Mudar de piel
El que m¨¢s cambia de pelaje aqu¨ª es Pedro S¨¢nchez: le duran cada vez menos, no sabe ya d¨®nde guardar los desechados
Es ya una promesa estereotipada de sacrificio personal en pro de la causa, que repiten con fruici¨®n los pol¨ªticos de izquierdas: ¡°Nos vamos a dejar la piel¡±. Creen que dejarse la piel es como quitarse la chaqueta y remangarse la camisa para hacer un gran esfuerzo laboral. Esta promesa pertenece al mundo de la ret¨®rica barata. El ¨²nico pol¨ªtico izquierdista que se dej¨® literalmente la piel fue Andreu Nin, y eso con la ayuda poco piadosa de los estalinistas. Supongo que esos paladines ...
Es ya una promesa estereotipada de sacrificio personal en pro de la causa, que repiten con fruici¨®n los pol¨ªticos de izquierdas: ¡°Nos vamos a dejar la piel¡±. Creen que dejarse la piel es como quitarse la chaqueta y remangarse la camisa para hacer un gran esfuerzo laboral. Esta promesa pertenece al mundo de la ret¨®rica barata. El ¨²nico pol¨ªtico izquierdista que se dej¨® literalmente la piel fue Andreu Nin, y eso con la ayuda poco piadosa de los estalinistas. Supongo que esos paladines y sobre todo paladinas (?se dir¨¢ as¨ª?) de la abnegaci¨®n se refieren no a dejarse jirones de epidermis en las zarzas del camino de la virtud, sino a desprenderse f¨¢cilmente de ella porque ya les ha crecido otra debajo: de tanto en cuanto mudan de piel, seg¨²n el acreditado procedimiento de las serpientes y otros ofidios. Pero hay una diferencia: si no me equivoco (mis conocimientos de herpetolog¨ªa son primarios), la nueva piel es muy semejante en color y dibujo a la que abandonan como una c¨¢scara vac¨ªa. En cambio, los pol¨ªticos consiguen un nuevo tegumento muy diferente y yo dir¨ªa que hasta opuesto al que antes arrastraban orgullosamente por los corredores oficiales. ?Metamorfosis casi milagrosa! De la piel sacrificada no queda ni recuerdo (nadie dice que se ha dejado la piel, sino que ¡°va a dejarse¡± la piel) y la nueva ya est¨¢ presta desde el primer d¨ªa para convertirse en ofrenda al pueblo.
El que m¨¢s muda de piel aqu¨ª es Pedro S¨¢nchez: le duran cada vez menos, no sabe ya d¨®nde guardar las desechadas: el insomnio de gobernar con Podemos, el nunca, pero nunca, a Bildu, la clara rebeli¨®n del separatismo catal¨¢n, el rechazo a una ley trans fatal para el feminismo¡ Las nuevas poco se parecen a las otras, salvo en que siempre le caen estrechas y arrugadas, como prestadas por alguien de talla diferente. Son gajes del ofidio, perd¨®n, del oficio...