Asamblea electa y comit¨¦ de expertos: Chile acuerda un nuevo proceso constituyente

A tres meses del rechazo a la nueva Constituci¨®n de Chile en un referendo, 14 partidos con representaci¨®n en el Congreso y tres movimientos han llegado a un acuerdo para iniciar un nuevo proceso constituyente. Lo han sellado desde el Partido Comunista hasta la derecha tradicional y se trata de una ruta constituyente muy distinta a la anterior, con reglas que instalan l¨ªmites y que impedir¨ªan una propuesta refundacional.

El acuerdo, dado a conocer este lunes por la noche en la sede del Parlamento de la capital chilena, contempla la elecci¨®n ciudadana de las 50 personas que deber¨¢n redactar el texto, un ¨®rgano paritario llamado consejo constitucional. Es un triunfo para Gabriel Boric, que empuj¨® con fuerza por un ¨®rgano sin designados, aunque, en t¨¦rminos generales, las reglas de este nuevo intento constituyente las han puesto mayoritariamente los que ganaron en el refer¨¦ndum del 4 de septiembre: la derecha tradicional y las fuerzas moderadas.

¡°El pa¨ªs demanda certezas, sanar heridas, reconstruir confianzas y, sobre todo, llevar adelante un proceso constituyente exitoso, para que la Constituci¨®n sea un factor de unidad. Pero la tarea reci¨¦n comienza. Tenemos que aprender con mucha humildad de las lecciones de nuestra historia y no solo las del pasado reciente¡±, ha dicho esta noche el presidente del Senado, el socialista ?lvaro Elizalde, al detallar junto al l¨ªder de la C¨¢mara de Diputados, Vlado Mirosevic, el documento titulado Acuerdo por Chile.

El proceso estar¨¢ marcado por la existencia de un grupo de 24 expertos que ser¨¢ elegido por el Congreso (12 designados por los senadores y 12 por los diputados), donde el oficialismo de Boric no tiene mayor¨ªa. Se elegir¨¢n ¡°en proporci¨®n a la representaci¨®n de las distintas fuerzas pol¨ªticas¡±. Este equipo de expertos deber¨¢ presentar un anteproyecto para que el consejo constitucional comience a trabajar. Luego se integrar¨¢n al consejo, podr¨¢n hacer uso de la palabra en las sesiones y, al final del proceso, tendr¨¢n la opci¨®n de ¡°formular propuestas que mejoren la redacci¨®n y comprensi¨®n de normas del texto¡±. En caso de discrepancias, un grupo mixto de seis convencionales y seis expertos deber¨¢ llegar a consensos por tres quintos. Este punto ha sido un triunfo para la derecha, que buscaba mayor protagonismo de los especialistas y que no solo tuvieran un papel de asesores.

Este acuerdo tendr¨¢ que ratificarse por cuatro s¨¦ptimos por el Congreso, porque se trata de un proyecto de ley de reforma de la Carta Fundamental. El nuevo intento constitucional de Chile tendr¨¢ menos tiempo: los expertos comenzar¨¢n a trabajar en enero, los 50 convencionales ser¨¢n electos en abril con voto obligatorio y, tras una instalaci¨®n el 21 de mayo, tendr¨¢n cinco meses para trabajar, hasta el 21 de octubre, cuando entreguen el texto final. Al terminar el proceso, la propuesta deber¨¢ ratificarse mediante un plebiscito de salida el 26 de noviembre de 2023.

En Chile rige la Constituci¨®n de 1980, redactada en la dictadura de Augusto Pinochet y reformulada decenas de veces en democracia. En medio del estallido social de octubre de 2019, el proceso constituyente fue la respuesta institucional que el mundo pol¨ªtico en su conjunto ofreci¨® a la ciudadan¨ªa para descomprimir las revueltas que pusieron en entredicho la democracia chilena.

En julio de 2021, una convenci¨®n dominada por la izquierda y los independientes comenz¨® sus funciones y, luego de un a?o de trabajo, entreg¨® un texto profundamente transformador de la institucionalidad chilena, con un marcado acento feminista y ecologista, defendido por el reci¨¦n asumido Gobierno de Boric. En el plebiscito de salida de septiembre pasado, sin embargo, el electorado lo rechaz¨® ampliamente, lo que dej¨® fortalecida a la derecha y a los grupos que se opusieron al texto. Desde entonces, los grupos pol¨ªticos con representaci¨®n en el Congreso hab¨ªan intentado llegar a un acuerdo para fijar las reglas de este nuevo intento constituyente.

