La tentaci¨®n de una ofensiva ucrania en invierno

Llegados al punto actual en el que Ucrania ha reforzado su iniciativa en todos los frentes de combate, mientras Rusia cava trincheras para evitar m¨¢s retrocesos, parece imponerse la idea de que el invierno obligar¨¢ a una paralizaci¨®n o, al menos, una acusada ralentizaci¨®n de las operaciones. De ah¨ª se deriva, si todos los actores implicados en el conflicto asumen el crudo dictado del General Invierno, que se abrir¨ªa ahora un par¨¦ntesis hasta la pr¨®xima primavera sin grandes cambios a la vista. Eso es lo l¨®gico. Pero si todos los actores combatientes tomaran esos lugares comunes como imperativos reales, aceptando sin m¨¢s que las malas condiciones climatol¨®gicas no favorecen el movimiento de las unidades de combate, estar¨ªamos olvidando que uno de los principios derivados del arte de la guerra, tanto en el nivel estrat¨¦gico como en el t¨¢ctico, es la sorpresa. Por eso hay que pensar en lo impensable: una ofensiva ucrania en pleno invierno.

La tentaci¨®n est¨¢ ah¨ª y no se trata de una opci¨®n descabellada para una Ucrania que no solo ha logrado resistir la invasi¨®n, sino que, desde finales del pasado agosto, ha logrado recuperar ya m¨¢s de la mitad del territorio que las tropas rusas hab¨ªan llegado a controlar en marzo. Hasta aqu¨ª ha quedado claro que Rusia, con los efectivos desplegados desde febrero, no est¨¢ en condiciones de lanzar ninguna operaci¨®n a gran escala para revertir la situaci¨®n. Tampoco parece claro que vaya a conseguir que Bielorrusia se implique directamente en los combates, reabriendo un nuevo frente en el norte para amenazar abiertamente a Kiev y forzar as¨ª un redespliegue ucranio que reduzca el volumen de sus unidades desplegadas en los frentes sur y este para defender su capital. Igualmente, es un hecho que el personal movilizado a la carrera por Mosc¨² no le est¨¢ sirviendo para evitar los sucesivos reveses sufridos en Donb¨¢s, en Jers¨®n y en Zaporiyia. En s¨ªntesis, eso significa que Rusia es el principal interesado en que el invierno sea lo m¨¢s duro posible, contando con que eso facilita la defensa en las posiciones alcanzadas frente a un enemigo que tendr¨ªa que salir a campo abierto, asumiendo un mayor riesgo.

Para Ucrania, sin embargo, lanzar ahora una ofensiva podr¨ªa ser la alternativa m¨¢s atractiva. Por un lado, buscar¨ªa aprovechar su impulso para lograr una mejor posici¨®n en una futura mesa de negociaciones, contando con conseguir resultados favorables antes de que se resquebraje la unidad de sus aliados occidentales tanto en la ayuda econ¨®mica y militar como en la aplicaci¨®n de sanciones a Mosc¨². Incluso puede suponer que ese apoyo se ir¨¢ reduciendo si el desarrollo de los acontecimientos lleva a una situaci¨®n tan favorable que apunte a una inminente derrota rusa (l¨¦ase, perder Crimea), antes de que Putin pueda pensar en el uso de las armas nucleares. Por otro, puede calcular que en la primavera Rusia habr¨¢ logrado instruir suficientemente a los nuevos efectivos reclutados y que entonces le ser¨¢ m¨¢s dif¨ªcil lograr avances sobre el terreno.

El objetivo principal de esa hipot¨¦tica ofensiva ser¨ªa cortar el corredor terrestre que conecta a Rusia con la pen¨ªnsula de Crimea y para ello nada mejor que una penetraci¨®n r¨¢pida y profunda que le permita volver a controlar Mari¨²pol o Melit¨®pol, lo que, junto a los problemas que Mosc¨² ya est¨¢ teniendo a trav¨¦s del puente sobre el estrecho de Kerch (en reparaci¨®n hasta la primavera tras el ataque sufrido el pasado 8 de octubre), dejar¨ªa a Crimea en una posici¨®n muy precaria. Para llevarla a cabo Ucrania dispone de las fuerzas, la moral y el material necesario en la medida en la que cuenta con una capacidad operativa que Rusia no es capaz de igualar. De hecho, esa es la imagen que transmiten diariamente ambos contendientes: Rusia apenas maniobra y se limita a una t¨¢ctica de bombardeos sistem¨¢ticos contra civiles e infraestructuras cr¨ªticas, mientras que Ucrania mantiene una apreciable capacidad de maniobra, pero se encuentra limitada en buena medida por una exigencia pol¨ªtica de sus aliados para batir objetivos en profundidad en territorio ruso.

Zelenski, en definitiva, tiene prisa. Sabe que sus aliados occidentales van a seguir suministr¨¢ndole armas con un alcance limitado para evitar que pueda batir objetivos en profundidad en suelo ruso, por entender que provocar¨ªa una respuesta insoportable. Sabe tambi¨¦n que ning¨²n aliado va a implicarse decididamente en acompa?arlo hasta el final en su sue?o ¡ªuna victoria total que suponga la expulsi¨®n de todas las tropas rusas de Ucrania¡ª y que, por el contrario, cada vez le resultar¨¢ m¨¢s dif¨ªcil soportar la presi¨®n para que se siente a negociar. Por eso, por una parte, se afana por contar con medios propios para batir objetivos m¨¢s lejanos ¡ªah¨ª est¨¢n los recientes ataques contra instalaciones militares rusas a centenares de kil¨®metros de la frontera¡ª y, por otra, se prepara para dar una sorpresa que podr¨ªa servirle para mejorar a¨²n m¨¢s su posici¨®n sobre el terreno antes de que sea demasiado tarde.