Concordia
Ser¨ªa un error introducir ahora en Sumar la costumbre de las peleas internas de Podemos en el Gobierno de coalici¨®n
Una vez que la izquierda no integrada en el PSOE ha conseguido la unidad electoral, conviene apostar por la concordia. Es el reto siguiente: participar con responsabilidad en un proceso decisivo para el futuro de Espa?a y de Europa. Un proceso electoral implica la construcci¨®n de un estado de ¨¢nimo en el que no solo se nos invita a elegir una papeleta, sino tambi¨¦n a la ilusi¨®n de acudir a las urnas para formar parte, ...
Una vez que la izquierda no integrada en el PSOE ha conseguido la unidad electoral, conviene apostar por la concordia. Es el reto siguiente: participar con responsabilidad en un proceso decisivo para el futuro de Espa?a y de Europa. Un proceso electoral implica la construcci¨®n de un estado de ¨¢nimo en el que no solo se nos invita a elegir una papeleta, sino tambi¨¦n a la ilusi¨®n de acudir a las urnas para formar parte, sentirse parte, participar¡ Por eso se pone en juego, al lado de las simpat¨ªas pol¨ªticas, la compenetraci¨®n humana. As¨ª que las justificadas cr¨ªticas a las manipulaciones de algunos poderes medi¨¢ticos deben acompa?arse de un ejercicio de conciencia para evitar que los comportamientos propios faciliten el circo de las caricaturas.
La figura de Irene Montero se ha visto envuelta por esa din¨¢mica de manipulaciones en los debates de la ley del s¨ª es s¨ª. El circo medi¨¢tico consigui¨® que la apuesta por una necesaria pol¨ªtica feminista desembocara en el disparate de que la ministra es responsable del aumento de violaciones en Espa?a. Adem¨¢s, parece que el endurecimiento de penas sea la mejor respuesta social a un delito. El pensamiento reaccionario, poco inclinado a la educaci¨®n sexual y al feminismo, se frota las manos. Lo que pod¨ªa haberse resuelto con una meditaci¨®n p¨²blica sobre las ventajas de la ley y los posibles errores a solucionar acab¨® en una din¨¢mica de descr¨¦dito generalizado. Darle facilidades al enemigo, y utilizo a conciencia la palabra enemigo, no adversario, supone la irresponsabilidad pol¨ªtica de perder de vista los contextos. Y el sentido de los debates depende siempre en un contexto.
Me da pena en este sentido que Podemos acompa?e la magn¨ªfica noticia de la unidad con un comunicado de discordia. Y si analizamos el contexto, lo que se formula como defensa de Irene Montero acaba suponiendo una nueva facilidad para degradar su figura en el debate medi¨¢tico. Enseguida resonar¨¢n mil acusaciones previsibles. Un camino envenenado porque puede empujar al sacrificio de lo que m¨¢s se quiere para hacer da?o al otro. Quien respete y quiera a Irene Montero no deber¨ªa utilizarla para da?ar a Yolanda D¨ªaz.
La izquierda necesita consolidar la autoridad pol¨ªtica de la democracia para hacer frente a la impunidad avarienta de las ¨¦lites y para seguir defendiendo las palabras libertad e igualdad contra las manipulaciones medi¨¢ticas del neoliberalismo. Ser¨ªa un error introducir ahora en Sumar la costumbre de las peleas internas de Podemos en el Gobierno de coalici¨®n. Avanzar supone tambi¨¦n defender lo conseguido. El mejor Gobierno de la democracia espa?ola se ha visto medi¨¢ticamente da?ado por una innecesaria apariencia de inestabilidad. Ser¨¢ mejor que apostemos ahora no solo por el acuerdo, sino tambi¨¦n por la concordia.