Luchar contra el olvido
Este es el ¨²ltimo texto que escribi¨® en espa?ol Nuccio Ordine, pr¨®logo del libro ¡®La conversaci¨®n infinita. Encuentros con la escritura y el pensamiento¡¯, del periodista de EL PA?S Borja Hermoso
En una bell¨ªsima p¨¢gina de sus Ensayos, Michel de Montaigne nos recuerda que se puede hablar de uno mismo aunque el ¡°argumento¡±, como en su caso, resulte ¡°est¨¦ril¡± y ¡°magro¡±:
S¨ª, pero me dir¨¢n que el prop¨®sito de servirse de uno mismo como argumento del cual escribir ser¨ªa excusable en hombres singulares y famosos que por su reputaci¨®n han suscitado alg¨²n deseo de conocerlos. [...] No es conveniente darse a conocer salvo si se tiene algo en lo que hacerse imitar, y una vida y unas opiniones que puedan servir de modelo. [...] Los otros han osado hablar de s¨ª mismos porque les ha parecido un argumento digno y rico; yo, en cambio, porque lo he encontrado tan est¨¦ril y tan magro que no puede surgir sospecha alguna de ostentaci¨®n. Juzgo de buena gana las acciones ajenas; de las propias, ofrezco poco que juzgar a causa de su nihilidad. No veo tanto bien en m¨ª que no pueda decirlo sin sonrojarme (II, XVIII).
Se trata, es cierto, de una elegante declaraci¨®n de modestia que alude a su ¡°autorretrato¡±. Pero las palabras del gran fil¨®sofo franc¨¦s ¨Csu profunda convicci¨®n de escribir para s¨ª mismo, de haber elaborado un libro ¡°consustancial a su autor¡± y de exclusiva ¡°utilidad personal¡±¨C nos autorizan, al mismo tiempo, a pensar que cualquier vida, aun la m¨¢s alejada de los focos de la fama y de los escenarios p¨²blicos, merece siempre ser contada.
Y si esto es cierto en el caso de personas humildes y comunes (¡°un hombre como los otros¡±, por citar de nuevo a Montaigne), imaginemos hasta qu¨¦ punto la escritura de s¨ª es ¡°excusable en hombres singulares y famosos, que por su reputaci¨®n han suscitado alg¨²n deseo de conocerlos¡±.
En este volumen, el autor presenta una serie de entrevistas a mujeres y hombres c¨¦lebres que con sus obras han contribuido a animar, en diversos sectores, el debate sobre la cultura contempor¨¢nea. No es una elecci¨®n dictada por un canon concreto (se incluye a un autor y se excluye a otro de acuerdo con este o aquel par¨¢metro) o por la preferencia personal (este me gusta, este otro, no), sino de una recopilaci¨®n que, en una visi¨®n diacr¨®nica, muestra sus inevitables lazos con la actualidad. La publicaci¨®n de un libro, la celebraci¨®n de un cumplea?os, la organizaci¨®n de un evento o de un espect¨¢culo est¨¢n en el origen de estas conversaciones que, en el transcurso del tiempo, se han publicado en las p¨¢ginas culturales de EL PA?S.
Una entrevista es siempre una ocasi¨®n para hablar de uno mismo, un pretexto para relatar fragmentos de vida y de cotidianidad, una oportunidad para aclarar el propio pensamiento o, mejor a¨²n, para descubrir indicios sobre la misteriosa relaci¨®n que se establece entre autor y obra (¡°No he hecho tanto mi libro¡±, sugiere agudamente Montaigne, ¡°como mi libro me ha hecho a m¨ª¡±). Y esto ocurre tambi¨¦n cuando el mismo entrevistado declara, a modo de preliminar, su fastidio por los medios de comunicaci¨®n o su reticencia a hablar de s¨ª mismo y de su trabajo.
Es una amplia galer¨ªa en la que tienen cabida autores de numerosos pa¨ªses (Espa?a, Francia, Portugal, Reino Unido, Italia, China, Alemania, Nicaragua, Hungr¨ªa, Rep¨²blica Checa) y obras de diversa naturaleza (libros de poes¨ªa y novelas, ensayos filos¨®ficos y cient¨ªficos, cuadros, esculturas, representaciones teatrales y cinematogr¨¢ficas).
