Las l¨¢grimas de una mujer que las factura
Lo de Shakira siempre han sido las canciones de amor y esta, la que puede llegar a ser su mayor ¨¦xito, est¨¢ dedicada, de principio a fin al amor de su vida: el mercado
Dicen que Shakira ha escrito un himno, pero tambi¨¦n que ha firmado su mayor desprop¨®sito. Dicen que Shakira es feminista por la gracia con la que ataca p¨²blicamente a Gerard Piqu¨¦ (que levante la mano quien pueda escuchar la canci¨®n sin sonre¨ªr), aunque tambi¨¦n dicen que es machista por comparar a las mujeres con Ferraris y Rolex (o con Twingos y Casios, lo mismo da) y por denigrar a la nueva pareja de su ex por el hecho de ser mujer y joven al mismo tiempo. El ruido social dispara el conflicto (y las ventas) mientras una premisa se da por buena: la cantante Shakira ha dedicado una canci¨®n a s...
Dicen que Shakira ha escrito un himno, pero tambi¨¦n que ha firmado su mayor desprop¨®sito. Dicen que Shakira es feminista por la gracia con la que ataca p¨²blicamente a Gerard Piqu¨¦ (que levante la mano quien pueda escuchar la canci¨®n sin sonre¨ªr), aunque tambi¨¦n dicen que es machista por comparar a las mujeres con Ferraris y Rolex (o con Twingos y Casios, lo mismo da) y por denigrar a la nueva pareja de su ex por el hecho de ser mujer y joven al mismo tiempo. El ruido social dispara el conflicto (y las ventas) mientras una premisa se da por buena: la cantante Shakira ha dedicado una canci¨®n a su ex, Gerard Piqu¨¦. Pero no es verdad. Lo cierto es que Shakira ha escrito una canci¨®n de amor al amante que m¨¢s le pone: el mercado. Esa es la raz¨®n por la que este ¨²ltimo baile entre Shakira, Piqu¨¦ y la industria que los uni¨® habla exclusivamente de una cosa: dinero. ¡°Me dejaste de vecina a la suegra con la prensa en la puerta y la deuda en Hacienda¡±, canta Shakira. Lo dice con todas sus letras y el orgullo que deja haber defraudado presuntamente 14 millones al fisco mientras nosotros, los verdaderos cornudos de este tr¨ªo (espa?olas y espa?oles estafados), confundimos el desamor con la deuda bancaria y la traici¨®n amorosa con el fraude fiscal. Un error tan grave como confundir la avaricia con el deseo, el n¨²mero de reproducciones de un v¨ªdeo con su valor musical, la calidad con la cantidad o la monoton¨ªa de una pareja con el narcisismo furioso de sus miembros.
Lo que no podemos confundir es el destinatario final de la canci¨®n BZRP Music Session #53. Y no: no es Gerard Piqu¨¦. Despu¨¦s de todo, lo de Shakira siempre han sido las canciones de amor y esta, la que puede llegar a ser su mayor ¨¦xito, est¨¢ dedicada, de principio a fin al amor de su vida. Y a ¨¦l le dice alto y claro: ¡°Yo valgo por dos de 22¡±. No es despecho ni desprecio por la joven pareja de Piqu¨¦, es solo la constataci¨®n de que el precio de su nombre est¨¢ disparado. Y al mercado le grita que se equivoc¨® el d¨ªa que empez¨® a preferir los pantalones de ch¨¢ndal a las plumas de su falda tribal y las plataformas de los 2000 a sus pies descalzos. ¡°Cambiaste un Ferrari por un Twingo, cambiaste un Rolex por un Casio¡±, canta ahora. Pero no es una venganza sino una declaraci¨®n de amor. Porque lo que Shakira grita al mundo es que est¨¢ dispuesta a entregar al mercado todo cuanto le pida. A ¨¦l lo nombr¨® hace tiempo due?o de su m¨²sica. Y la m¨²sica siempre ha sido due?a de su coraz¨®n. El resto lo viene cantando desde los noventa: ¡°Loca, ciega, sordomuda, torpe, plasta y testaruda. Es todo lo que he sido, por ti me he convertido en una cosa que no hace otra cosa m¨¢s que amarte¡±.
Pero entonces Piqu¨¦, ?qu¨¦ pinta en esta historia? ?l es un punto del tri¨¢ngulo, claro est¨¢, pero nunca la parte fundamental. Por eso tiene que estar realmente hecho polvo. Porque el amor de su vida, la ha elegido a ella. Recordar¨¢n que Shakira y Piqu¨¦ se conocieron en aquel hist¨®rico Mundial de 2010, cuando el plato preferido de la industria musical era el mestizaje tribal y Shakira cantaba el ¡°Waka Waka¡± disfrazada con trapos raciales, blanqu¨ªsima y rubia rodeada de mujeres de todos los colores. En aquellos a?os el mundo entero segu¨ªa el ritmo alqu¨ªmico de sus caderas. Eran tiempos de gloria para los dos, ¨¦l acababa de ganar un Mundial de f¨²tbol y era ya un tipo decidido a comprarse cualquier cosa que el dinero pudiera pagar, empezando por el amor. Un poco como el Gran Gatsby pero sin el cerebro de Scott Fitzgerald: la tristeza total para una vida. El destino parec¨ªa escrito. ?l, hoy lo sabemos, es ese futbolista capaz de vender el deporte que m¨¢s ama (con su equipo dentro) para blanquear una dictadura. As¨ª las cosas, y como no pod¨ªa ser de otra manera, Shakira y Piqu¨¦ se enamoraron. Eran tal para cual. Aunque, evidentemente, nunca estuvieron solos. Ellos, igual que Lady Di, siempre fueron tres en su matrimonio. Shakira, Piqu¨¦ y el amante de ambos: el ¨¦xito.
As¨ª pues a Piqu¨¦ le toca ahora masticar los celos m¨¢s amargos. Podr¨¢ tolerar (y hasta celebrar, qui¨¦n sabe) que Shakira le acuse en la canci¨®n de tener m¨¢s m¨²sculo que inteligencia: ¡°mucho gimnasio pero trabaja el cerebro un poquito tambi¨¦n¡±. Pero no podr¨¢ soportar lo de verla gozar de los favores de la industria, de las marcas, de los likes, del ¨¦xtasis de la facturaci¨®n. ?l que se crey¨® que por fin era el favorito del tr¨ªo, no se dio cuenta de que nada excita m¨¢s al mercado que la ¨²ltima l¨¢grima de una mujer famosa, idealmente abandonada. Esa es la raz¨®n por la que Shakira ha entregado su ¨²ltima pluma tribal a un jovenc¨ªsimo Bizarrap, el chaval de 24 a?os que convierte en dinero cada artista que toca. Ha cambiado las ra¨ªces por el Shein y se ha calzado plataformas m¨¢s altas que las de sus rivales. ¡°Las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan¡±, canta Shakira, sin saber que llorar y facturar han sido a lo lago de su vida una sola cosa.
Hoy no quedan l¨¢grimas pero tampoco queda Shakira. Solo hay, por lo visto, una monta?a de dinero. Lo que Shakira no quiere reconocer es que ni siquiera es suyo, se lo debe a Hacienda. Eso y que las mujeres no nos ganamos nuestra libertad facturando. Al contrario, la pelea sigue siendo que ninguna mujer (tampoco ninguna artista) est¨¦ en venta. No ten¨ªas que haber vendido nunca nada, Shaki. Y mucho menos tu ¨²ltima l¨¢grima. Ojal¨¢ conserves al menos una. Si as¨ª fuera, te felicito. Qu¨¦ bien act¨²as.