Liz Truss dimite como primera ministra del Reino Unido tras 45 d¨ªas en el cargo
Su sustituto ser¨¢ elegido en una semana. Boris Johnson se plantea presentarse a las primarias. La oposici¨®n laborista y el Gobierno aut¨®nomo de Escocia reclaman un adelanto electoral
Liz Truss ha tirado la toalla. A las 14.30 de este jueves, hora peninsular espa?ola, la primera ministra del Reino Unido comparec¨ªa ante las puertas de Downing Street para anunciar su dimisi¨®n tras solo 45 d¨ªas en el cargo. Se ha convertido as¨ª en la jefa de Gobierno m¨¢s breve en toda la historia del Reino Unido. ¡°No puedo cumplir el mandato para el que me eligieron. He anunciado al rey mi decisi¨®n de dimitir¡±, ha afirmado. La todav¨ªa primera ministra ha acordado con la direcci¨®n del Partido Conservador que seguir¨¢ en el puesto hasta que se elija un sustituto a lo largo de la semana que viene, el tiempo que se han dado para buscar una soluci¨®n a la crisis desatada. Junto a la lista de posibles candidatos dispuestos a competir por el liderazgo, la sorpresa ha surgido cuando el entorno de Boris Johnson ha indicado que el ex primer ministro se plantea participar en este proceso de primarias aceleradas, convencido de que es el ¨²nico que retiene la legitimidad de su victoria electoral de 2019, y el ¨²nico capaz de cambiar la mala racha de los conservadores.
La oposici¨®n de laboristas y liberal-dem¨®cratas se ha apresurado a reclamar nuevas elecciones frente al prop¨®sito de los tories de elegir nuevo primer ministro. ¡°El Partido Conservador ya no tiene un mandato para seguir gobernando¡±, ha dicho el l¨ªder laborista, Keir Starmer. ¡°La ciudadan¨ªa brit¨¢nica merece tener voz a la hora de decidir el futuro del pa¨ªs, y poder comparar el caos creado por los tories con los planes de la oposici¨®n para salir de este enredo¡±, ha a?adido. Se sumaba a la petici¨®n de adelanto electoral la ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, que lo consideraba ¡°un imperativo democr¨¢tico¡±.
En su mes y medio en el cargo, Truss hab¨ªa logrado tener en su contra a la mayor¨ªa de sus diputados ¡ªincluso aquellos que la respaldaron durante las primarias del pasado verano¡ª; a los mercados; al Banco de Inglaterra y a las principales instituciones econ¨®micas del pa¨ªs y pr¨¢cticamente a toda la opini¨®n p¨²blica del Reino Unido. A pesar de haber dado marcha atr¨¢s a su hist¨®rica rebaja de impuestos, valorada en m¨¢s de 60.000 millones de euros, que amenazaba con provocar un insostenible agujero en las cuentas p¨²blicas. A pesar de haber echado con cajas destempladas a su amigo y aliado, el ministro de Econom¨ªa Kwasi Kwarteng, para sustituirlo por el moderado Jeremy Hunt. Y a pesar de haber pedido perd¨®n a los diputados conservadores y al electorado brit¨¢nico. Pese a todo esto, los d¨ªas de Truss estaban contados.
Se hab¨ªa convertido en una primera ministra vac¨ªa de contenido, sin programa que defender, incapaz de comunicar eficazmente la labor del Gobierno y enfrentada completamente con su grupo parlamentario. El fiasco de la votaci¨®n del mi¨¦rcoles sobre una moci¨®n-trampa de la oposici¨®n laborista termin¨® de agravar las cosas. Zarandeos, empujones y gritos entre los diputados tories, obligados a votar en contra de su voluntad sobre un asunto tan pol¨¦mico como el fracking para demostrar su lealtad con un Gobierno que se deshac¨ªa minuto a minuto.
Antes de anunciar su dimisi¨®n, Truss se reuni¨® con Graham Brady, el diputado responsable de organizar las mociones de censura internas o la convocatoria de nuevas primarias. Brady prometi¨® reglas claras para la elecci¨®n del nuevo primer ministro. Participar¨¢n los diputados y los afiliados, ha dicho. Pero dado el plazo limitado que se han impuesto para buscar un reemplazo ¡ªy el miedo de muchos tories a una batalla larga y cruenta entre las bases¡ª, todo sugiere que hay algo de mensaje impl¨ªcito en sus palabras. Si el grupo parlamentario es capaz de dar con un candidato de consenso ¡ªsolo uno¡ª, evitar¨¢ cualquier competici¨®n y, en consecuencia, la necesidad de consultar a los afiliados.
