La tragedia migrante de Ciudad Ju¨¢rez nos habla de Am¨¦rica
El incendio en un centro de detenci¨®n que dej¨® 39 muertos y decenas de heridos simboliza el fracaso de todo un sistema que involucra a M¨¦xico, Estados Unidos, Centroam¨¦rica y parte del continente
Ciudad Ju¨¢rez est¨¢ clavada en el imaginario de medio mundo por las espirales de violencia que sufre su poblaci¨®n. Las guerras entre carteles, los feminicidios incesantes y el ecosistema mafioso de la trata han moldeado una representaci¨®n sombr¨ªa y desesperanzadora del lugar. El pasado lunes las esperanzas se hicieron de nuevo a?icos. ...
Ciudad Ju¨¢rez est¨¢ clavada en el imaginario de medio mundo por las espirales de violencia que sufre su poblaci¨®n. Las guerras entre carteles, los feminicidios incesantes y el ecosistema mafioso de la trata han moldeado una representaci¨®n sombr¨ªa y desesperanzadora del lugar. El pasado lunes las esperanzas se hicieron de nuevo a?icos. La muerte de 39 personas en un centro de detenci¨®n de migrantes, a tan solo unos kil¨®metros de la frontera con Estados Unidos, es el s¨ªmbolo del cortocircuito de todo un sistema. No solo de lo que fall¨® en la estaci¨®n del Instituto Nacional de Migraci¨®n (Inami), una dependencia del Gobierno mexicano, sino tambi¨¦n del fen¨®meno migratorio y las penalidades que lo rodean: el drama sin fin de la miseria, la persecuci¨®n, el desarraigo y la privaci¨®n.
Lo que sabemos se resume, de momento, en los 32 segundos de un v¨ªdeo de una de las c¨¢maras del centro. Una celda repleta de migrantes, un incendio provocado por unos internos que iban a ser deportados, seg¨²n las autoridades, unos vigilantes que ni se acercan a la puerta pese a la evidente desesperaci¨®n de los reclusos y el humo que devora la escena. Murieron asfixiados y carbonizados. La investigaci¨®n de la Fiscal¨ªa apunta a tres funcionarios, cinco guardias de seguridad y un migrante. Por supuesto, fue una tragedia, pero no una desgracia m¨¢s. En los ¨²ltimos d¨ªas, lo sucedido nos ha hablado de M¨¦xico, su relaci¨®n con Estados Unidos y las tensiones pol¨ªticas internas con la campa?a electoral de fondo, pero tambi¨¦n de Centroam¨¦rica, Venezuela, las caravanas y la disonancia entre las buenas intenciones y la realidad.
El presidente Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador prometi¨® transparencia y justicia: ¡°De ninguna manera vamos a ocultar nada¡±. El viernes por la tarde un grupo de migrantes cort¨® el paso a su coche durante una visita a Ciudad Ju¨¢rez y, por ahora, no se ha producido ninguna dimisi¨®n. Pero al margen de las indagaciones que deber¨¢n determinar las negligencias y reparar, al menos a trav¨¦s de la verdad, a los familiares de los fallecidos y de las decenas de heridos, lo ocurrido ha removido las aguas de la arena pol¨ªtica de Washington a Caracas.
Algunos de los principales funcionarios del Gobierno mexicano, el secretario de Gobernaci¨®n, el departamento encargado del Instituto de Migraci¨®n y el secretario de Relaciones Exteriores, chocaron a cuenta del reparto de responsabilidades. Ambos aspiran a suceder a L¨®pez Obrador y el primero, Ad¨¢n Augusto L¨®pez, se desvincul¨® en una entrevista diciendo que el asunto le incumbe al canciller Marcelo Ebrard. Este opt¨® por un tuit acorde con su cargo, m¨¢s diplom¨¢tico, aunque sugiriendo que la disputa no estaba zanjada: ¡°Dejo cualquier consideraci¨®n de ¨ªndole pol¨ªtica para otros momentos. Cada cual debe hacer lo que le corresponde en esta hora¡±. Las palabras m¨¢s emotivas se escucharon en el Senado, donde el opositor Emilio ?lvarez Icaza, un veterano pol¨ªtico hoy no adscrito a ninguna bancada, exigi¨® estar a la altura de la tragedia. ¡°?Eso es un crimen de Estado, carajo!¡±, estall¨®.
Las fronteras norte y sur de M¨¦xico son un abismo vital y burocr¨¢tico para decenas de miles de personas, la mayor¨ªa de ellas a la espera de definir su situaci¨®n y a menudo despu¨¦s de una larga y peligrosa traves¨ªa por la selva del Dari¨¦n y Centroam¨¦rica. La meta siempre es cruzar a Texas, Nuevo M¨¦xico, Arizona o California y por eso Estados Unidos siempre ha recurrido a la pol¨ªtica migratoria para presionar o negociar con el pa¨ªs vecino. Bajo el mandato de Donald Trump, esa tendencia degener¨® hasta un abierto chantaje arancelario. Fue el republicano quien aplic¨® hace tres a?os, al comienzo de la pandemia, el llamado t¨ªtulo 42, una medida que facilita las devoluciones en caliente hoy empantanada en el Tribunal Supremo. Con estas premisas, tambi¨¦n la Casa Blanca tuvo que pronunciarse sobre la muerte de los migrantes, entre los que hab¨ªa ciudadanos centroamericanos, venezolanos, ecuatorianos y un colombiano, y rechaz¨® toda responsabilidad y ofreci¨® ayuda para investigar. El dirigente opositor venezolano Juan Guaid¨® aprovech¨® pol¨ªticamente la tragedia para culpar a Nicol¨¢s Maduro. Mientras tanto, los allegados de las v¨ªctimas claman justicia.