El nuevo Brasil de Lula y sin Bolsonaro
El presidente electo no puede olvidarse de que no fue elegido solo por la fuerza de su partido sino por haber creado un bloque de fuerzas capaces de hacerle frente al bolsonarismo
?Ha desaparecido el turbulento Brasil de Bolsonaro con sus ribetes fascistas? ?Ha vuelto el Brasil luminoso de Lula con sus conquistas sociales? ?Existe hoy un nuevo Brasil in¨¦dito cuya meta final a¨²n es desconocida? Son estos algunos de las interrogativas que se hacen los brasile?os que estaban temblorosos ante un posible golpe militar.
No es f¨¢cil responder a¨²n con seguridad a dichas preguntas, ya que la situaci¨®n de Brasil se desarrolla bajo las arenas m...
?Ha desaparecido el turbulento Brasil de Bolsonaro con sus ribetes fascistas? ?Ha vuelto el Brasil luminoso de Lula con sus conquistas sociales? ?Existe hoy un nuevo Brasil in¨¦dito cuya meta final a¨²n es desconocida? Son estos algunos de las interrogativas que se hacen los brasile?os que estaban temblorosos ante un posible golpe militar.
No es f¨¢cil responder a¨²n con seguridad a dichas preguntas, ya que la situaci¨®n de Brasil se desarrolla bajo las arenas movedizas de la incertidumbre. Bolsonaro ha perdido las elecciones, pero sus huestes siguen aguerridas y no se conforman con la derrota. Lo demuestran las manifestaciones de los cientos de camioneros acampados en Brasilia frente al basti¨®n militar exigiendo un golpe de Estado.
Es verdad que los militares, de los cuales m¨¢s de 6.000 fueron colocados en los estamentos del Estado por Bolsonaro, han aceptado la derrota del excapit¨¢n ultraderechista, pero siguen manteniendo una actitud de una cierta ambig¨¹edad.
Los seguidores del l¨ªder derechista confiaban en que la vigilancia que, incluso contra la Constituci¨®n, mantuvo el Ej¨¦rcito ante las elecciones podr¨ªa arrastrar a la anulaci¨®n del plebiscito que confiri¨® la derrota del mito.
La reacci¨®n de los militares era la ¨²ltima esperanza de Bolsonaro y sus seguidores. Esperaban que pudieran haber encontrado alg¨²n fil¨®n para impugnar el resultado de la derrota electoral. No ocurri¨®, ya que el documento de 70 p¨¢ginas elaborado por las Fuerzas Armadas revel¨® que no se hab¨ªan encontrado fallos importantes como para anular el resultado de las urnas. Los seguidores de Bolsonaro no se conformaron y exigieron un nuevo posicionamiento de los militares movilizando cientos de camioneros en Brasilia.
En un segundo documento, el Ej¨¦rcito quiso hacerles un regalo a los bolsonaristas alborotados y declar¨® que aunque no se hab¨ªan detectado fallos en las urnas ello no significaba que no pudieran ser vulnerables. Fue una respuesta diplom¨¢tica, que no dec¨ªa nada.
Todo ello ha dado al equipo vencedor de Lula firmado por diez partidos que cubren desde la extrema izquierda a la derecha liberal no golpista una nueva fuerza para mostrarse euf¨®rico y con las manos libres para hacer las reformas, sobre todo las sociales. De ah¨ª que fueran vistas con buenos ojos las l¨¢grimas reales de Lula cuando afirm¨® que su sue?o es que al acabar su mandato no haya un solo brasile?o que no pueda hacer tres comidas al d¨ªa.
Y si no existen dudas de que el nuevo Gobierno de Lula ser¨¢ fuertemente marcado por su ¨ªndole social m¨¢s que ideol¨®gica. Donde podr¨ªa a¨²n estallar la pol¨¦mica es en la formaci¨®n de su nuevo Gobierno, que no podr¨¢ ser fundamentalmente de su partido, el PT, sino de un abanico de partidos que cubren desde la izquierda al centro y a la derecha liberal.
De ah¨ª las dificultades que Lula est¨¢ teniendo para escoger algunos de sus ministros claves, desde el de Econom¨ªa al del Medio Ambiente pasando por el de Exteriores, ya que pretende restablecer relaciones con el resto del mundo tras el aislamiento al que lo hab¨ªa condenado Bolsonaro.
De ah¨ª la importancia de la acogida que pueda tener los pr¨®ximos d¨ªas Lula en la Cumbre sobre el Medio Ambiente en Egipto. Ser¨¢ su primera prueba internacional, ya que en dichas cumbres, Bolsonaro m¨¢s bien era evitado por el resto de los jefes de Estado para no comprometerse con sus alucinaciones golpistas y de extrema derecha fascista.
Todo ello es importante en este momento para Lula, quien no puede equivocarse ni olvidarse de que no fue elegido solo por la fuerza de su partido sino por haber creado un bloque de fuerzas todas ellas democr¨¢ticas capaces de hacerle frente al bolsonarismo de ra¨ªz.
Como ha destacado en su columna del diario O Globo Catarina Rochamonte: ¡°No existe carta blanca para el nuevo Gobierno. Si la mayor¨ªa de los brasile?os hizo tabla rasa de los enormes equ¨ªvocos de los gobiernos petistas, no fue por amor a Lula sino por horror a Bolsonaro¡±.
De hecho, se trata de una verdad que empieza a revelarse importante en la formaci¨®n del nuevo Gobierno de Lula. En ¨¦l lo que quiz¨¢s menos importa en este momento es que el PT lo aproveche para colocar al mayor n¨²mero posible de sus huestes, sino para hacer un frente fuerte contra el bolsonarismo que es la gran amenaza a la democracia.
Son esos momentos de la Historia en los que surgen los verdaderos estadistas capaces de espantar los monstruos de la disgregaci¨®n pol¨ªtica y de las tentaciones autoritarias. Lo cierto es que para Lula, que jura que esta ser¨¢ su ¨²ltima aventura pol¨ªtica, podr¨ªa ser el momento en que se consagre como verdadero estadista capaz de sacar a Brasil del infierno.
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