Ecologismo y pegamento
Los activistas son los heraldos de un nuevo totalitarismo, persuadidos, caiga quien caiga, de la justicia absoluta de su causa. Yo, por si acaso, los tomar¨ªa en serio
Se hacen llamar ?ltima Generaci¨®n. Exigen al Gobierno de turno medidas dr¨¢sticas para la protecci¨®n del medio ambiente y la lucha contra el cambio clim¨¢tico. Hasta ah¨ª nada que no deseen con buena fe millones de seres humanos. Lo que caracteriza...
Se hacen llamar ?ltima Generaci¨®n. Exigen al Gobierno de turno medidas dr¨¢sticas para la protecci¨®n del medio ambiente y la lucha contra el cambio clim¨¢tico. Hasta ah¨ª nada que no deseen con buena fe millones de seres humanos. Lo que caracteriza a estos activistas de nuevo cu?o es la estrategia adoptada para defender una causa que no es s¨®lo suya y la renuncia a los efectos pr¨¢cticos de sus acciones, al menos a corto plazo. Dicen conformarse con llamar la atenci¨®n; o sea, con salir en la tele y los peri¨®dicos. Empezaron lanzando pur¨¦ de patata y otros pegotes comestibles a obras de arte. Algunos hicieron pinitos como huelguistas de hambre. La iniciativa no prosper¨®. Por dejar de comer no sale uno en los noticiarios. Ahora les ha dado por pegarse con cola de secado r¨¢pido a calzadas y autopistas, en la f¨¢cil esperanza de ocasionar atascos. Obstruyeron el t¨²nel de San Gotardo en Suiza y el del Elba en Hamburgo en plena operaci¨®n salida de vacaciones. Surgieron imitadores en Francia, donde la polic¨ªa no suele andarse con chiquitas, al rev¨¦s que en Alemania, pa¨ªs transformado hoy d¨ªa en una factor¨ªa de permisividad. A veces los damnificados (ciudadanos que llevan sus hijos al colegio, que acuden a una cita m¨¦dica, al aeropuerto o al trabajo) pierden la paciencia y arrancan a viva fuerza a los ecologistas adheridos a la carretera, sin reparar en las consecuencias judiciales posteriores. En Berl¨ªn falleci¨® una ciclista atropellada que no pudo recibir ayuda sanitaria a tiempo por causa de un atasco provocado por los pegados. Se les ha visto verter la cola sobrante en una alcantarilla y obstruir carriles de bicicletas y cometer un sinf¨ªn de patochadas. Ahora amenazan con paralizar Berl¨ªn. Son los heraldos de un nuevo totalitarismo, persuadidos, caiga quien caiga, de la justicia absoluta de su causa. Yo, por si acaso, los tomar¨ªa en serio.