Enfermedades mentales
Los casos individuales se?alan las graves carencias del sistema p¨²blico de salud para tratar con rapidez dolencias ps¨ªquicas
Que un joven de 23 a?os, ¡°sin recursos econ¨®micos¡±, que ha acudido a ¡°un servicio de urgencias de un hospital p¨²blico de la Comunidad de Madrid absolutamente desesperado y con un alt¨ªsimo riesgo de suicidio¡±, reciba su primera cita con un psic¨®logo cl¨ªnico para un a?o despu¨¦s, es un indicador de la falta de capacidad de respuesta de la sanidad p¨²blica ante el aumento de los trastornos menta...
Que un joven de 23 a?os, ¡°sin recursos econ¨®micos¡±, que ha acudido a ¡°un servicio de urgencias de un hospital p¨²blico de la Comunidad de Madrid absolutamente desesperado y con un alt¨ªsimo riesgo de suicidio¡±, reciba su primera cita con un psic¨®logo cl¨ªnico para un a?o despu¨¦s, es un indicador de la falta de capacidad de respuesta de la sanidad p¨²blica ante el aumento de los trastornos mentales en la poblaci¨®n juvenil. Lo cont¨® en una carta a la directora de este peri¨®dico la psic¨®loga cl¨ªnica que lo atendi¨® en su consulta privada. En los ¨²ltimos a?os se han acumulado las estad¨ªsticas que revelan un incremento importante en la demanda de atenci¨®n urgente por crisis de angustia, trastornos de ansiedad y depresi¨®n e intentos de suicidio en j¨®venes y adolescentes. La cuesti¨®n de fondo es hasta qu¨¦ punto la situaci¨®n de colapso de los servicios de asistencia mental que refleja este caso tiene que ver con el preocupante aumento de los suicidios, que se ha convertido en la primera causa de muerte despu¨¦s de los tumores entre los 15 y los 29 a?os.
La sociedad debe debatir y abordar las causas del creciente malestar psicol¨®gico entre los j¨®venes, y no ser¨¢ dif¨ªcil encontrar una relaci¨®n entre el aumento de los trastornos mentales y diversos factores relacionados con la incertidumbre que se cierne sobre su vida y su futuro, como la presi¨®n de una competitividad muy focalizada en el rendimiento, o la enorme distancia que los j¨®venes perciben entre su esfuerzo, sus expectativas y los resultados que obtienen. Pero mientras se abordan estas causas profundas, que provocan en muchos de ellos frustraci¨®n y sentimiento de abandono por parte de los poderes p¨²blicos, hay un desaf¨ªo inaplazable: c¨®mo ampliar y dotar a los servicios de salud mental para asegurar una atenci¨®n de calidad y r¨¢pida que evite el agravamiento de las crisis de ansiedad o las depresiones reactivas por falta de atenci¨®n y acaben convertidas en patolog¨ªas cr¨®nicas o, lo que es peor, en muertes por suicidios que podr¨ªan haberse evitado.
La historia de este joven es de un alto valor testimonial: refleja una realidad muy extendida y causa de un enorme sufrimiento, tanto a los afectados como a sus familias. El joven sali¨® del servicio de urgencias con la prescripci¨®n de un ansiol¨ªtico y un antidepresivo que con suerte pod¨ªa hacerle efecto varias semanas despu¨¦s. El problema no radica en este primer nivel de atenci¨®n urgente, que seguramente fue correcto. El problema es que la primera visita con el especialista se demore un a?o en un caso en que puede estar en peligro la vida del paciente. Por otra parte, hay signos alarmantes de que la falta de recursos profesionales en salud mental est¨¢ abocando a que los tratamientos farmacol¨®gicos tengan un peso desproporcionado en la atenci¨®n mental y se prolonguen de forma inadecuada ante la ausencia de atenci¨®n psicol¨®gica. En muchos casos son tratamientos que tienen efectos adversos y pueden crear adicci¨®n si no est¨¢n bien supervisados. La falta de psicoterapia y de una atenci¨®n peri¨®dica suficiente aumenta el riesgo y puede conducir a un agravamiento de las dolencias. Con la actual dotaci¨®n de psiquiatras y psic¨®logos cl¨ªnicos, muy claramente inferior a la de pa¨ªses como Alemania o Francia, la red sanitaria p¨²blica no est¨¢ en condiciones de dar una respuesta satisfactoria al repunte de necesidades de salud mental que vive la sociedad espa?ola.