El sur avanza
Los pa¨ªses meridionales, con el liderazgo de Espa?a, logran pactar un tope al precio del gas en la Uni¨®n Europea
Los Veintisiete han aceptado poner un tope al precio del gas natural en el mercado mayorista, de 180 euros por megavatio hora, despu¨¦s de haberse resistido durante meses con enorme determinaci¨®n a adoptar esta medida a pesar de los problemas derivados de la guerra en U...
Los Veintisiete han aceptado poner un tope al precio del gas natural en el mercado mayorista, de 180 euros por megavatio hora, despu¨¦s de haberse resistido durante meses con enorme determinaci¨®n a adoptar esta medida a pesar de los problemas derivados de la guerra en Ucrania. El acuerdo queda muy lejos de los 275 euros originalmente propuestos por la Comisi¨®n, y que hab¨ªan patrocinado Alemania y Pa¨ªses Bajos, y est¨¢ infinitamente m¨¢s cerca de las ambiciones meridionales que del conservadurismo septentrional. Se trata de una medida in¨¦dita e impensable hace pocos meses, y es un nuevo ejemplo de ese radical cambio de trayectoria de la UE al constituir una victoria ¡ªcon algunos matices¡ª para el sur y la periferia. La posici¨®n de Espa?a, el pa¨ªs m¨¢s beligerante contra las aguadas propuestas iniciales de la Comisi¨®n y voz cantante de la mano de la ministra Teresa Ribera en las negociaciones, sale particularmente reforzada.
Lejos quedan ya los d¨ªas en los que los pa¨ªses del norte ganaban, sistem¨¢ticamente y casi sin necesidad de bregarse, todas las batallas econ¨®micas en el seno de la UE. En lo puramente econ¨®mico, el mecanismo adoptado dota a la Uni¨®n de una l¨ªnea de defensa adicional frente a la especulaci¨®n y frente a una posible escalada de precios el pr¨®ximo verano, algo que no es descartable: cuando toque llenar de nuevo los almacenamientos con vistas al invierno de 2023, reaparecer¨¢n las dudas y subir¨¢ el precio. Sin ser definitivo, porque a¨²n vendr¨¢n curvas ¡ªla primera fase de la crisis energ¨¦tica est¨¢ superada, pero 2023 seguir¨¢ siendo un a?o dif¨ªcil¡ª, el l¨ªmite insufla tranquilidad en el mercado gasista para los meses venideros. Y permite pensar en un mayor control de la inflaci¨®n energ¨¦tica.
En lo pol¨ªtico, supone un espaldarazo importante para quienes llevan meses pidiendo cambios de calado en el funcionamiento de los mercados energ¨¦ticos europeos. Si la excepci¨®n ib¨¦rica supuso un cambio radical en la forma de fijar el precio de la luz en Espa?a y Portugal, derribando una por una las resistencias de los pa¨ªses m¨¢s reticentes al cambio, el tope sobre el precio del gas profundiza a¨²n m¨¢s en esa misma l¨ªnea.
La medida incluye alguna concesi¨®n para hacerla aceptable a ojos de Berl¨ªn ¡ªque vir¨® del no al s¨ª¡ª y La Haya ¡ªque se abstuvo¡ª. As¨ª que la limitaci¨®n de precios tendr¨¢ cuatro condiciones y dejar¨¢ de tener efecto si se declara una emergencia en el sector gasista, si se precipita la inestabilidad en los mercados financieros por las garant¨ªas exigidas a las empresas gasistas, si se dispara la demanda interna o si las llegadas de gas por barco ¡ªel gran comod¨ªn de la UE en esta crisis¡ª se desploman. En s¨ªntesis: ante cualquier duda sobre la seguridad de suministro, el tope pasar¨¢ a la reserva. Mientras tanto, el centro y el norte se aseguran un freno. Y el sur y la periferia logran imponer su criterio tras el brindis al sol inicial del Ejecutivo comunitario en forma de tope inaplicable.