Un abrazo en Haifa
La espa?ola Laiali Mar¨ªn que llevaba 20 a?os buscando a su madre biol¨®gica, Zahira, tras una adopci¨®n internacional se reencuentra con su familia en Israel
Laiali Mar¨ªn Rubio (Sant Feliu del Llobregat) naci¨® en 1988 en Haifa, Israel, en el seno de una familia ¨¢rabe musulmana y fue adoptada por una familia espa?ola en 1995 junto a su hermano, un a?o menor que ella. De su madre, Zahira, ten¨ªa varios recuerdos: una tienda de campa?a, telas movi¨¦ndose bajo el sol, decenas de escaleras, idas y venidas fren¨¦ticas en coche y muchos ni?os siempre correteando por todas partes. Recuerda que su abuela estaba presente algunas veces y de su padre no tiene n...
Laiali Mar¨ªn Rubio (Sant Feliu del Llobregat) naci¨® en 1988 en Haifa, Israel, en el seno de una familia ¨¢rabe musulmana y fue adoptada por una familia espa?ola en 1995 junto a su hermano, un a?o menor que ella. De su madre, Zahira, ten¨ªa varios recuerdos: una tienda de campa?a, telas movi¨¦ndose bajo el sol, decenas de escaleras, idas y venidas fren¨¦ticas en coche y muchos ni?os siempre correteando por todas partes. Recuerda que su abuela estaba presente algunas veces y de su padre no tiene ning¨²n recuerdo. Tras casi 20 a?os de b¨²squeda, por fin Laiali ha podido reencontrarse con toda su extensa familia. Laiali ha vuelto a casa, a Haifa.
Cuando Laiali y su hermano eran todav¨ªa peque?os, su madre biol¨®gica, Zahira, no puede hacerse cargo de cuatro hijos y otro en camino; y con un padre ausente y dos divorcios a la espalda decide que lo mejor ser¨ªa entregarlos a una familia de acogida por un tiempo. Laiali creci¨® siempre sinti¨¦ndose abandonada por su madre y por su familia, una emoci¨®n que es una terrible compa?era de viaje.
Un d¨ªa, la se?ora de la familia de acogida meti¨® a los dos ni?os en el coche, condujo hasta Jerusal¨¦n y los dej¨® en el Hospicio de San Vicente de Paul. La madre de Laiali podr¨ªa regresar a por sus hijos en un m¨¢ximo de dos a?os, una vez que ella hubiera podido encauzar su vida, encontrado un trabajo y una casa estable donde vivir con cuatro hijos. En teor¨ªa, esas eran las condiciones que servicios sociales le hab¨ªan ofrecido como paso previo a la adopci¨®n.
Al mismo tiempo, los padres adoptivos de Laiali en Barcelona deseaban convertirse en padres por adopci¨®n y, aunque ya ten¨ªan hijos biol¨®gicos mayores, quer¨ªan intentarlo. Lo consiguieron y finalmente pudieron trasladarlos a Barcelona.
En 2015 Laiali recibi¨® un mensaje en Facebook de sor Montserrat donde esta le indicaba un nombre, Sabrine, quien fue su cuidadora en el Hospicio de Jerusal¨¦n. Ah¨ª se levantaron todas las alarmas de Laiali y la necesidad vital de reencontrarse con su madre y hermanos, quiz¨¢ Sabrine podr¨ªa conducirla de regreso a su familia. Pero sor Montserrat muri¨® y con ella cualquier posibilidad de recibir alg¨²n tipo de explicaci¨®n.
Laiali contact¨® con I¡¯m Adopted (Soy Adoptado) a principios de 2022, organizaci¨®n encargada de dar visibilidad a la adopci¨®n internacional, a la b¨²squeda de or¨ªgenes y a compartir historias de reencuentro en diferentes redes sociales. Cuando Laiali nos escribi¨® en Facebook el rencor hacia su familia por haberla abandonado, la rabia hacia sus padres adoptivos y el descontento hacia su pa¨ªs de origen, Israel, por no haberla protegido, inundaba toda conversaci¨®n ¡°Llevo 20 a?os buscando a mi madre, solo tengo su nombre y el hospital donde nac¨ª: Rothschild, Haifa¡±, indic¨® Laiali en nuestras primeras conversaciones. Sin embargo, no hay nadie quien pare la fuerza que desprende una persona en su lucha por reencontrarse con su propia familia y en recuperar el tiempo perdido y la identidad borrada.
