Un matrimonio de conveniencia: transici¨®n ecol¨®gica y revoluci¨®n digital
Nada garantiza que los dos grandes desaf¨ªos vayan de la mano. Si lo hacen, se retroalimentar¨¢n y fortalecer¨¢n; en caso contrario, el resultado puede ser catastr¨®fico

Dos grandes tendencias marcan nuestro tiempo: la transici¨®n ecol¨®gica y la revoluci¨®n digital. Tanto es as¨ª, que cuando la Uni¨®n Europea decidi¨® crecer tras la pandemia, con esa demostraci¨®n de fuerza que es el programa de Recuperaci¨®n, Transformaci¨®n y Resiliencia, lo hizo apostando por una modernizaci¨®n econ¨®mica entendida como la suma de digitalizar y reverdecer. Nada garantiza, sin embargo, que ambas vayan de la mano. Si lo hacen, se retroalimentar¨¢n y fortalecer¨¢n; en caso contrario, el resultado puede ser catastr¨®fico.
Habitualmente, la digitalizaci¨®n ha sido considerada una aliada de la sostenibilidad en varios sentidos. En primer lugar, en la medida en que ayuda a desmaterializar y descarbonizar la econom¨ªa, propiciando el cambio de productos por servicios, lo que abre, adem¨¢s, todo un campo nuevo de desarrollo econ¨®mico. Por otro lado, la digitalizaci¨®n ayuda a tener m¨¢s y mejor informaci¨®n, posibilitando as¨ª una administraci¨®n m¨¢s eficiente en m¨²ltiples campos, desde la gesti¨®n de la log¨ªstica hasta la optimizaci¨®n del sistema energ¨¦tico, pasando, por ejemplo, por la movilidad o el desarrollo de las llamadas smart cities (ciudades inteligentes). La digitalizaci¨®n es, adem¨¢s, un factor clave de la innovaci¨®n, especialmente a trav¨¦s de mecanismos cooperativos como la inteligencia colectiva y la experimentaci¨®n abierta, imprescindibles para seguir avanzando en sostenibilidad. No es extra?o, por tanto, que lo digital y lo verde hayan sido considerados aliados.
Que esta alianza entre ambos vectores lo siga siendo es tan importante que merece la pena trazar el mapa de riesgos para poder afrontarlos y eliminarlos. Aqu¨ª empiezan los problemas. Seg¨²n la Agencia Internacional de la Energ¨ªa, la digitalizaci¨®n supone hoy ya el consumo del 3% de energ¨ªa primaria global y el 7% de la electricidad, es responsable de entre el 2% y el 4% de las emisiones de gases de efecto invernadero en todo el mundo y de entre 15 y 25 millones de CO? equivalente, es decir, el doble de las emisiones del transporte a¨¦reo. De no hacer nada para evitarlo, se calcula que las tecnologi?as digitales en la UE representara?n en 2030 el 40% de las emisiones de gases de efecto invernadero y el 10% del consumo ele?ctrico.
Por otro lado, y a la vista de informes como los elaborados por Andr¨¦s Ortega y Gregorio Mart¨ªn para el Real Instituto Elcano y el G-20, en los ¨²ltimos 50 a?os el consumo de energ¨ªa asociado a las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n y la comunicaci¨®n (TIC) no ha dejado de crecer, dando la raz¨®n a la paradoja de Jevons, seg¨²n la cual el aumento de la eficiencia suele conducir, simult¨¢neamente, a un incremento de las emisiones, debido a que, en este caso, el ahorro energ¨¦tico logrado mediante mejoras tecnol¨®gicas en los dispositivos se ve contrarrestado por un mayor uso de las TIC.
A esto hay que unir, adem¨¢s, la utilizaci¨®n de materiales asociados a los dispositivos digitales, con lo que supone de necesidad de minerales, algunos de ellos tierras raras, escasas y de dif¨ªcil extracci¨®n, que se encuentran en la base de numerosos conflictos, algunos incluso armados, en pa¨ªses pobres.
Estos desaf¨ªos tienen caracter¨ªsticas propias y diferenciadas en el llamado sur global. Seg¨²n la Agencia Internacional de la Energ¨ªa, en 2040 el 70% de la futura demanda de energ¨ªa provendr¨¢ de Estados no pertenecientes a la OCDE, por lo que los pa¨ªses en desarrollo tambi¨¦n ser¨¢n centrales en este tema. El sur global no debe quedarse atr¨¢s en la incorporaci¨®n a la digitalizaci¨®n, y debe hacerlo con los mismos criterios de transici¨®n ecol¨®gica adaptados a su realidad socioecon¨®mica. Tambi¨¦n en este caso la transici¨®n ecol¨®gica ha de ser justa.
