Jean-Pierre L¨¦aud o c¨®mo salvar a una estrella de la ¡®nouvelle vague¡¯
Los usuarios de la red social en Francia se han solidarizado con la colecta organizada para rescatar al m¨ªtico actor de ¡®Los 400 golpes¡¯, deprimido por los apuros econ¨®micos que atraviesa a sus 79 a?os
El d¨ªa en que mi profesora de filosof¨ªa nos llev¨® al cine a ver So?adores de Bertolucci no se me olvidar¨¢ en la vida. Al poco de terminar la proyecci¨®n apareci¨® de repente Jean-Pierre L¨¦aud. No era una alucinaci¨®n colectiva ni hab¨ªa salido de la pantalla como en La rosa p¨²rpura de El Cairo. All¨ª estaba el actor, inconfundible, con su traje negro, camisa blanca, encorbatado, cabello oscuro a pesar de las canas,...
El d¨ªa en que mi profesora de filosof¨ªa nos llev¨® al cine a ver So?adores de Bertolucci no se me olvidar¨¢ en la vida. Al poco de terminar la proyecci¨®n apareci¨® de repente Jean-Pierre L¨¦aud. No era una alucinaci¨®n colectiva ni hab¨ªa salido de la pantalla como en La rosa p¨²rpura de El Cairo. All¨ª estaba el actor, inconfundible, con su traje negro, camisa blanca, encorbatado, cabello oscuro a pesar de las canas, ligeramente despeinado. Apoyado en una butaca, de espaldas a la pantalla, clav¨® su mirada penetrante sobre nosotros y solt¨®: ¡°?Prefer¨ªs vuestra ¨¦poca o esta [Mayo del 68]?¡±. Bettina, mi compa?era en el liceo en Par¨ªs, cin¨¦fila pr¨¢cticamente desde que naci¨®, no daba cr¨¦dito. Su ¨ªdolo, un mito viviente y m¨¢ximo representante de la nouvelle vague, esa corriente con la que tanto se identificaba ella, se encontraba a tan solo unos metros y hab¨ªa venido, a petici¨®n de nuestra profe ¨Dsupimos luego que era su esposa¨D, a compartir con nosotros su amor por el cine.
Han pasado 20 a?os y es un recuerdo que ambas seguimos atesorando. Ella por haber conocido en persona al Antoine Doinel de Truffaut, el personaje con el que creci¨® y que le acompa?¨® en todas las etapas de su vida, y yo por ver tan de cerca c¨®mo el cine, el trabajo de un actor, puede penetrar y moldear la vida de una persona. Por eso, Bettina fue a la primera persona que escrib¨ª cuando hace unos d¨ªas vi en Twitter que un querido amigo de L¨¦aud, el cr¨ªtico de cine Serge Toubiana, hab¨ªa lanzado una colecta para ayudar al actor, quien se encuentra en un momento de ¡°ruina financiera y moral¡±. Muy deprimido desde que muri¨® Godard hace un a?o, su segundo padre despu¨¦s de Truffaut, demacrado f¨ªsicamente y con una jubilaci¨®n miserable, L¨¦aud apenas sale de su casa en el coraz¨®n del Barrio Latino de Par¨ªs, donde los vecinos ten¨ªan por costumbre de verle pasear a diario.
La noticia ha provocado una avalancha de solidaridad impresionante. Adem¨¢s de recaudar m¨¢s de 20.000 euros ¨Dcon la idea de que la colecta se convierta en un fondo perenne destinado a L¨¦aud¨D, los incondicionales del actor llenaron Twitter de mensajes de apoyo, lanzaron un concurso para determinar cu¨¢l era la mejor pel¨ªcula del int¨¦rprete, compartieron extractos de los filmes m¨¢s memorables, como La mam¨¢ y la puta de Jean Eustache, fotograf¨ªas de rodajes, e incluso el casting de L¨¦aud para Los 400 golpes, casi tan m¨ªtico como la propia pel¨ªcula por la ternura y el carisma que desprend¨ªa ese chaval de 14 a?os a quien Truffaut convirti¨® en su protegido.
De entre todos estos tesoros que fueron rescatados por los tuiteros, me quedo con una entrevista del escritor y periodista Simon Liberati de 2014, donde el lector se va encontrando an¨¦cdotas divertid¨ªsimas como el d¨ªa en el que L¨¦aud, en medio a una crisis m¨ªstica, casi termina apaleado durante una ceremonia vud¨² en Ha?ti; el rodaje surrealista de Porcile (1969), durante el cual Pasolini no paraba de gritarle que ten¨ªa que actuar de forma m¨¢s mozartiana y L¨¦aud se volv¨ªa loco porque no entend¨ªa qu¨¦ ten¨ªa que ver Mozart con la escena que estaban filmando; su arrepentimiento con el paso de los a?os por haber rechazado la propuesta de John Houston de protagonizar la adaptaci¨®n de La condici¨®n humana de Malraux ¨D¡±qu¨¦ gilipollas he sido. Era marxista en esa ¨¦poca. Un marxista feroz¡±¨D o cuando en su primer Festival de Cannes le levant¨® al entonces consagrado actor mexicano Pedro Armend¨¢riz una conquista siendo ¨¦l un adolescente de 15 a?os.
El amor recibido ha conmovido al actor. ¡°Gracias a vosotros me encuentro mucho mejor. Tengo la intenci¨®n de volver a rodar muy pronto¡±, escribi¨® en un comunicado. Cuentan que la escritora Marguerite Duras, tras ver una pel¨ªcula suya, le dese¨® que no se volviera nunca rico. Eso hubiera significado abandonar ese cine engag¨¦, rompedor, al que se entreg¨® en cuerpo y alma y que lleg¨® a confundirse con su propia vida. Un compromiso vital que, como dice mi amiga Bettina, merece ser ahora correspondido por aquellos a los que su forma de actuar, tan peculiar, nos ha cambiado para siempre la vida.