El nuevo duelo entre Lula y Bolsonaro
La anunciada vuelta del expresidente a Brasil obliga al Gobierno a actuar con un plus de prudencia frente a los militares
Los ¨²ltimos acontecimientos en Brasil con el tentado golpe de estado por parte de los a¨²n fieles seguidores del ultradrechista expresidente Jair Bolsonaro, que ya ha anunciado que est¨¢ para volver de su exilio de lujo en los Estados Unidos, obligan a Lula a un plus de prudencia sobretodo frente a los militares.
Es verdad que seg¨²n un sondeo de Datafolha, el 93% de los brasile?os condena el ataque bolsonarista a la sede de los tres poderes ...
Los ¨²ltimos acontecimientos en Brasil con el tentado golpe de estado por parte de los a¨²n fieles seguidores del ultradrechista expresidente Jair Bolsonaro, que ya ha anunciado que est¨¢ para volver de su exilio de lujo en los Estados Unidos, obligan a Lula a un plus de prudencia sobretodo frente a los militares.
Es verdad que seg¨²n un sondeo de Datafolha, el 93% de los brasile?os condena el ataque bolsonarista a la sede de los tres poderes en Brasilia, al mismo tiempo que Lula ha recibido el apoyo de los pa¨ªses m¨¢s importantes del mundo. Pero tambi¨¦n es cierto que Bolsonaro, que hab¨ªa sido ridiculizado por su fuga al extranjero tras la victoria de su adversario Lula, se ha envalentonado con los actos golpistas en Brasilia y ya ha anunciado que est¨¢ para volver al pa¨ªs. M¨¢s a¨²n ha vuelto a colocar en las redes un mensaje rechazando de nuevo el resultado de las urnas, aunque enseguida volvi¨® a eliminarlo, lo que por s¨ª s¨®lo supone un crimen m¨¢s a los tantos que recaen sobre ¨¦l.
Bolsonaro, tras los actos de terrorismo de los d¨ªas pasados perpetrados mientras la c¨²pula militar cerraba los ojos, ha vuelto a resucitar y debe confiar en que cuenta con la connivencia de una parte de los militares que permitieron durante semanas que miles de bolsonaristas acamparan impunemente frente a los cuarteles en varias partes del pa¨ªs. Ello bajo la excusa apoyada por el actual ministro de Defensa, Jos¨¦ Mucio, un conservador viejo amigo de Lula, que parece jugar con dos barajas. Ha sido ¨¦l qui¨¦n ha calificado de simple libertad de expresi¨®n y de protesta democr¨¢tica los acampamentos frente a los cuarteles entre los que, seg¨²n ¨¦l mismo ha confesado, ¡°hab¨ªa amigos y familiares suyos¡±.
?Qu¨¦ har¨¢ ahora Lula? ?Cambiar¨¢ al ministro de Defensa, como le piden algunos ministros petistas de su gobierno o seguir¨¢ confiando en ¨¦l? ?Y qu¨¦ har¨¢ con Bolsonaro si regresa a Brasil y ahora, envalentonado, continuara incitando a los suyos a seguir combatiendo a las instituciones del Estado insistiendo en la idea de un golpe militar?
El nuevo gobierno de Lula podr¨ªa, si Bolsonaro volviera a Brasil, juzgarle y hasta encarcelarle sobretodo si continuara, ya aqu¨ª, azuzando a sus huestes para derribar el nuevo gobierno. ?Le conviene sin embargo eso a Lula o no le ser¨¢ mejor no enfrentar a esa parte del Ej¨¦rcito que abierta o solapadamente sigue apoyando al expresidente que tantas prebendas le dio durante su gobierno?
La pregunta est¨¢ en el aire y ya en el gobierno, sobretodo los ministros del PT, el partido de Lula, empujan para que Bolsonaro pueda primero ser considerado inelegible y si es el caso juzgarlo y condenarlo. En la pol¨¦mica ha entrado hasta el popular escritor Paolo Coelho, que ha escrito a Lula pidi¨¦ndole que no entre en un enfrentamiento frontal con Bolsonaro ya que a¨²n cuenta con el apoyo suficiente para envenenar a una parte de la sociedad, entre la que se encuentran importantes empresarios de ultraderechas que bajo cuerda financian y apoyan las ¨ªnfulas golpistas de los extremistas fascistas.
Por ahora, Lula a qui¨¦n le han reforzado las medidas de protecci¨®n personal, prefiere gobernar y mejorar al pa¨ªs sobretodo en el campo econ¨®mico y favorecer a los m¨¢s pobres que entrar en una nueva guerra ideol¨®gica contra Bolsonaro, en realidad un derrotado en las urnas y a quien los militares, sobretodo los que cuentan con mayor poder y prestigio, a¨²n no lo apoyan por lo menos abiertamente.
Al mismo tiempo, en el nuevo gobierno se prefiere, antes de tomar medidas extremas, esperar la vuelta de Bolsonaro y observar si va a continuar alimentando sus ¨ªnfulas golpistas e impugnando el resultado de la elecciones que dio la victoria a Lula o si se conformar¨¢ con la actual derrota a la espera de poder representarse a las elecciones en 2026 para lo que, eso s¨ª, va a necesitar de alg¨²n modo, abierta o solapadamente, mantener vivo el fuego de la subversi¨®n y los ataques a las instituciones del Estado.
Lula es un viejo especialista de la pol¨ªtica y sabe no dejarse arrastrar ni siquiera por los arrobos de algunos de los suyos que le empujan a actuar m¨¢s dr¨¢sticamente contra la ultraderecha fortaleciendo al mismo tiempo a la parte m¨¢s conservadora de su gobierno que le permiti¨® ganar las elecciones.
Hay incluso quien piensa que Lula act¨²a tambi¨¦n en esta dif¨ªcil partida de ajedrez con los ojos puestos no tanto en una posible reelecci¨®n, que ya ha descartado, sino en conseguir el gran sue?o de su vida y de su carrera: el conquistar el Nobel de la Paz. Para ello, sin embargo, sabe muy bien que lo que necesita es conseguir mantener viva la democracia, reconciliar a los brasile?os, mejorar la vida de los millones de pobres y evitar nuevos ataques a las instituciones del Estado.
Todo ello le supone un dif¨ªcil y complejo equilibrio que deber¨¢ saber usar incluso frente al ardor guerrero de algunos de los ministros de su propio partido.
Se podr¨ªa decir que ahora, a partir del intento terrorista de la extrema derecha, el papel mediador de Lula se hace m¨¢s delicado y hasta peligroso que nunca y va a necesitar dar lo mejor de s¨ª mismo y de su gran experiencia y talento pol¨ªtico frente a las embestidas feroces del bolsonarismo que con el regreso del jefe podr¨ªan recrudecerse.