Ofensiva ucrania, ?momento decisivo?
Aunque existan imponderables que har¨¢n inservibles muchos de los c¨¢lculos previos, es preciso dise?ar planes de operaciones que sirvan a los que deben tomar las decisiones en el campo de batalla y en los despachos gubernamentales
Tratar de describir c¨®mo se va a desarrollar la ofensiva que Ucrania ya ha iniciado es una tarea condenada de antemano al fracaso, aunque solo sea porque a partir del primer golpe, como tantas veces se ha demostrado en la pr¨¢ctica, lo que suceda a continuaci¨®n depender¨¢ de infinidad de imponderables que har¨¢n inservibles muchos de los c¨¢lculos previos. En todo caso, hay que hacer esos c¨¢lculos y hay que dise?ar p...
Tratar de describir c¨®mo se va a desarrollar la ofensiva que Ucrania ya ha iniciado es una tarea condenada de antemano al fracaso, aunque solo sea porque a partir del primer golpe, como tantas veces se ha demostrado en la pr¨¢ctica, lo que suceda a continuaci¨®n depender¨¢ de infinidad de imponderables que har¨¢n inservibles muchos de los c¨¢lculos previos. En todo caso, hay que hacer esos c¨¢lculos y hay que dise?ar planes de operaciones que sirvan de gu¨ªas a los que deben tomar las decisiones en el campo de batalla y en los despachos gubernamentales. En consecuencia, asumiendo el riesgo de quedar desautorizado por los hechos, cabe imaginar que lo que viene seguir¨¢ en l¨ªneas generales estos par¨¢metros.
Ucrania tiene la iniciativa y los medios para intentar recuperar buena parte del terreno que ahora est¨¢ en manos de Rusia. M¨¢s all¨¢ de su escenario ideal ¡ªprovocar el colapso de la defensa rusa y expulsar a todas sus unidades de suelo ucranio¡ª, lo m¨¢s realista es suponer que, en el mejor de los casos, llegue a cortar el corredor terrestre que permite a Mosc¨² alimentar a Crimea, a trav¨¦s de la parte de Donb¨¢s que controla, junto a los oblast de Zaporiyia y Jers¨®n. Para ello procurar¨¢ romper el frente en el sector de Zaporiyia, con Melitopol (a unos 80 kil¨®metros del frente actual) como objetivo preferente sobre el que ejercer¨¢ el esfuerzo principal.
Cuenta para ello con el a?adido de una docena de nuevas brigadas (con unos 3.500 efectivos cada una), equipadas con alrededor de unos 250 carros de combate y unos 1.000 blindados de infanter¨ªa, y unas tripulaciones y combatientes de refresco que han sido instruidos durante meses en territorio propio y en el de sus aliados occidentales. Las primeras fases de la ofensiva combinar¨¢n acciones de reconocimiento armado para detectar los puntos d¨¦biles de la defensa rusa a lo largo de los m¨¢s de 1.000 kil¨®metros de frente, con bombardeos cada vez m¨¢s potentes para ablandar sus l¨ªneas de defensa (algo que, de momento, no ha alcanzado la intensidad que cabr¨ªa esperar), al tiempo que tratar¨¢n de eliminar centros log¨ªsticos y puestos de mando situados m¨¢s en profundidad, lanzar incursiones puntuales incluso en territorio ruso (como las que ya se est¨¢n registrando en B¨¦lgorod y m¨¢s all¨¢) y, por supuesto, atacar simult¨¢neamente en diferentes ejes para tratar de confundir al enemigo y dificultar considerablemente el empleo de las reservas que Mosc¨² habr¨¢ dispuesto para frenar la ofensiva.
Para tener alguna posibilidad de ¨¦xito es clave lograr una precisa combinaci¨®n b¨¢sica de unidades acorazadas y mecanizadas, con la suficiente potencia de fuego y movilidad como para penetrar las sucesivas l¨ªneas enemigas, contando con el imprescindible apoyo de los zapadores, encargados de eliminar los obst¨¢culos al avance, y de la artiller¨ªa (idealmente autopropulsada) para dar cobertura y apoyo directo a las unidades atacantes. Y mejor a¨²n si se cuenta con suficiente apoyo a¨¦reo y defensa antia¨¦rea para impedir que las fuerzas a¨¦reas enemigas puedan desbaratar dicho avance; pero, dado que Rusia nunca ha contado con el dominio del espacio a¨¦reo sobre la zona de operaciones, este factor no resulta tan relevante como en principio cabr¨ªa suponer.
