Semanas de cuatro d¨ªas

El debate en torno a la duraci¨®n de la semana laboral ha trascendido m¨¢s all¨¢ de los despachos y las empresas para calar en las inquietudes de la calle. Por primera vez empieza a plantearse seriamente la revisi¨®n del est¨¢ndar actual. Las 40 horas se establecieron por ley en Estados Unidos en los a?os cuarenta, impulsadas por los cambios tecnol¨®gicos que propiciaron la producci¨®n en cadena. En Espa?a hubo que esperar hasta 1982 para que la limitaci¨®n quedara recogida en la legislaci¨®n laboral. Hoy el mapa ha cambiado de forma radical y es evidente que las nuevas tecnolog¨ªas est¨¢n transformando ...

El debate en torno a la duraci¨®n de la semana laboral ha trascendido m¨¢s all¨¢ de los despachos y las empresas para calar en las inquietudes de la calle. Por primera vez empieza a plantearse seriamente la revisi¨®n del est¨¢ndar actual. Las 40 horas se establecieron por ley en Estados Unidos en los a?os cuarenta, impulsadas por los cambios tecnol¨®gicos que propiciaron la producci¨®n en cadena. En Espa?a hubo que esperar hasta 1982 para que la limitaci¨®n quedara recogida en la legislaci¨®n laboral. Hoy el mapa ha cambiado de forma radical y es evidente que las nuevas tecnolog¨ªas est¨¢n transformando la realidad econ¨®mica de los pa¨ªses al tiempo que la pandemia permiti¨® a muchos ciudadanos tomar conciencia de una nueva realidad pr¨¢ctica relacionada con el teletrabajo y con la relevancia misma del trabajo en sus vidas: los abandonos de empleo por insatisfacci¨®n personal y falta de compensaci¨®n han dejado de ser una an¨¦cdota estad¨ªstica tanto en Estados Unidos como en Europa, mientras los salarios pierden poder adquisitivo en una etapa de inflaci¨®n todav¨ªa alta.

La iniciativa del Gobierno pone en marcha un programa piloto para incentivar la reducci¨®n de la jornada de trabajo semanal de al menos un 10% en peque?as y medianas empresas industriales durante un periodo de dos a?os y con mantenimiento de los sueldos. Es un proyecto estatal que quiere valorar los efectos que tendr¨ªa la extensi¨®n de esa medida a un mayor porcentaje del mercado laboral y que se suma a la iniciativa en el mismo sentido de otras administraciones, como la Comunidad Valenciana. La legislaci¨®n espa?ola permite, a trav¨¦s de la negociaci¨®n colectiva, la reducci¨®n de la jornada laboral, como ha sucedido, por ejemplo, con la propuesta lanzada por dos grandes compa?¨ªas para reducir la semana laboral a cuatro d¨ªas con el correspondiente recorte salarial, sin que la propuesta haya encontrado una gran respuesta en la plantilla. Por su parte, el Ejecutivo ha recogido en el acuerdo salarial alcanzado con los funcionarios para el trienio 2022-2024 la eliminaci¨®n de los l¨ªmites para reducir la jornada semanal de los empleados p¨²blicos a 35 horas a la semana: es otro avance m¨¢s en la misma direcci¨®n.

Son varios los pa¨ªses que est¨¢n llevando a cabo distintas iniciativas para analizar el impacto que tendr¨ªa la reducci¨®n de jornada. Portugal ha empezado a ensayar la semana de cuatro d¨ªas sin rebajas salariales, entre empresas que se adhieran voluntariamente al proyecto pero sin ayudas p¨²blicas, al menos en una primera fase. El Reino Unido puso en marcha el a?o pasado un ensayo entre 61 empresas participantes y 56 de ellas han decidido prorrogar la medida a la vista de los resultados obtenidos. Es importante destacar que el ensayo brit¨¢nico conten¨ªa una cl¨¢usula relevante: el acuerdo inclu¨ªa que la productividad deb¨ªa mantenerse o aumentar como consecuencia de la reorganizaci¨®n laboral. Y es eso precisamente lo que ha sucedido, y condici¨®n pertinente ante la intensa ca¨ªda de la productividad en Espa?a durante los a?os de la pandemia. Tan importante como apoyar los ensayos para avanzar en materia de derechos laborales lo es extraer las conclusiones pr¨¢cticas de esos mismos experimentos. A la vista de los profundos cambios en el ¨¢mbito del trabajo y en el mundo tecnol¨®gico, ha llegado el momento de replantear tambi¨¦n el marco laboral para las pr¨®ximas d¨¦cadas del siglo XXI.