Desde el 4 de septiembre pasado, cuando se celebr¨® el plebiscito de salida donde se rechaz¨® la propuesta, las diferentes fuerzas pol¨ªticas negociaban las condiciones de este nuevo intento. Solo algunos sectores, como el Partido Republicano de la derecha extrema, de Jos¨¦ Antonio Kast, se han mantenido en la posici¨®n de que Chile no necesita una nueva Constituci¨®n.

Hasta hoy se hab¨ªan acordado algunos importantes consensos, como la instalaci¨®n de 12 puntos que deber¨¢n respetarse a la hora de redactar una nueva propuesta de Constituci¨®n, para evitar que, en definitiva, el texto tenga un car¨¢cter refundacional. Fue un punto que gan¨® la derecha. Entre estos m¨ªnimos comunes est¨¢ que Chile siga siendo un Estado unitario; respetar los emblemas patrios, escudo nacional, himno; definir que el Estado chileno tiene tres poderes separados e independientes (lo que estaba en entredicho en la propuesta anterior, sobre todo por las transformaciones en el Poder Ejecutivo); y, entre otros, consagrar la autonom¨ªa del Banco Central, Justicia electoral, Ministerio P¨²blico y Contralor¨ªa.

En una segunda etapa se acord¨® la existencia de un ¨®rgano de 14 miembros, todos juristas, que le permita a la futura convenci¨®n dirimir sus diferencias, sobre todo en la l¨ªnea se respetar las 12 bases que marcar¨¢n los debates. Su papel se ha asemejado a la de los ¨¢rbitros y fue un nuevo triunfo de la derecha opositora. La tercera y ¨²ltima parte de las negociaciones, sin embargo, se hab¨ªa entrampado, justamente por su dificultad: la integraci¨®n del ¨®rgano que redactar¨¢ la nueva Constituci¨®n y la forma en que ser¨¢ elegido. Es lo que se ha negociado el pasado fin de semana por los partidos pol¨ªticos del oficialismo y de la oposici¨®n y que se ha comunicado esta tarde a la ciudadan¨ªa.

Diferencias con el proceso anterior

El nuevo acuerdo tiene importantes diferencias con el proceso anterior. Antes se trataba de un ¨®rgano de 155 miembros, donde los independientes postularon sin la necesidad de los partidos. La derecha no logr¨® ni siquiera un tercio de representantes. Hubo 17 esca?os reservados para pueblos ind¨ªgenas, mientras que en esta ocasi¨®n ¡°el consejo ser¨¢ integrado por esca?os ind¨ªgenas supranumerarios [sobre los 50 miembros], asignados de acuerdo al porcentaje de votaci¨®n efectiva en la elecci¨®n [de los que voten con la papeleta de esca?os ind¨ªgenas]¡±.

El ¨®rgano anterior tuvo un a?o de trabajo, en el que se protagonizaron graves problemas, por lo que fue perdiendo respaldo ciudadano. La propuesta rechazada en septiembre ten¨ªa 355 art¨ªculos y propon¨ªa, entre otros asuntos, democracia representativa y reforzada con modalidades de democracia directa que Chile no ha conocido nunca, descentralizaci¨®n y, junto con la paridad y una mirada ecologista ¨Cque cruzaban todo el texto¨C se garantizaban una gran cantidad de derechos sociales.

Las normas que generaron mayor rechazo fueron la plurinacionalidad ¨Ccomo pa¨ªses de la regi¨®n como Bolivia y Ecuador¨C, las autonom¨ªas territoriales ind¨ªgenas y el sistema de Gobierno con r¨¦gimen presidencial y bicameralismo asim¨¦trico, que representaba el fin del Senado, con 200 a?os de historia.

Con los 12 puntos que ser¨¢n la base para la nueva discusi¨®n constitucional, el ¨®rgano de 14 miembros que le permitir¨¢ al futuro consejo dirimir sus diferencias y sobre todo con los 24 expertos, que ser¨¢n nombrados por el Congreso, se limitan en buena medida las opciones de innovaci¨®n de la constituyente de 50 miembros. Es, en definitiva, una propuesta que no acomodar¨¢ a los extremos pol¨ªticos, ni de la derecha ni de la izquierda.

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