Manifiesto: batirse por nada
Nuccio Ordine escribi¨® lo que muchos sab¨ªamos y compartimos, que lo in¨²til es importante, y lo hizo de manera excelsa
Nuccio Ordine ha muerto hace unos d¨ªas. Inoportuna e inopinadamente. Algunos segu¨ªamos sus escritos y esper¨¢bamos su visita para recoger el ...
Nuccio Ordine ha muerto hace unos d¨ªas. Inoportuna e inopinadamente. Algunos segu¨ªamos sus escritos y esper¨¢bamos su visita para recoger el premio Princesa de Asturias, con el que fue galardonado hace pocas semanas. Inexplicablemente, con unos vigorosos y fruct¨ªferos 64 a?os, de un d¨ªa para otro, Nuccio se ha callado.
Ordine escribi¨® lo que muchos sab¨ªamos y compartimos, que lo in¨²til es importante, y lo hizo en el modo excelso de ese peque?o manual que se llama La utilidad de la in¨²til, donde lo in¨²til, dice, es todo aquel saber cuyo valor escapa a cualquier fin utilitarista. In¨²til es lo que no se subordina a la l¨®gica del ¨¦xito econ¨®mico, lo que engrandece nuestro esp¨ªritu, lo que nos cultiva, lo que nos hace, como dir¨ªa Michel Foucault, individuales obras de arte. Lo in¨²til se torna pues ¨²til, en otro aspecto, uno esencial. Sin duda ser¨ªa ya un gran progreso saber diferenciar entre estos dos sentidos de la utilidad. La ¨²til inutilidad. En nuestra ayuda, Ordine busc¨® y reuni¨® para todos nosotros, para ponerlos a la mano de quien los quisiera tomar, los destellos breves y luminosos de quienes han insistido desde siempre en esta idea, literatos y pensadores desde Foster Wallace, Baudelaire y Flaubert a Leopardi o Montaigne, entre los muchos que habitan sus apenas 130 p¨¢ginas. El fl?neur, las letrinas, los pseudoliteratos, los solares de La ciudad del sol, el humilde cofre de plomo y la libra de carne, lo bello como el objeto contemplado sin inter¨¦s alguno, el arte por el arte o la fealdad de lo ¨²til, figuras todas ellas de la apuesta por la qualitas frente a la quantitas.
Con ellas Nuccio Ordine traza una oda rigurosa y sensata a la cultura. Recupera a Pseudo Longino para recordarnos que el lucro nos infecta, que la avaricia envilece y marchita la grandeza espiritual, sin olvidar a la vez las palabras de George Steiner, quien nos avisa de que de la cultura conviene tambi¨¦n desconfiar porque no nos pone a salvo. Tantas veces hemos visto pensadores y artistas c¨®mplices o indiferentes ante grandes o peque?as barbaries. Se trata del dif¨ªcil equilibrio entre el saber y lo ¨¦tico. Sin embargo, en cualquier caso, como Italo Calvino afirma en ese mosaico org¨¢nico que es el breve manual de Ordine, leer a los cl¨¢sicos es mejor que no leerlos, porque ciertamente la cultura no ofrece garant¨ªas, pero es la ¨²nica oportunidad para proteger y conquistar nuestra dignitas hominis.
Inteligente Ordine, no desde?a la ciencia como pudiera creerse por su inclinaci¨®n a la literatura, sino muy al contrario subraya la necesaria alianza entre los cient¨ªficos y los humanistas, para huir de la expansiva y dominante ultraespecializaci¨®n, y los hace necesarios part¨ªcipes y c¨®mplices en la batalla contra la dictadura del beneficio. Denuncia asimismo los estragos causados por la l¨®gica de la obsesi¨®n de la producci¨®n, que preside la ense?anza, la investigaci¨®n y las actividades culturales, como tambi¨¦n lo hace con la manifiesta modificaci¨®n de las universidades en empresas y los estudiantes en clientes. Si no fuera por su marcada propuesta de intervenci¨®n social, la atenci¨®n a lo in¨²til del fil¨®sofo pareciera a veces un recordatorio franciscano, una invitaci¨®n a la posibilidad de un despojamiento, que en el extremo recuerda al del Baj¨ªsimo de la magn¨ªfica escritura de Christian Bobin, que abandona sus ricos ropajes en una pr¨®spera Asis, o al Cyrano duelista, quien afirma: ¡°Nadie se bate por sacar provecho. No, lo noble es batirse por nada¡±. Y as¨ª es, una nada que es in¨²til y por ello extremadamente ¨²til. Ordine subtitul¨® su libro Manifiesto, como una declaraci¨®n, un prop¨®sito de vida, una propuesta, una denuncia, una invitaci¨®n a escuchar a los que saben y a seguir el camino de la buena vida, la de calidad.
Ordine ha muerto por sorpresa. Dos d¨ªas m¨¢s tarde, tambi¨¦n en Italia, muri¨® Silvio Berlusconi. Tambi¨¦n ¨¦l dej¨® un manifiesto, pero en este caso en la forma de bunga bunga. Qu¨¦ extra?a es la muerte que a¨²na en el tiempo lo absolutamente dispar.