No solo la geolog¨ªa
Las p¨¦simas condiciones de seguridad antis¨ªsmica explican en parte las descomunales cifras de muertos en Turqu¨ªa y Siria
No es tan solo la atormentada geolog¨ªa de la pen¨ªnsula de Anatolia, tensionada por cuatro placas tect¨®nicas, la que ha destruido centenares de miles de edificios en Turqu¨ªa y en Siria y sepultado a millares de ciudadanos, muchos de ellos definitivamente. La inexistencia de un Gobierno eficiente y de un Estado capaz de ...
No es tan solo la atormentada geolog¨ªa de la pen¨ªnsula de Anatolia, tensionada por cuatro placas tect¨®nicas, la que ha destruido centenares de miles de edificios en Turqu¨ªa y en Siria y sepultado a millares de ciudadanos, muchos de ellos definitivamente. La inexistencia de un Gobierno eficiente y de un Estado capaz de garantizar los m¨ªnimos de seguridad a sus ciudadanos es la causa fundamental de las cifras descomunales de fallecidos que se est¨¢n contabilizando tanto en las 10 provincias turcas afectadas por los temblores de tierra como en las dos regiones sirias, una bajo control de la dictadura de Bachar el Asad y la otra de los rebeldes todav¨ªa en guerra contra Damasco.
En un caso, el turco, la negligencia, el clientelismo, e incluso la corrupci¨®n est¨¢n detr¨¢s de la extrema fragilidad ante los terremotos de un extenso parque de viviendas construido con materiales y normas deficientes. El contraste entre las ruinas de los edificios derrumbados por el temblor, justo al lado de otros edificios que se han mantenido intactos, explica por s¨ª solo la extensi¨®n de un tipo de construcci¨®n surgido del progreso r¨¢pido y low cost de la era Erdogan. Fue un terremoto, el de Izmit en 1999, con m¨¢s de 17.000 v¨ªctimas mortales, uno de los elementos que propuls¨® al Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), le dio la mayor¨ªa para el Gobierno en 2002 y ha permitido al propio Recep Tayyip Erdogan estar al frente del pa¨ªs desde 2003, primero como jefe de Gobierno y luego como presidente. Pero puede ser otro terremoto, el actual, el que ponga en peligro esa mayor¨ªa e incluso la continuidad del presidente en las elecciones previstas para mayo.
Las normas de construcci¨®n antis¨ªsmicas y las inspecciones implantadas a partir de aquella cat¨¢strofe han ido relaj¨¢ndose en el cuarto de siglo de hegemon¨ªa del AKP. Centenares de miles de edificios construidos desde entonces fuera de la normativa recibieron la convalidaci¨®n legal en 2018, en una amnist¨ªa urban¨ªstica que procur¨® sustanciosos ingresos a la Administraci¨®n, te¨®ricamente dedicados a seguridad s¨ªsmica. Ser¨¢ dif¨ªcil, por tanto, que el Gobierno y el presidente puedan eludir las responsabilidades que ya se les demanda desde la oposici¨®n.
En Siria no es un Estado ineficiente el responsable ¨²ltimo de la devastaci¨®n, sino un Estado autocr¨¢tico y gravemente implicado en la represi¨®n de las revueltas de los ciudadanos. En su caso, son los cascos blancos, grupos de ciudadanos organizados para asistir a las v¨ªctimas de la guerra, los que han tomado la iniciativa, a pesar de sus escasos medios, en el rescate de los supervivientes. Urge aligerar el actual r¨¦gimen internacional de sanciones, embargos y bloqueo de comunicaciones contra el r¨¦gimen para permitir la llegada a Siria de ayuda humanitaria y de grupos de rescate. Por desgracia, Bachar el Asad, aliado agradecido por la ayuda militar de Putin y de Jamenei, intentar¨¢ extraer partido pol¨ªtico de la cat¨¢strofe para avanzar en su reconocimiento internacional, pero esta regi¨®n entre la cuenca de los mares Negro y Mediterr¨¢neo necesita la m¨¢xima solidaridad y cuantos recursos sea posible para el auxilio a las v¨ªctimas y la reconstrucci¨®n de sus ciudades.