Contactamos con Na¡¯ama Ben Zeev, exprofesora de la Universidad Hebrea de Jerusal¨¦n experta en estudios sobre Oriente Pr¨®ximo. Ben Zeev nos enlaz¨® con la encargada del Hospicio de San Vicente, la hermana Simone Abid Dib. La religiosa nos envi¨® varios documentos que corroboraban que, en efecto, Laiali y su hermano hab¨ªan pasado all¨ª cerca de un a?o, entre 1994 y 1995. A mano estaban apuntados los nombres de sus padres adoptivos. Entonces descubrimos por primera vez el nombre del padre de Laiali. Poco a poco iba recuperando sobre el papel a toda su familia perdida.
Adem¨¢s, Ben Zeev nos facilit¨® el contacto de las encargadas del servicio de posadopci¨®n del Ministerio de Trabajo, Bienestar y Servicios Sociales de Israel: Dvorah Shabtay y Pat Frei. Les expusimos el caso y aportamos toda la documentaci¨®n que nos solicitaron para corroborar la identidad de Laiali y su adopci¨®n, es decir, intercambiamos decenas de emails con pasaportes, certificados de adopci¨®n e incluso una evaluaci¨®n psicol¨®gica actual. Todo estar¨ªa listo en aproximadamente seis meses, una eternidad.
Laiali empez¨® una b¨²squeda desesperada en paralelo en redes sociales. Y tras mandar cientos y cientos de mensajes en Facebook a gente con el apellido ¡°Hamdun¡±, que fue el que le dieron al nacer, tuvo que parar porque no dio resultado y la desesperaci¨®n por encontrar a su familia ya hac¨ªa mella en su estabilidad emocional.
En julio de 2022 yo viaj¨¦ a Israel y llam¨¦ a la puerta del Hospicio de San Vicente de Paul en Jerusal¨¦n, un lugar agradable a primera hora de la ma?ana, con patios ajardinados y buganvillas trepando por las tapias en el coraz¨®n de la calle Mamilla, extramuros de la Ciudad Vieja. La hermana Simone Abi Dib me recibi¨® en su despacho, me asegur¨® que no sab¨ªan nada de la familia de Laiali, pero que reconoc¨ªa nuestra gran labor humanitaria. Yo intu¨ªa que ten¨ªa m¨¢s informaci¨®n sobre los or¨ªgenes de Laiali, pero no quer¨ªa desvelarlos.
En enero los servicios sociales israel¨ªes contactaron con Laiali para decirle que ya ten¨ªan el informe sobre su adopci¨®n y sobre su familia. Aparecieron dos hermanos m¨¢s en Israel que viv¨ªan cerca de su madre y eran del mismo padre y otros dos m¨¢s de un segundo matrimonio. Las encargadas de servicios sociales adelantaron que podr¨ªan mediar para encontrar a su madre, pero necesitaban mucho m¨¢s tiempo. Una trabajadora local ser¨ªa la encargada de encontrar a su madre en Haifa, preguntarle si estaba dispuesta a conocer a su hija que viv¨ªa en Barcelona y retomar el contacto. Era la primera vez que Laiali ve¨ªa una posibilidad real de reencontrarse con sus or¨ªgenes, con su tradici¨®n. Estaban vivos. ?Qu¨¦ pasaba si la familia de Laiali dec¨ªa que no?
