?Al suelo!
El verdadero asalto al Congreso de los Diputados se produce desde dentro, con luz y taqu¨ªgrafos, en cada sesi¨®n parlamentaria, de forma en apariencia arriera
El atraco a una sucursal de banco se realiza por la puerta que da a la calle, el atracador embozado y con un arma aut¨¦ntica o simulada en la mano; pero si se trata de apoderarse del banco entero con toda la pasta hay que atracarlo a cara descubierta, bien trajeado, a trav¨¦s del consejo de administraci¨®n situado en un despacho de la ¨²ltima planta. ...
El atraco a una sucursal de banco se realiza por la puerta que da a la calle, el atracador embozado y con un arma aut¨¦ntica o simulada en la mano; pero si se trata de apoderarse del banco entero con toda la pasta hay que atracarlo a cara descubierta, bien trajeado, a trav¨¦s del consejo de administraci¨®n situado en un despacho de la ¨²ltima planta. El asalto al Congreso de los Diputados lo realiz¨® el teniente coronel Tejero, un 23 de febrero, exhibiendo una pistola como ¨²nico argumento, en compa?¨ªa de guardias civiles armados con metralletas que llegaron a la Carrera de San Jer¨®nimo montados en autobuses La Sepulvedana. Fue una chapuza de unos incompetentes, investidos con un car¨¢cter decimon¨®nico. Ahora el verdadero asalto al Congreso de los Diputados se produce desde dentro, con luz y taqu¨ªgrafos, en cada sesi¨®n parlamentaria, de forma en apariencia arriera, pero en el fondo muy sofisticada. Parece como si se tratara de un plan bien estudiado por los enemigos de la Constituci¨®n, a derecha e izquierda, para convertir ese hemiciclo donde reside el poder legislativo del Estado en una taberna de muy baja estopa con el prop¨®sito de degradarlo, hasta el punto que a cualquier persona bien educada le d¨¦ verg¨¹enza seguir los debates para no tener que humillarse. ?Al suelo!, ?al suelo! La voz ya lejana de aquel energ¨²meno vuelve a resonar ahora en el hemiciclo mediante los insultos personales de la extrema derecha y los gritos hist¨¦ricos de la extrema izquierda, para amasar juntos una bronca diaria. ?M¨¢s caballos! ¡ªvociferaba la plebe ib¨¦rica en la plaza de toros mientras varios pencos corneados con las tripas al aire garreaban en la arena¡ª. De hecho, ha vuelto la tauromaquia a la pol¨ªtica y en el Parlamento se celebra en cada debate un tercio de varas. Y aunque parezca que est¨¢n sentados, la mayor¨ªa de los diputados contemplan el espect¨¢culo ya desde el suelo.