Sobre Qatar
La visi¨®n del astronauta fue interrumpida por la imagen de una bestia semejante a un drag¨®n. Hasta sus pies llegaba un grito un¨¢nime: ??Gol, gol, gol!!
Ignoro cu¨¢ntos astronautas est¨¢n orbitando en este momento la Tierra en sus naves espaciales; y tambi¨¦n cu¨¢nto tiempo llevan movi¨¦ndose ingr¨¢vidamente en el interior de esos fabulosos cacharros. Puede que sus cuerpos se hayan hecho ya a su propia levedad que les permite volar con los brazos abiertos desde la cocina al cuarto de ba?o, desde la sala de m¨¢quinas a la mesa de trabajo. Sin duda sus ojos estar¨¢n saturados de la belleza de este planeta azul que penetra por las escotillas, sobre el cual la luz y la oscuridad se suceden como una rueda estelar encendiendo y apagando continentes, mares, cordilleras y desiertos, que solo desde esa altura parecen puros e incontaminados, exentos de la lujuriosa mierda humana que los envuelve. Imagino a un astronauta quien llevado por un misticismo c¨®smico ha decidido abandonar la nave con una Biblia en la mano. Unido a la c¨¢psula madre con un cord¨®n umbilical, flotando solo en el espacio, abre el libro sagrado por el Apocalipsis de San Juan. En el silencio compacto del vac¨ªo, unas veces sus p¨¢ginas las ilumina el sol, otras brillan con la luz fosforescente que procede de las galaxias. Con su pensamiento ingr¨¢vido el astronauta acierta a leer: ¡°Al punto fui elevado en esp¨ªritu y vi un solio colocado en lo m¨¢s alto del cielo parecido a una piedra de jaspe en la que estaba sentado un personaje; en torno al solio hab¨ªa un arco de color esmeralda¡±. Sobre las p¨¢ginas del Apocalipsis se posaban la gloria y las tinieblas, ambas con id¨¦ntico esplendor, pero, de pronto, la visi¨®n del astronauta fue interrumpida por la imagen de una bestia semejante a un drag¨®n que sub¨ªa desde Qatar y se sentaba en el solio de jaspe. Hasta sus pies llegaba un grito un¨¢nime: ??Gol, gol, gol!!, seguido de un c¨¢ntico ebrio: ??Campeones, o¨¦, o¨¦, o¨¦!!, que se expand¨ªa por todo el universo en forma de calabaza.
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