Como reacci¨®n a una posible negativa de la madre a conocer a Laiali, esta, armada de fuerza public¨® en Facebook su historia, los nombres, apellidos y edad de los familiares que estaba buscando y varias fotos de ella. Muchas b¨²squedas de familiares se producen en las redes sociales porque las fotos aportan la instantaneidad de reconocer rasgos parecidos ente padres e hijos o entre hermanos. Eso es lo que Laiali necesitaba, saber a qui¨¦n se parec¨ªa, c¨®mo era su madre y sus hermanos.
La publicaci¨®n en el Facebook de I¡¯m Adopted dio sus frutos y una periodista del peri¨®dico israel¨ª Haaretz, Hanin Majadli, nos asegur¨® que podr¨ªa dar con la direcci¨®n de la madre y de la abuela de Laiali porque su familia y la de Laiali proven¨ªan del mismo pueblo, Daburiyya, al este de Nazaret, en la regi¨®n de Galilea.
A pesar de la gran noticia, Majadli no pod¨ªa desvelarnos todav¨ªa ning¨²n dato concreto porque las leyes israel¨ªes protegen el anonimato de la familia biol¨®gica y son los propios servicios sociales los que necesitan recibir de la familia biol¨®gica el permiso para proceder a la reuni¨®n. Tambi¨¦n apareci¨® en escena Neyda Pitt, israel¨ª de origen judeoargentino que hab¨ªa llegado al pa¨ªs hac¨ªa un par de a?os y estaba dispuesta tambi¨¦n a preguntar en diferentes grupos de mujeres ¨¢rabes y beduinas por los nombres y apellidos de los familiares de Laiali. Poco a poco el rumor de que Laiali estaba buscando a su madre desde Espa?a empez¨® a recorrer los barrios ¨¢rabes de Haifa y con ello la energ¨ªa suficiente para despejar el camino y llegar a conocer a su familia.
Al mes siguiente Laiali recibi¨® la noticia de que su madre hab¨ªa aceptado reencontrarse con ella. Zahira asegur¨® que hab¨ªa estado buscando toda la vida a Laiali y a su hermano y que nuca supo que sus hijos terminaron con una familia espa?ola. Seg¨²n los informes de servicios sociales que pudimos leer, un juez dictamin¨® que los ni?os eran adoptables, pero antes de esa sentencia, llamaron a los padres por si estos quer¨ªan recuperar la custodia de sus hijos, pero no se presentaron. La madre de Laiali no sabe leer ni escribir, y es posible que jam¨¢s le llegara ninguna notificaci¨®n de que sus hijos abandonaban Israel. ?Fue una negligencia de los servicios sociales, del Hospicio, de las autoridades espa?olas?
Despu¨¦s de 20 a?os buscando a su madre y tras un a?o de trabajo con I¡¯m Adopted, con los servicios sociales israel¨ªes, de la periodista Hanin Majadli y de Neyda Pitt, hace apenas unas semanas Laiali llegaba por sorpresa a Haifa para fundirse en un abrazo eterno con su madre, a recuperar su identidad, sus idiomas, a conocer la cultura de su familia y de su pa¨ªs.
Lo ¨²nico que anhelaba Laiali en su vida y por lo que luchaba era por regresar a su casa como un acto reparador, volver a su ciudad habiendo ganado la batalla a la historia, al abandono, a la adopci¨®n y a una vida intranquila sin saber qu¨¦ fue de su familia. En Haifa y junto a su familia, que ya est¨¢n aprendiendo espa?ol, ha encontrado la paz.
Ahora tendr¨¢ tiempo para reencontrarse con las recetas de su abuela, de caminar por las empinadas cuestas de Haifa, ver el mar desde las colinas de la ciudad y disfrutar de festines de comida y m¨²sica que le tienen preparados. Pues, en definitiva, los lazos de sangre pueden superar cualquier error del pasado, una disputa familiar, un abandono, para finalmente abrirse a otros modelos de relaci¨®n con la familia, otras versiones de cari?o, empat¨ªa y cuidados. Ahora Laiali podr¨¢ desenvolverse entre dos ciudades ba?adas por el Mediterr¨¢neo: Barcelona y Haifa.