La sostenibilidad del planeta no puede permitirse que la digitalizaci¨®n sea un enemigo, porque en tal caso el resultado de la contienda est¨¢ cantado. Basta pensar que lo ecol¨®gico se piensa en t¨¦rminos de transici¨®n, mientras que cuando hablamos de lo digital nos referimos a ella como una revoluci¨®n. La una avanza lentamente, la otra se mueve a velocidad imparable. La primera se quiere hacer de forma ordenada y con justicia social; la segunda puede llevarse todo por delante. Si la disyuntiva es transici¨®n ecol¨®gica versus revoluci¨®n digital, est¨¢ claro qui¨¦n gana, y qui¨¦n pierde. Mejor dicho, perdemos todos y todas, los que estamos y los que vendr¨¢n.
La relaci¨®n entre estos dos vectores de cambio es algo que est¨¢ empezando a estudiarse por foros de expertos y analistas de forma interdisciplinar. Sin ir m¨¢s lejos, el pasado mes de noviembre Bilbao acogi¨® la novena edici¨®n de los Bilbao European Encounters, bajo el t¨ªtulo Green Digital Conference, dedicados a este asunto. Decenas de especialistas, procedentes del mundo de la ingenier¨ªa, la f¨ªsica, la ciencia de datos, la filosof¨ªa, la sociolog¨ªa y la ciencia pol¨ªtica, se reunieron para pensar juntos c¨®mo hacer posible lo que ya se denomina la twin transition, que no es sino la alianza de la transici¨®n verde y la digital, de forma que ambas se retroalimenten en positivo. Se trata de un reto que une aspectos t¨¦cnicos con desaf¨ªos relacionados con la gobernanza y otros de car¨¢cter social y educativo. Dado que ning¨²n instituto de investigaci¨®n por s¨ª solo, ni ning¨²n ¨¢rea de conocimiento de forma aislada, pueden abordar un reto poli¨¦drico como este, es necesario que el conjunto de saberes piensen juntos de forma transdisciplinar c¨®mo hacer posible la complementariedad y alineaci¨®n de ambas transformaciones.
La buena noticia es que empiezan a emerger propuestas para que esto sea posible. El encuentro mencionado dio lugar a la Declaraci¨®n de Bilbao Green Digital, donde se recogen muchas de estas propuestas elaboradas en este y otros encuentros especializados. Algunas se refieren a cuestiones relacionadas con el ¨¢mbito tecnol¨®gico, como la incorporaci¨®n de criterios de ecodise?o en el desarrollo e implantaci¨®n de sistemas digitales o el desarrollo de algoritmos verdes basados en la ciencia de datos y la inteligencia artificial para mejorar la eficiencia energ¨¦tica. No faltan tampoco propuestas que apelan a la educaci¨®n y que tienen que ver con la alfabetizacio?n digital sostenible entre la poblacio?n, fomentando buenos ha?bitos de consumo digital, especialmente entre los jo?venes, fuertemente concienciados con la sostenibilidad y la proteccio?n del medio ambiente, lo que los convierte en un actor imprescindible en este asunto.
Con todo, las principales recomendaciones apelan a la necesidad de una gobernanza de la revoluci¨®n digital. Es preciso medir de forma rigurosa y con metodolog¨ªas fiables y acordadas las emisiones asociadas a toda la digitalizaci¨®n para poder hacer seguimiento de su evoluci¨®n, evitar la tecnolog¨ªa banal, promover la reutilizacio?n de materiales y dispositivos electro?nicos en el marco de una ¡°economi?a digital circular¡±, as¨ª como asociar las energi?as renovables a los procesos de digitalizacio?n. Junto a esto, es imprescindible proteger a los individuos, poblaciones, especies y entornos vulnerables que puedan verse afectados negativamente por la extraccio?n de materias primas para la digitalizacio?n y para la produccio?n de energi?a, garantizando el acceso justo y equitativo a los beneficios y cargas de tales procesos.
Estas son algunas de las claves de una nueva gobernanza que debe incorporar responsabilidades de regulaci¨®n ambiental al sector digital para garantizar que los dos grandes desaf¨ªos, la transici¨®n ecol¨®gica y la revoluci¨®n digital, caminen en la misma direcci¨®n creando sinergias positivas que permitan maximizar su impacto y acelerar los cambios.
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