada, hay que huir de planteamientos que sostengan que una sola reforma puede tener efectos taumat¨²rgicos. Las soluciones necesariamente habr¨¢n de ser m¨²ltiples. El Gobierno ha puesto en marcha distintas iniciativas. Al margen de la reforma educativa aprobada hace unos meses, se perfila ahora un proyecto de ley en materia de formaci¨®n profesional y cambios en la manera de evaluar si los alumnos deben o no repetir cursos. En cuanto a estrategias en el mercado laboral, acaba de lanzarse el Plan de Garant¨ªa Juvenil, dotado de unos 5.000 millones para el periodo 2021-2027. Estas iniciativas tienen elementos apreciables, pero ser¨¢ necesario mucho m¨¢s para resolver un problema enquistado.
Es preciso llevar la discusi¨®n de lo abstracto a lo concreto y estudiar a fondo medidas vigentes en otros pa¨ªses, ponerlas en marcha, evaluarlas y, si es necesario, corregirlas. Hace falta acertar en las grandes orientaciones. Evitar que la educaci¨®n prepare ¡°a los alumnos para un mundo que ya no existe¡±, como sostiene el director del ¨¢rea educativa de la OCDE; o reformular el sistema contractual para desincentivar la dualidad. Y reforzar peque?as acciones que pueden tener un impacto apreciable.
El abanico es enorme, y hay que estudiarlo con mente abierta. Por ejemplo, podr¨ªa considerarse el establecimiento de un salario m¨ªnimo ajustado por niveles de edad que puede tener efectos muy diferentes seg¨²n el colectivo al que se aplique, como ha se?alado un reciente an¨¢lisis del Banco de Espa?a. En Holanda est¨¢ escalonado seg¨²n la edad, y en Alemania se excluyen determinados colectivos, como los que hacen algunos trabajos temporales o aprendices. Por otra parte, es necesario avanzar en un perfilado detallad¨ªsimo de las capacitaciones de los desempleados, en paralelo al de las ofertas laborales, que explote al m¨¢ximo el inmenso caudal de datos del que disponen los servicios p¨²blicos de empleo. Tambi¨¦n deber¨ªa avanzarse en las tutor¨ªas individualizadas para atajar, de forma quir¨²rgica, el abandono escolar temprano. Tienen un coste relativamente bajo y podr¨ªan implementarse de forma eficaz en poco tiempo.
Hay que perseguir mejoras en todo el espectro, inspir¨¢ndose en otras experiencias, evaluando los resultados, anteponiendo pragmatismo a ideolog¨ªa y sin olvidar que es una prioridad absoluta, no solo por el bien de los j¨®venes, sino del conjunto de la sociedad.
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