Como sucede en una gran exposici¨®n, tambi¨¦n en este volumen es posible encontrar algunos de los grandes temas que afligen nuestro presente. Por ejemplo, en muchos de los ¡°retratos¡± se evoca, en formas y maneras diversas, la imagen del infierno. Tragedias colectivas y tragedias personales se superponen mostrando los variados rostros que puede adoptar la despiadada violencia: del exterminio de millones de inocentes llevado a cabo por los feroces nazis (Shoah) a los campos de concentraci¨®n sovi¨¦ticos (Gulag de la Uni¨®n Sovi¨¦tica), de las persecuciones de los reg¨ªmenes totalitarios (China) a las masacres del fanatismo religioso (¡°Charlie Hebdo¡± en Par¨ªs), de las amenazas de muerte de los mafiosos contra escritores y jueces (Camorra napolitana) a las inhumanas condiciones en las que se obliga a vegetar a poblaciones hambrientas e inermes (los efectos devastadores de las terribles desigualdades).
Pero basta con cambiar de sala, o con pasar p¨¢gina, para encontrar tambi¨¦n testimonios preciosos en los que la alegr¨ªa de vivir surge en sus m¨²ltiples manifestaciones: la pasi¨®n por la creaci¨®n art¨ªstica y por la escritura, el amor a la ense?anza y a la investigaci¨®n cient¨ªfica, la lucha por la igualdad y por los derechos civiles, la atenci¨®n a las cosas simples y a los m¨¢s humildes gestos cotidianos. Se trata de caminos diferentes para continuar cultivando la utop¨ªa y la esperanza, para pensar una sociedad m¨¢s justa e igualitaria, para imaginar un futuro distinto del que impone el pensamiento ¨²nico del rapaz neoliberalismo.
Una entrevista es siempre tambi¨¦n un cuerpo a cuerpo con el interlocutor, una manera de acosarlo con preguntas, a veces insidiosas e impertinentes, para invitarlo a decir lo indecible, para empujarlo a mostrarnos lo invisible. Pero en este cerrado enfrentamiento tambi¨¦n quien interroga, a su vez, termina inevitablemente por descubrir sus cartas, por revelar su visi¨®n del mundo.
Recopilar entrevistas publicadas en las p¨¢ginas de un peri¨®dico significa sustraer del olvido pensamientos que no habr¨ªan podido evitar el destino de la obsolescencia, impuesto por el ritmo apremiante de la cr¨®nica y de la novedad. Pero significa tambi¨¦n ratificar, a trav¨¦s de las palabras de los ilustres entrevistados, la importancia del arte y de la filosof¨ªa, de la literatura y de la m¨²sica, de la arquitectura y de la investigaci¨®n, de la ciencia y del cine, del teatro y de la pintura, para entendernos a nosotros mismos y entender el mundo en el que vivimos.
Sin estos destellos de luz, como nos recordaba Italo Calvino en una bell¨ªsima p¨¢gina de Ciudades invisibles, ser¨ªa para nosotros imposible distinguir aquello que, en el infierno de la vida cotidiana y de la historia, no es infierno, para ¡°hacerlo durar y darle espacio¡±:
El infierno de los vivos no es algo que ser¨¢; hay uno, es aquel que existe ya aqu¨ª, el infierno que habitamos todos los d¨ªas, que formamos estando juntos. Dos maneras hay de no sufrirlo. La primera es f¨¢cil para muchos: aceptar el infierno y volverse parte de ¨¦l hasta el punto de no verlo m¨¢s. La segunda es peligrosa y exige atenci¨®n y aprendizaje continuos: buscar y saber reconocer qui¨¦n y qu¨¦, en medio del infierno, no es infierno, y hacerlo durar y darle espacio.
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Este texto de Nuccio Ordine, el ¨²ltimo publicado en espa?ol por el profesor, escritor y pensador italiano, es el pr¨®logo del libro La conversaci¨®n infinita. Encuentros con la escritura y el pensamiento, del periodista de EL PA?S Borja Hermoso, reci¨¦n editado por Siruela.
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