As¨ª son los j¨®venes espa?oles del activismo clim¨¢tico m¨¢s radical: ¡°Estamos dispuestos a ir a la c¨¢rcel¡±
Los miembros de Futuro Vegetal, un colectivo de desobediencia civil creado hace un a?o, han cortado la M-30 y la Vuelta, se han pegado a cuadros de Goya y a la tribuna del Congreso. Luchan contra el calentamiento global y plantean m¨¢s protestas para primavera
El activismo clim¨¢tico est¨¢ subiendo de intensidad a la vez que aumenta la temperatura del planeta. A las protestas de organizaciones ecologistas cl¨¢sicas como Greenpeace o Ecologistas en Acci¨®n ¨Dque llevan d¨¦cadas cortando carreteras o encaram¨¢ndose a macrogranjas o plataformas petrol¨ªferas¡ª, se han sumado en los ¨²ltimos meses las acciones radicales de Futuro Vegetal, un colectivo de desobediencia civil creado hace tan solo un a?o cuyos miembros han logrado gran repercusi¨®n al pegarse a las majas de Goya en el Museo del Prado ¡ªuna acci¨®n similar a la que ya hab¨ªan realizado activistas internacionales de Just Stop Oil por toda Europa¡ª, cortar parte de la M-30 de Madrid o una etapa de la Vuelta a Espa?a y, el pasado lunes, intentar amarrarse a la tribuna del Congreso. Son acciones disruptivas que llaman la atenci¨®n porque subvierten el orden de las cosas y generan incomodidad, aunque no da?an el patrimonio.
EL PA?S charla con seis de ellos en Madrid mientras preparan nuevas protestas: son j¨®venes, con estudios universitarios y dispuestos incluso a ser encarcelados para lograr su principal reivindicaci¨®n, acabar con las subvenciones a la industria c¨¢rnica como palanca para cambiar el sistema alimentario. ¡°Aunque nos da mucho miedo, estamos dispuestos a ir a la c¨¢rcel. Es m¨¢s aterrador el futuro clim¨¢tico que nos espera¡±, dicen. La mayor¨ªa son vegetarianos, aunque no es obligatorio: ¡°No apostamos por cambios individuales, sino sist¨¦micos¡±, justifican.
Es un colectivo descentralizado que se organiza a trav¨¦s de apps seguras por internet y, aunque sus miembros viven en diferentes ciudades, se coordinan para juntarse y realizar acciones por toda Espa?a, de Murcia a Barcelona y de Huesca a Tenerife. Aunque la mayor¨ªa de los activistas tienen entre 20 y 40 a?os, afirman que tambi¨¦n les apoya gente de m¨¢s de 60. En total, calculan que tienen detr¨¢s unos 300 activistas que pueden participar en alguna acci¨®n m¨¢s adelante.
¡°La desobediencia civil no violenta permite transformaciones sociales profundas, y eso es lo que buscamos nosotros. Adem¨¢s, abre un debate social que deber¨ªamos estar teniendo ante la crisis clim¨¢tica y que los gobiernos est¨¢n obviando¡±, dice Mauricio Misquero (33 a?os), doctor en F¨ªsicas y profesor en la Facultad de Ciencias de la Educaci¨®n de la Universidad de Granada. En su caso, ya fue encarcelado durante una semana por una protesta clim¨¢tica en M¨²nich. ¡°Nos exponemos a eso, y tambi¨¦n a ser marginalizados y atacados por defender el planeta frente a un sistema insostenible y sin ¨¦tica¡±, a?ade Anarcomonje, tatuador de Barcelona que prefiere no dar su nombre ni su edad.
¡°Con estas acciones de desobediencia civil intentamos atraer la atenci¨®n de la prensa y del p¨²blico para, a partir de ah¨ª, poner el foco en que necesitamos un cambio del modelo econ¨®mico¡±, tercia Bilbo Bassaterra, licenciado en Derecho de 30 a?os que vive en Francia y trabaja en la recogida de verdura. Junto a ellos est¨¢n Marina Serna, estudiante de Biotecnolog¨ªa en Le¨®n; Victoria Domingo, veterinaria de 37 a?os y residente en Barcelona, y Juan Ricardo, de 26 a?os, que curs¨® Arquitectura en Madrid, aunque lo abandon¨® para ponerse a trabajar. Los cuatro participaron en el corte de la M-30 un viernes por la tarde durante la operaci¨®n salida en la pasada Navidad. ¡°Alg¨²n conductor se puso agresivo, pero la mayor¨ªa comprendieron por lo que protest¨¢bamos. Luego la polic¨ªa nos desaloj¨®¡±, explica Ricardo.
?No temen que estas protestas tan radicales sean contraproducentes para sus objetivos? ¡°Estamos en una crisis sin precedentes y no se est¨¢ tomando ninguna medida para solucionarla. Aunque se nos volviese en contra no tenemos nada que perder¡±, responde Bassaterra. ¡°Estas protestas pueden causar rechazo, pero sirven para aumentar la tolerancia a los m¨¦todos de protesta no violentos y para aumentar el n¨²mero de militantes en este tipo de colectivos radicales¡±, prosigue el activista.
