Periodismo y horror en M¨¦xico
En el pa¨ªs en el que m¨¢s reporteros matan, la Ciudad de M¨¦xico y los grandes comunicadores parec¨ªan intocables. Hasta un jueves por la noche
¡°A las 11:10 pm, a 200 metros de mi casa dos personas en una motocicleta me dispararon, al parecer con la clara intenci¨®n de matarme. Me salv¨® el blindaje de mi camioneta que yo manejaba y he enterado del asunto a las autoridades¡±. Este tuit se public¨® apenas 20 minutos despu¨¦s del intento de asesinato. Lo escribi¨® la propia v¨ªctima: Ciro G¨®mez Leyva, uno de los periodistas m¨¢s conocidos de M¨¦xico. Antes de la medianoche, volvi¨® a lanzar otro, con una m...
¡°A las 11:10 pm, a 200 metros de mi casa dos personas en una motocicleta me dispararon, al parecer con la clara intenci¨®n de matarme. Me salv¨® el blindaje de mi camioneta que yo manejaba y he enterado del asunto a las autoridades¡±. Este tuit se public¨® apenas 20 minutos despu¨¦s del intento de asesinato. Lo escribi¨® la propia v¨ªctima: Ciro G¨®mez Leyva, uno de los periodistas m¨¢s conocidos de M¨¦xico. Antes de la medianoche, volvi¨® a lanzar otro, con una misma idea: ¡°Me salv¨® el blindaje de la camioneta¡±, escribi¨® junto a dos fotos en los que se ve¨ªan algunos de los disparos que impactaron en el veh¨ªculo.
En M¨¦xico, escribir que una matanza, un atentado, un crimen en definitiva, ha marcado un punto de inflexi¨®n se ha vuelto desolador. Son tantos que para que tenga un eco noticioso da la sensaci¨®n de que tiene que ser a¨²n m¨¢s s¨®rdido, truculento, m¨¢s grave que el anterior, el de hace 24 horas a lo sumo. Un ejemplo: no hab¨ªan pasado ni dos d¨ªas del atentado contra G¨®mez Leyva, o Ciro, como se le conoce en M¨¦xico, cuando dos hermanos y su t¨ªo aparecieron muertos en el coraz¨®n de la capital, maniatados en su casa, junto a una superviviente, la mujer y t¨ªa de las v¨ªctimas. Los hab¨ªan asesinado los inquilinos del piso de abajo porque quer¨ªan quedarse con la propiedad del inmueble. Convivir con el horror es la t¨®nica a la que nos hemos acostumbrado, porque el horror en este pa¨ªs parece tener menos l¨ªmites que la impunidad.
Vuelvo al atentado de Ciro. Es un punto de inflexi¨®n porque en el pa¨ªs en el que m¨¢s periodistas matan, la Ciudad de M¨¦xico y los grandes comunicadores parec¨ªan intocables. Hasta un jueves por la noche, en el que dos sicarios en moto revientan cualquier tipo de razonamiento banal. Todo el mundo ha podido ver por redes c¨®mo los asesinos segu¨ªan la camioneta de Ciro, junto a un sospechoso coche que ralentiz¨® el paso, hasta propinarle una serie de disparos. M¨¦xico, repito, es uno de los pa¨ªses m¨¢s peligrosos del mundo para los periodistas. Y este a?o que acaba, el m¨¢s mort¨ªfero que se recuerda. Hasta escribir estas l¨ªneas, al menos 12 han sido asesinados vinculados a su profesi¨®n de reporteros. Todos ocurrieron fuera de la capital, pero si algo tienen en com¨²n es la impunidad que rodea a los casos. Estos y los de decenas que han muerto en a?os pasados. La sensaci¨®n de indefensi¨®n ante la justicia, sin embargo, no es un asunto de periodistas: m¨¢s del 90% de los cr¨ªmenes en M¨¦xico quedan impunes.
Han pasado 10 d¨ªas y no hay un detenido por el intento de asesinato de G¨®mez Leyva ni se ha podido aclarar cu¨¢l es el m¨®vil del atentado pese a que las autoridades se afanaron en decir que se resolver¨ªa. Las especulaciones, todo lo que va en contra del buen periodismo, se han multiplicado. La investigaci¨®n, no obstante, ya parece estar en un segundo plano. De nuevo, todo se centra en el presidente, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, y en sus ataques a la prensa. En su ma?anera posterior al atentado, se solidariz¨® con Ciro y acto seguido critic¨® a varios periodistas. Con los d¨ªas, el mandatario ha llegado a decir que el atentado le conviene al periodista y a los medios sin aportar medio dato en el que base su macabra especulaci¨®n. La confrontaci¨®n a la que acostumbra a diario, atizando a los reporteros y medios que le son o le han sido cr¨ªticos, alcanza tambi¨¦n niveles inimaginables. ¡°Estoy contigo y un escupitajo en la cara¡±, resumi¨® G¨®mez Leyva las palabras que le dedic¨® el presidente. Este mensaje tambi¨¦n es para todos.