Por su parte, Rusia procurar¨¢ sacar el m¨¢ximo rendimiento de unas unidades que llevan meses cavando trincheras y plantando barreras contracarro y minas por doquier. En unos casos optar¨¢ por una defensa est¨¢tica, intentando mantener a toda costa la posici¨®n elegida, y en otros preferir¨¢ una defensa en profundidad, cediendo inicialmente terreno para canalizar y debilitar progresivamente el empuje enemigo con la esperanza de poder recuperarlo m¨¢s tarde. Simult¨¢neamente, continuar¨¢ con la campa?a de bombardeos indiscriminados para desmoralizar a la poblaci¨®n civil y se afanar¨¢ por mejorar su posici¨®n en la batalla a¨¦rea para poder ¡ªcon una combinaci¨®n multicapa de aviones, helic¨®pteros y artiller¨ªa¡ª bloquear los posibles ejes de avance ucranio. No cabe descartar tampoco que incremente a¨²n m¨¢s la amenaza contra la capital y otras ciudades, incluso con apoyo de Bielorrusia, intentando fijar a las unidades ucranias en su defensa para que no puedan sumarse al esfuerzo ofensivo.
No cabe esperar un resultado inmediato a favor de ninguno de los actores combatientes. Por eso, asumiendo que vienen meses muy duros, cobrar¨¢ a¨²n mayor importancia la capacidad demogr¨¢fica, industrial y econ¨®mica de ambos bandos para sostener el esfuerzo. Es tan sabido que, en t¨¦rminos generales, el atacante debe lograr una superioridad de tres a uno para contar con alguna probabilidad real de ¨¦xito (algo que Ucrania solo puede lograr en momentos y lugares muy puntuales), como que Rusia cuenta con m¨¢s del triple de poblaci¨®n que Ucrania. Tambi¨¦n es conocido que la capacidad de la base industrial de la defensa rusa supera de largo a la ucrania (destruida pr¨¢cticamente desde el inicio de la invasi¨®n), y que econ¨®micamente es Ucrania quien est¨¢ sufriendo un mayor castigo, hasta el punto de que solo el apoyo recibido desde Washington y otras capitales occidentales le permite evitar el colapso y mantener sus aspiraciones en el campo de batalla. Eso significa, al menos en teor¨ªa, que Mosc¨² percibe que el tiempo juega a su favor y que su mejor opci¨®n hoy ¡ªdescartada de momento su capacidad para retomar la iniciativa y, m¨¢s a¨²n, el uso de sus arsenales nucleares¡ª es resistir todo lo posible, derivando el conflicto hacia una guerra de desgaste que, a medio plazo, cree que puede rendirle mejores frutos. Eso aumenta la presi¨®n sobre Zelenski y los suyos para lograr resultados significativos a corto plazo, tanto para seguir manteniendo viva la llama nacionalista como para convencer a los menos entusiastas de sus aliados de que su ayuda sirve de algo y, en ¨²ltima instancia, para sentarse ma?ana a una mesa de negociaciones en una posici¨®n de relativa fortaleza.
A partir de ah¨ª ser¨¢ la destreza y la moral de los combatientes lo que acabe inclinando la balanza en un sentido o en otro, contando con que habr¨¢ sorpresas t¨¢cticas y golpes de efecto que, con la obvia intenci¨®n de salirse precisamente del guion previsible, busquen crear situaciones de ventaja que puedan ser explotadas de inmediato. En ese sentido, si nos atenemos a los hechos registrados desde el inicio de la invasi¨®n rusa, los uniformados ucranios han demostrado hasta ahora mayor capacidad de combate que sus enemigos, tanto en los escalones de mando como entre la tropa. Y ese no es un dato menor cuando la niebla de la guerra obliga a tomar decisiones que se salen de lo que se?ala el manual de instrucciones de turno.
De todo ello se deduce que no estamos ante el momento decisivo, si por ello se entiende el punto que decidir¨¢ la victoria definitiva de uno y la derrota definitiva del otro. Pero s¨ª ser¨¢ decisivo para calibrar, en funci¨®n de cu¨¢l sea la situaci¨®n sobre el terreno a la altura del pr¨®ximo oto?o, hasta d¨®nde est¨¢n dispuestos a llegar los aliados occidentales de Zelenski, qu¨¦ opciones se abren entonces para un cese de hostilidades y un proceso de negociaci¨®n o, en el peor de los casos, hasta d¨®nde est¨¢ dispuesta a llegar la primera potencia nuclear del planeta, contando con que en ning¨²n caso cabe imaginar que vaya a renunciar a Crimea.