El nanosegundo de Yolanda D¨ªaz y Antonio Garamendi
¡°Fue el idilio pol¨ªtico m¨¢s inesperado: la sindicalista que ven¨ªa del PCE y el patr¨®n de los patrones; y en el momento m¨¢s sorprendente: la covid¡±
La ruptura m¨¢s triste de este oto?o no es la de Tamara Falc¨® e ??igo Onieva, una relaci¨®n plat¨®nica e ideal, sino la de Yolanda D¨ªaz y Antonio Garamendi, una amistad aristot¨¦lica y pragm¨¢tica. Fue el idilio pol¨ªtico m¨¢s inesperado: la sindicalista que ven¨ªa del PCE y el patr¨®n de los patrones; y en el momento m¨¢s sorpren...
La ruptura m¨¢s triste de este oto?o no es la de Tamara Falc¨® e ??igo Onieva, una relaci¨®n plat¨®nica e ideal, sino la de Yolanda D¨ªaz y Antonio Garamendi, una amistad aristot¨¦lica y pragm¨¢tica. Fue el idilio pol¨ªtico m¨¢s inesperado: la sindicalista que ven¨ªa del PCE y el patr¨®n de los patrones; y en el momento m¨¢s sorprendente: la covid. Mantuvieron el entendimiento en la enfermedad y tambi¨¦n en la salud, durante la recuperaci¨®n pospandemia. Y de ¨¦l nacieron 14 acuerdos sociales, en asuntos tan espinosos como la reforma laboral. El impulso personal de ambos fue decisivo.
Ni los m¨¢s rom¨¢nticos pod¨ªan creer en esta historia m¨¢s que en la de la cat¨®lica marquesa de Gri?¨®n y el noct¨¢mbulo empresario madrile?o. Como m¨ªnimo, Tamara e ??igo pertenecen al mismo entorno social. Por el contrario, estaba claro que los capuletos de izquierdas y los montescos de derechas acabar¨ªan dificultando los encuentros entre D¨ªaz y Garamendi m¨¢s que los de los amantes de Verona. Se dice que les ha distanciado la cercan¨ªa de las elecciones. Garamendi ya no tendr¨ªa mucho que ganar con un Gobierno ¡°cojo¡±, y D¨ªaz intentar¨ªa pisar fuerte entre sus potenciales votantes.
Pero en Espa?a siempre es temporada electoral. Lo que ha cambiado ahora es el escenario pol¨ªtico: los partidos buscan diferenciarse en pol¨ªtica econ¨®mica. Tras meses, o a?os, de bandazos continuos, en los que no sab¨ªamos si bajar impuestos era de izquierdas o derechas, est¨¢n erigi¨¦ndose en todo el mundo las alternativas econ¨®micas del futuro.
De momento, son vintage. Entre los progresistas gana espacio la agenda que el economista Branko Milanovic llama paleoizquierda: un compromiso inequ¨ªvoco contra la desigualdad, utilizando todo el arsenal disponible de pol¨ªticas p¨²blicas: enfocar m¨¢s los impuestos indirectos a tasar los bienes consumidos preferentemente por los ricos, recuperar los grav¨¢menes a las sucesiones y aumentar las inversiones p¨²blicas para la emancipaci¨®n de los j¨®venes que, hoy en d¨ªa representan lo que los pensionistas eran hace 50 a?os, el grupo generacional m¨¢s vulnerable. Mientras, en la derecha se difumina el posibilismo (a lo Angela Merkel) y se recompone el neoliberalismo, con m¨¢s fortuna en unos casos (Isabel D¨ªaz Ayuso) que en otros (Liz Truss). Por todo el metaverso y en apenas un nanosegundo, avanza la pol¨ªtica y retrocede el amor.