El compromiso expresado por Brady apunta a que habr¨¢ nuevo inquilino en Downing Street para el viernes 28 de octubre.
Al menos 16 diputados hab¨ªan expresado p¨²blicamente a lo largo de la semana su deseo de que Truss dimitiera. En privado, seg¨²n sosten¨ªan algunos medios brit¨¢nicos, ser¨ªan ya m¨¢s de 100 las ¡°cartas de retirada de confianza¡± que hab¨ªan llegado al buz¨®n de Brady.
¡°Liz Truss debe irse lo m¨¢s pronto posible. Su sucesor, sea quien sea, debe ser alguien capaz, competente y que sepa comunicar con eficacia¡±, hab¨ªa escrito el euroesc¨¦ptico David Frost en el Daily Telegraph. Hace apenas unos d¨ªas, ¨¦l mismo le ped¨ªa que resistiera las presiones de lo que, seg¨²n ¨¦l, era una coalici¨®n de izquierdistas y globalistas, desde el diario Financial Times a la UE o el Fondo Monetario Internacional. Era la clara demostraci¨®n de que Truss se hab¨ªa quedado sin flancos (ni en el centro, ni en la derecha, ni en la extrema derecha) que la defendieran.
Una semana para decidir
La ex primera ministra Theresa May, que sufri¨® de primera mano las conjuras y conspiraciones de sus compa?eros ¡ªsobre todo de los euroesc¨¦pticos y del propio Johnson¡ª para derribarla del poder, ha pedido ¡°una hoja de ruta para una transici¨®n ordenada¡± y un ¡°candidato de unidad¡±. No ser¨¢ tan f¨¢cil. Si la necesidad de que Truss se fuera lo antes posible un¨ªa a todas las facciones conservadoras, la idea de que todos se agrupen en torno a una figura incontestada es casi imposible.
A media tarde del jueves, nadie hab¨ªa lanzado formalmente su candidatura, pero las quinielas conservadoras daban por sentado los nombres del exministro de Econom¨ªa Rishi Sunak, que se enfrent¨® a Truss en la ¨²ltima fase de las primarias y era el favorito de los diputados; Kemi Badenoch, una mujer joven, con ideas frescas y un mensaje conservador muy pragm¨¢tico; el ministro de Defensa, Ben Wallace; la hasta ahora ministra del Interior, Suella Braverman, favorita entre los euroesc¨¦pticos que, con su dimisi¨®n el mi¨¦rcoles, aceler¨® la ca¨ªda de Truss; Penny Mordaunt, la ¨²nica capaz de suscitar apoyos tanto en el grupo parlamentario como entre las bases por su cercan¨ªa y dotes comunicativas, y, por supuesto, Johnson, que segu¨ªa de vacaciones en la Rep¨²blica Dominicana cuando Truss anunci¨® su dimisi¨®n. Johnson debe decidir ahora entre una vida lucrativa de discursos, art¨ªculos de prensa y libros bien pagados, o la posibilidad de intentar reivindicar su legado pol¨ªtico.
Las votaciones comenzar¨¢n el pr¨®ximo lunes. A las 14.00 (15.00, horario peninsular espa?ol) se cerrar¨¢ el plazo para presentar candidatura. Ser¨¢ necesario el aval de al menos 100 diputados para presentarse, una cifra elevad¨ªsima ¡ªen las anteriores primarias bastaba con 22¡ª, con el fin de limitar al m¨¢ximo el n¨²mero de contendientes. Si solo uno de ellos lograra esa cifra, ser¨ªa el elegido. En el mejor de los casos, con 357 diputados conservadores, solo podr¨ªa haber tres candidatos. Una primera votaci¨®n descartar¨ªa al menos apoyado. Una segunda ser¨ªa indicativa, para que los afiliados supieran las preferencias del grupo parlamentario. En el caso de que no se llegue a la soluci¨®n de un candidato de unidad, habr¨¢ al menos un debate televisado para que los militantes escuchen a los aspirantes. La votaci¨®n final se realizar¨¢ por internet, con la idea de que haya un resultado el viernes.
Sigue en pie el prop¨®sito del todav¨ªa ministro de Econom¨ªa Hunt ¡ªque se ha autodescartado de inmediato como candidato¡ª de presentar el lunes 31 de octubre un plan fiscal detallado, que explique ingresos, gastos y posibles recortes, y tranquilice a los mercados. De momento, la dimisi¨®n de Truss ha provocado la subida acelerada de la libra, los bonos del Tesoro y la Bolsa del Reino Unido, que celebraban el aparente final de seis semanas de caos e incertidumbre econ¨®mica.
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