Protesta en los museos
Sin duda la acci¨®n que m¨¢s cr¨ªticas ha despertado ha sido la de pegarse a los marcos de ¡®las majas¡¯ de Francisco de Goya en el Museo del Prado, por el riesgo para las obras de arte. ¡°Solo nos pegamos al marco, los cuadros no corrieron peligro¡±, dicen. Tambi¨¦n ba?aron con petr¨®leo falso una r¨¦plica de momia en el Museo Egipcio de Barcelona. ¡°Est¨¢ permitido destrozar ecosistemas de manera sistem¨¢tica, pero parece un esc¨¢ndalo pegarte a un cuadro, algo que adem¨¢s es meramente simb¨®lico. Este tipo de protesta rompe nuestra percepci¨®n sobre lo que est¨¢ permitido y lo que no¡±, responde Mauricio Misquero.
Victoria Domingo a?ade: ¡°En los museos creamos un clima para resguardar el arte, con una humedad y una temperatura determinada, pero no somos capaces de pensar qu¨¦ hacer para frenar el cambio clim¨¢tico¡±. Curiosamente, estas protestas han recibido el apoyo p¨²blico de Fernando Castro, comisario de exposiciones y miembro del Patronato del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sof¨ªa.
Las acciones se suceden: en junio interrumpieron una importante velada de Boxeo en Badalona presentada por el youtuber Ibai Llanos; en septiembre cortaron la etapa de la Vuelta a Espa?a que sal¨ªa desde la f¨¢brica de la c¨¢rnica El Pozo, en Murcia; en noviembre se colaron en la pista de la Copa Davis de tenis en Madrid; en diciembre atacaron con pintura roja el parque infantil Cortylandia, que El Corte Ingl¨¦s monta cada Navidad en la capital. El pasado lunes, llevaron su protesta a la tribuna del Congreso durante una jornada de puertas abiertas, aunque fueron desalojados r¨¢pidamente.
Por varias de estas acciones, los activistas acumulan multas (basadas en la ley mordaza) que suman unos 3.500 euros y tienen abiertos varios procesos administrativos que pueden finalizar en nuevas sanciones. El colectivo se financia a trav¨¦s de donaciones privadas, que tambi¨¦n solicita para hacer frente a las multas. Aseguran haber reunido unos 30.000 euros en su primer a?o de vida.
Si lo que piden es luchar contra el calentamiento global, ?por qu¨¦ este ¨¦nfasis en la industria c¨¢rnica? Seg¨²n el Inventario de Emisiones espa?ol (2020), agricultura y ganader¨ªa juntas tan solo son responsables del 14% de las emisiones de gases de efecto invernadero, siendo mucho m¨¢s importantes el transporte (27%) y la industria (20,8%), y no muy lejos de la generaci¨®n de electricidad (11,8%) y el consumo residencial y comercial (9,2%). Responde Bassaterra: ¡°Esos son los datos en Espa?a, pero hay que mirarlo a nivel global. La ONU considera que la ganader¨ªa es uno de los mayores emisores a nivel global. Adem¨¢s, impulsa la deforestaci¨®n en el Amazonas y en Argentina para cultivar soja que se emplea para piensos, que luego se env¨ªa a Europa para alimentar a nuestros animales¡±.
Uno de sus objetivos prioritarios son las macrogranjas, que contaminan los acu¨ªferos y los suelos; por eso han protestado ya en mataderos, supermercados e industrias c¨¢rnicas. Tampoco defienden la ganader¨ªa extensiva, m¨¢s centrada en el territorio rural. ¡°Necesitas de seis a doce veces m¨¢s de plantas para alimentar a un animal que para alimentarte t¨². Adem¨¢s, la agricultura consume muchos recursos h¨ªdricos en un contexto en el que Espa?a ser¨¢ cada vez m¨¢s seca¡±, apunta Domingo. Bassaterra tercia: ¡°Queremos terminar con las subvenciones a la ganader¨ªa para destinarlas a una alternativa social y ecol¨®gicamente responsable basada en vegetales, que adem¨¢s repoblar¨ªa el mundo rural¡±. Misquero completa: ¡°Incluso The Economist asume que el sistema alimentario mundial est¨¢ al borde del colapso. Es razonable que el dinero p¨²blico impulse que la gente pueda cultivar sus propias verduras¡±.
Su reivindicaci¨®n sigue adelante. En su cuenta de twitter advierten: ¡°Si en febrero no paran las subvenciones a la ganader¨ªa, Futuro Vegetal escalar¨¢ en constante disrupci¨®n. Ya lo avisamos, pero nuestra demanda todav¨ªa sigue siendo ignorada porque pone en jaque los intereses de la mafiosa industria c¨¢rnica¡±. Preparan nuevas protestas para finales de marzo, que se extender¨¢n casi a diario durante un mes. ¡°Tenemos ya m¨¢s de 50 personas dispuestas a llevar a cabo protestas que pueden acabar en detenciones, y otras 30 de apoyo¡± (para hacer fotograf¨ªas o v¨ªdeos o negociar con la polic¨ªa), advierten.
Anarcomonje resume: ¡°Alguien tiene que estar pasado de rosca para que las cosas cambien. Somos una minor¨ªa activa pero buscamos una masa cr¨ªtica para generar un cambio de conciencia¡±. Bassaterra concluye: ¡°En esta fase queremos que se nos conozca, pero el objetivo ¨²ltimo de nuestra desobediencia civil es ir despu¨¦s a las industrias c¨¢rnicas y conseguir que paren la producci¨®n¡±. Parece que las protestas seguir¨¢n subiendo de intensidad.
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