Brasil en transici¨®n
Pese a las maniobras bolsonaristas para deslegitimar la victoria de Lula, el traspaso de poderes transcurre con normalidad
Brasil est¨¢ en el ecuador de un delicado periodo de transici¨®n entre un presidente de extrema derecha empe?ado en desgastar las instituciones y un pol¨ªtico que gan¨® los comicios con la promesa de restaurar la erosionada democracia. Transcurrido un mes desde las elecciones, el presidente Jair Bolsonaro todav¨ªa no ha admitido abiertamente la derrota ni felicitado al vencedor, Luiz In¨¢cio Lula da Silva. El 1 de enero est¨¢ prevista l...
Brasil est¨¢ en el ecuador de un delicado periodo de transici¨®n entre un presidente de extrema derecha empe?ado en desgastar las instituciones y un pol¨ªtico que gan¨® los comicios con la promesa de restaurar la erosionada democracia. Transcurrido un mes desde las elecciones, el presidente Jair Bolsonaro todav¨ªa no ha admitido abiertamente la derrota ni felicitado al vencedor, Luiz In¨¢cio Lula da Silva. El 1 de enero est¨¢ prevista la toma de posesi¨®n. El izquierdista regresar¨¢ al poder como l¨ªder de una alianza que abarca de la ultraizquierda al centro derecha, exactamente 20 a?os despu¨¦s de convertirse en el primer obrero en la jefatura del Estado.
Bolsonaro, que perdi¨® por dos millones de votos (1,8 puntos), ha estado casi todo este tiempo enclaustrado en su residencia y sumido en el silencio, que ni siquiera rompi¨® el pasado s¨¢bado al reaparecer en un acto oficial en la academia militar donde se form¨® durante la dictadura. Tras esa imagen de aparente par¨¢lisis, el presidente saliente ha cuestionado por dos v¨ªas el resultado oficial, reconocido por la mayor¨ªa de l¨ªderes de todo el mundo. Alent¨® las protestas golpistas de sus seguidores m¨¢s radicales, obviando que reclaman un golpe de Estado para impedir que el ganador de unas elecciones limpias asuma el poder. La otra v¨ªa fue impugnar el resultado ante el Tribunal Superior Electoral. El recurso carec¨ªa de base jur¨ªdica, seg¨²n el juez, que le acus¨® de litigar de mala fe e impuso una multa millonaria a su partido, el Partido Liberal.
La buena noticia es que, pese a estas maniobras bolsonaristas para deslegitimar el resultado, el traspaso de poderes entre los equipos de Lula y Bolsonaro transcurre por los cauces legales con normalidad. Pero la actitud del todav¨ªa mandatario da alas a movilizaciones a veces radicalizadas. Las protestas golpistas en varias ciudades y los cortes violentos de carreteras en el coraz¨®n agr¨ªcola del pa¨ªs son una afrenta a la voluntad popular expresada en las urnas electr¨®nicas y contribuyen a enrarecer el ambiente pol¨ªtico en un pa¨ªs que, como mostraron las elecciones, est¨¢ dividido en dos mitades.
Nadie espera ya que el presidente admita de palabra su derrota. Tambi¨¦n es un misterio si Bolsonaro cumplir¨¢ el protocolo y colocar¨¢ la banda presidencial a su sucesor. Pero, por el bien del pa¨ªs, deber¨ªa abandonar su estrategia actual, dejar de sembrar el caos, propiciar que sus fieles se replieguen y prepararse para ejercer la oposici¨®n a partir del 1 de enero cuando, adem¨¢s, dominar¨¢ el Congreso. Lamentablemente, su trayectoria de las ¨²ltimas tres d¨¦cadas en pol¨ªtica no deja espacio para el optimismo. La veteran¨ªa y el temple de Lula frente a la actitud irresponsable de su rival son un activo ante este conflicto latente que deber¨ªa quedar enterrado cuanto antes.