Casa, una para vivir
Los lectores escriben sobre el dif¨ªcil acceso de los j¨®venes a una vivienda, la salud mental, la necesidad de prevenir los incendios forestales y sobre los vientres de alquiler
Produce una gran tristeza ver a nuestros hijos compartiendo piso con casi 30 a?os. Aun as¨ª, sabemos que lo m¨¢s valioso para ellos y nosotros es su curr¨ªculo que acredita una esmerada formaci¨®n que, a corto o medio plazo, les proporcionar¨¢ la autonom¨ªa que hasta ahora no han disfrutado. Se puede ver desde esta perspectiva, o mostrar una falsa nostalgia y decir que sus padres a esa edad, ya ten¨ªan la hipoteca finiquitada a costa de empezar a trabajar sin la posibilidad de acceder a la ...
Produce una gran tristeza ver a nuestros hijos compartiendo piso con casi 30 a?os. Aun as¨ª, sabemos que lo m¨¢s valioso para ellos y nosotros es su curr¨ªculo que acredita una esmerada formaci¨®n que, a corto o medio plazo, les proporcionar¨¢ la autonom¨ªa que hasta ahora no han disfrutado. Se puede ver desde esta perspectiva, o mostrar una falsa nostalgia y decir que sus padres a esa edad, ya ten¨ªan la hipoteca finiquitada a costa de empezar a trabajar sin la posibilidad de acceder a la universidad. Tambi¨¦n podemos retroceder a sus abuelos, que apenas aprendieron a leer y escribir, pero que con un gran esfuerzo pudieron hacerse de una vivienda e incluso con alguna m¨¢s para despu¨¦s revender o alquilar. No debemos generalizar para decir que cualquier tiempo pasado fue mejor, pues muchos abuelos no tuvieron la oportunidad de hacer ni el Bachillerato y algunos padres de esos j¨®venes ¡°sin futuro¡± han podido optar a un trabajo decente pasados los 40 a?os, tras acceder tarde a la Universidad. Visto lo visto, me acoger¨¦ al lema de mi abuelo Jos¨¦: ¡°Casa, una para vivir¡±.
Jos¨¦ Solano Mart¨ªnez. Cartagena (Murcia)
Depresi¨®n
Si pudiese hablar de la depresi¨®n sin sentir que el coraz¨®n se me va a salir del pecho o que voy a volver a caer en ella, dar¨ªa gran parte de lo que tengo. Tras dos a?os y medio con depresi¨®n, me sigue doliendo el mirar atr¨¢s y sentir que he perdido un tiempo que nunca volver¨¢. Como tantos j¨®venes que han pasado por esto, me alegra saber que sigo vivo, y pese a tener que estar orgulloso de no haberme dado por vencido, sigo viviendo en compa?¨ªa del miedo. Un d¨ªa m¨¢s es un paso m¨¢s. No le desear¨ªa esto ni a mi peor enemigo.
Jaime Garc¨ªa de Otero. Sevilla
M¨¢s prevenci¨®n
Los montes est¨¢n siendo arrasados por las llamas que destruyen la fauna y la flora en miles de hect¨¢reas que quedan calcinadas. Los da?os medioambientales que se producen son de considerable importancia y, dada la sequ¨ªa existente, el verano que se aproxima hace presagiar tiempos de suma preocupaci¨®n. Ser¨ªa deseable que los recursos materiales y humanos que se utilizan en la extinci¨®n de incendios fueran antes destinados a la implementaci¨®n de medidas preventivas de protecci¨®n de los bosques. Para unificar criterios de actuaci¨®n y pese a que esa responsabilidad recae sobre las comunidades aut¨®nomas, el Gobierno central deber¨ªa establecer una estrategia con medidas medioambientales y que estas fueran de obligado cumplimiento con el objetivo de proteger del fuego a nuestros bosques.
Jos¨¦-Benigno P¨¦rez Rico. Madrid
?Cuesti¨®n de dinero?
Tras conocer la nueva maternidad de Ana Obreg¨®n a sus 68 a?os mediante vientre de alquiler se debate de nuevo sobre esta pr¨¢ctica, que se considera ilegal en Espa?a. El PP ha planteado estos d¨ªas la posibilidad de regularlo, siempre que no haya una contraprestaci¨®n econ¨®mica; el PSOE, por su parte, considera que deber¨ªan de endurecer los requisitos de registro de los beb¨¦s. Las parejas que no pueden tener hijos de forma biol¨®gica, pueden adoptar, pero el proceso dura una media de nueve a?os. ?No ser¨ªa mejor facilitar y reducir los plazos de adopci¨®n?
Nuria Gonz¨¢lez Rivas. Barcelona