Alguien ha volado un gasoducto
Lo m¨¢s sorprendente de la pol¨¦mica en torno a la voladura del Nord Stream es la falta de juicio cr¨ªtico que permita razonar, sin necesidad de m¨¢s fuentes que el propio Gobierno americano, sobre qui¨¦n deseaba la destrucci¨®n del gaseoducto y a qui¨¦n beneficia
Estados Unidos destruy¨® los gasoductos Nord Stream. O al menos as¨ª lo cuenta el periodista Seymour Hersh, detallando el sabotaje a partir de una fuente an¨®nima implicada. Ganador de un Pulitzer, Hersh dio a conocer en el 69 ...
Estados Unidos destruy¨® los gasoductos Nord Stream. O al menos as¨ª lo cuenta el periodista Seymour Hersh, detallando el sabotaje a partir de una fuente an¨®nima implicada. Ganador de un Pulitzer, Hersh dio a conocer en el 69 la masacre en My Lai a manos estadounidenses. A lo largo de su carrera ha revelado otros grandes esc¨¢ndalos: del bombardeo clandestino de Camboya al programa de espionaje masivo de la CIA, pasando por el maltrato en la prisi¨®n de Abu Ghraib durante la guerra de Irak. Si algo tienen en com¨²n parte de sus investigaciones es que son inc¨®modas para Washington, Londres y dem¨¢s embajadas del imperialismo, donde se fabrican noticias que buena parte de nuestras agencias informativas reproducen disciplinadamente.
Quiz¨¢ por eso recibe habitualmente calumnias por parte de la prensa del r¨¦gimen anglo-americano. Tras su ¨²ltima exclusiva ha sido menospreciado como un simple bloguero por Reuters, mientras Wikipedia intentaba tildarlo de ¡°te¨®rico de la conspiraci¨®n¡±. Pero ?de qu¨¦ conspiraci¨®n? ?Cree que el hombre no lleg¨® a la luna, que nos gobiernan reptilianos, que no existe la covid? Nada de eso: da versiones alternativas pero nada descabelladas del uso de armas qu¨ªmicas por parte de sirios y rusos, del extra?o asesinato de Bin Laden o de una posible financiaci¨®n de los rebeldes yihadistas por parte de yanquis y saud¨ªes.
Y, puesto que la ¨²nica libertad de prensa es la del due?o de la imprenta, y nuestro due?o es el d¨®lar, est¨¢n saliendo no pocos periodistas y tod¨®logos a descalificar a Hersh. Repiten, como de costumbre, un mismo argumentario, el del portavoz del Departamento de Defensa de EE UU: ¡°Hersh no es fiable porque suele basarse en un n¨²mero muy peque?o de fuentes an¨®nimas¡±. Otros creen, llamadlos locos, que es lo que tiene cualquier filtraci¨®n de operaciones secretas.
A muchos de estos cr¨ªticos, sin embargo, la falta de fuentes fiables no les ha impedido pasarse meses cont¨¢ndonos que Putin est¨¢ enfermo y le quedan dos telediarios, que los rusos est¨¢n a punto de usar armas qu¨ªmicas y nucleares o que los sobres incendiarios que enviaba un se?or de Burgos eran obra de una red internacional terrorista de extrema derecha.
Con todo, lo m¨¢s sorprendente no es el ramalazo de ¨¦tica period¨ªstica de quienes aplauden la censura de medios extranjeros y las listas negras de ¡°prorrusos¡±. Tampoco nos pilla de nuevas que conciban cualquier conflicto como un Madrid-Bar?a, que no barajen la posibilidad de que se pueda condenar la invasi¨®n de Ucrania y el sabotaje americano. Lo m¨¢s sorprendente es la falta de juicio cr¨ªtico que les permita razonar, sin necesidad de m¨¢s fuentes que el propio Gobierno americano, qui¨¦n deseaba la destrucci¨®n del Nord Stream y a qui¨¦n beneficia.
Hace un a?o, el presidente Biden dec¨ªa en rueda de prensa que ¡°pondr¨ªan fin¡± al Nord Stream si Rusia invad¨ªa Ucrania. ¡°?C¨®mo lo har¨¢n exactamente, si el proyecto est¨¢ en manos de Alemania?¡±, pregunt¨® una periodista. ¡°Lo haremos, se lo prometo, podremos hacerlo¡±, respondi¨® ¨¦l. Como dec¨ªa la pintada que vio Galeano, ¡°nos mean y los diarios dicen que llueve¡±. Y no solo eso: ahora tambi¨¦n nos cuentan que el que no quiere mojarse no se est¨¢ poniendo un paraguas sobre la cabeza, sino un gorrito de papel albal.