Pacto en Chile
El presidente Gabriel Boric logra el compromiso de 14 partidos para dotar al pa¨ªs de una nueva Constituci¨®n
Chile ha dado un nuevo y esperanzador paso hacia la aprobaci¨®n de una Constituci¨®n que entierre definitivamente la redactada en 1980 por el r¨¦gimen de Augusto Pinochet. Tres meses despu¨¦s del plebiscito constitucional en el que una amplia mayor¨ªa de los chilenos (62%) rechaz¨® el texto propuesto por una convenci¨®n, 14 partidos pol¨ªticos han pactado una nueva ruta constituyente. Lo ha firmado desde el Partido Comunista hasta la derecha tradicion...
Chile ha dado un nuevo y esperanzador paso hacia la aprobaci¨®n de una Constituci¨®n que entierre definitivamente la redactada en 1980 por el r¨¦gimen de Augusto Pinochet. Tres meses despu¨¦s del plebiscito constitucional en el que una amplia mayor¨ªa de los chilenos (62%) rechaz¨® el texto propuesto por una convenci¨®n, 14 partidos pol¨ªticos han pactado una nueva ruta constituyente. Lo ha firmado desde el Partido Comunista hasta la derecha tradicional, aunque ha quedado fuera el populismo del Partido de la Gente y la ultraderecha del Partido Republicano. Es un acuerdo que busca no repetir la experiencia fracasada del proceso anterior ¡ªiniciado en el estallido social de 2019 y marcado por el maximalismo¡ª y que pretende conseguir para Chile una Constituci¨®n democr¨¢tica y moderna que facilite el desarrollo inclusivo, sin poner en riesgo lo logrado en las ¨²ltimas d¨¦cadas.
Ha sido esta una apuesta decidida del presidente Gabriel Boric, golpeado en septiembre por el rechazo electoral de un texto que su Gobierno defendi¨® hasta el ¨²ltimo d¨ªa. Con la nueva iniciativa recupera terreno y cumple su promesa de dotar a Chile de una Constituci¨®n libre de las r¨¦moras del pasado. A su vez, la derecha, liderada por una nueva generaci¨®n, mantiene su palabra: pese a las presiones internas de los sectores m¨¢s conservadores, ha negociado para sacar adelante una nueva Ley Fundamental.
El nuevo proceso aspira a evitar los tropiezos del anterior y para ello incluye un sistema de filtros que pretende depurar y estabilizar el proyecto, a pesar de que no gustan ni a los sectores m¨¢s radicales de la izquierda ni de la derecha. As¨ª, los partidos han acordado un documento de 12 puntos que deber¨¢ ser respetado a la hora de redactar una nueva propuesta de Constituci¨®n; entre ellos figuran tanto la preservaci¨®n de la unidad del Estado y los emblemas patrios como la separaci¨®n de poderes. Prev¨¦ adem¨¢s un ¨®rgano de 14 juristas que velar¨¢ por el cumplimiento de estos principios b¨¢sicos. Otro grupo de 24 expertos designados por el Congreso tendr¨¢ la misi¨®n de presentar un borrador para que los 50 constituyentes, elegidos en abril pr¨®ximo por sufragio obligatorio, comiencen a trabajar y que, en la parte final del proceso, podr¨¢ revisar y forzar cambios.
En este nuevo intento constituyente chileno, que debe culminar en un plebiscito el 26 de noviembre de 2023, algunos de los negociadores, sobre todo de la ¨®rbita socialista, han tenido en la mira el proceso constitucional espa?ol donde las fuerzas pol¨ªticas y territoriales se concertaron para establecer unas bases sobre las que modernizar el pa¨ªs. Ahora la capacidad de innovaci¨®n de la Asamblea Constituyente queda acotada, frente a la anterior y fallida experiencia, pero representa en la pr¨¢ctica un logro relevante para los sectores progresistas. Despu¨¦s de la fuerte derrota de la izquierda en el refer¨¦ndum, en Chile se corr¨ªa el riesgo de que el momento constituyente se extinguiera abatido por urgencias pol¨ªticas tan graves como la crisis de seguridad o el azote de la inflaci¨®n (13,3% anual). Para Boric este acuerdo representa un gran respiro. Aunque probablemente no se llegue a la Constituci¨®n que so?aba parte de su coalici¨®n, ser¨¢ el presidente que, si todo sale bien, firmar¨¢ la Ley Fundamental chilena para las pr¨®ximas d¨¦cadas.