Se interpreta. El rol del desdichado, el rol del despechado, el rol del que dice ¡°yo prescindo¡±, el rol del que dice ¡°yo renuncio¡±, el rol del que dice ¡°puedo soportarlo¡±, el rol del que dice ¡°mir¨¢ lo que me has hecho¡±. El rol funesto del chantaje. Se interpreta. El rol del aquejado, el rol del insolente, el rol del que dice ¡°qu¨¦ me importa¡±. El rol del que acepta el rapto, del que se resiste. El rol del que se quema en la adversidad, del que la exhibe con altaner¨ªa. Se interpreta. El rol del que dice ¡°soy feliz¡±. El rol del que dice ¡°mir¨¢ este cielo de fuego¡±. El rol del elegido. El rol del q...
Se interpreta. El rol del desdichado, el rol del despechado, el rol del que dice ¡°yo prescindo¡±, el rol del que dice ¡°yo renuncio¡±, el rol del que dice ¡°puedo soportarlo¡±, el rol del que dice ¡°mir¨¢ lo que me has hecho¡±. El rol funesto del chantaje. Se interpreta. El rol del aquejado, el rol del insolente, el rol del que dice ¡°qu¨¦ me importa¡±. El rol del que acepta el rapto, del que se resiste. El rol del que se quema en la adversidad, del que la exhibe con altaner¨ªa. Se interpreta. El rol del que dice ¡°soy feliz¡±. El rol del que dice ¡°mir¨¢ este cielo de fuego¡±. El rol del elegido. El rol del que proclama ¡°yo soy ¨²nico¡±. El rol del que contempla embelesado. El rol del hechizado vivo. El rol del que juega a ocultar lo que quiere decir pero que, al ocultarlo, lo dice. El rol del reticente falso. Es un laberinto del que no puede salirse por arriba. Una pulsi¨®n centr¨ªfuga. No sirve para nada pero es la vida plena. Mientras tanto, se interpreta. El rol del que dice ¡°aguanto¡±, el rol del que no se arrepiente, el rol del que avanza hacia el abismo. El rol del inmolado. El rol del m¨¢rtir. ¡°Decir no / decir no / atarme al m¨¢stil / pero / deseando que el viento lo voltee / que la sirena suba y con los dientes / corte las cuerdas y me arrastre al fondo/ diciendo no no no/ pero sigui¨¦ndola¡±, escribi¨® Idea Vilari?o. No se puede volver atr¨¢s. A veces, casi siempre, tampoco se quiere. No hay ruego. No hay queja. No es una estrategia (aunque al decirlo empiece a serlo). No es un drama (y es un drama enorme). Todas las salidas de emergencia est¨¢n tapiadas pero, a la vez, ?qui¨¦n quiere salir del para¨ªso? ¡°(..) y me soltaste el freno / y me soltaste las riendas / (¡) los huesos, las confusiones, / las postales de Nueva Inglaterra, / las noches de enero a las diez, / y nos alzamos como trigo, / metros sobre metros de oro,/ y cosechamos,/ cosechamos¡±, escribi¨® Anne Sexton. Solo que siempre cosechamos solos. El resto es el teatro ¡ªmuy negro¨D del amor.