Vox y el aullido del viento eur¨®fobo en la UE

Los sondeos y los movimientos pol¨ªticos en Espa?a apuntan a que hay una seria posibilidad de que el pr¨®ximo Gobierno espa?ol sea una coalici¨®n entre Partido Popular y el ultraderechista Vox, que ronda el 14% en la intenci¨®n de voto, seg¨²n una encuesta publicada por este diario. En Finlandia, acaba de instalarse un Gobierno de coalici¨®n precisamente entre derecha tradicional y ultra; en Suecia, se halla al mando un Ejecutivo conservador con el apoyo parlamentario esencial de la extrema derecha; en Alemania, AfD oscila alrededor del 20%, lo que le sit¨²a como segundo partido; en Italia, Hermanos de Italia viaja estable como primera fuerza con alrededor del 30% (la Liga suma otro 10% aproximadamente); en Francia, el partido de Le Pen va bien en los sondeos (al igual que el de M¨¦lenchon, de izquierdas, pero con claros tintes euroesc¨¦pticos); en Hungr¨ªa, Orb¨¢n obtuvo una rotunda validaci¨®n en las ¨²ltimas elecciones; en Polonia, el PiS mantiene una ventaja de cara a las legislativas previstas para oto?o.

Este es el panorama, y acarrea varias inquietantes consecuencias. Una de ellas es, m¨¢s all¨¢ del propio auge de los ultras abiertamente eur¨®fobos, la influencia que ello tiene en la familia popular, fundamental para la construcci¨®n europea. Un ejemplo instructivo es el recuerdo de lo que ocurri¨® en las ¨²ltimas elecciones presidenciales en Francia. Ante el fuerte empuje de Le Pen, en el partido de la supuesta derecha moderada ¡ªLos Republicanos¡ª varios candidatos asumieron entre sus propuestas la de celebrar un refer¨¦ndum para afirmar la primac¨ªa del derecho franc¨¦s sobre el comunitario en materia migratoria. Un aut¨¦ntico torpedo en la l¨ªnea de flotaci¨®n de un principio fundamental de la UE.

Otro problema es la configuraci¨®n que se pueda quedar en el pr¨®ximo parlamento europeo que se elegir¨¢ en el junio de 2024. Seg¨²n la plataforma Europe Elects, que monitorea sondeos y elabora proyecciones, con el paso adelante de las formaciones nacionalistas, ahora la suma de esos grupos m¨¢s el PPE rondar¨ªa el 44% de los esca?os en la Euroc¨¢mara. Las formaciones ultra est¨¢n divididas en dos grupos, los Conservadores y Reformistas Europeos (Hermanos de Italia, PiS, Vox, Dem¨®cratas Suecos, entre otros) e Identidad y Democracia (Le Pen, AfD, Liga, entre otros). Es un universo amplio, con matices, y en el corto plazo las posibilidades de cooperaci¨®n del PPE son m¨¢s realistas con el primero que con el segundo. Pero el 44% llama la atenci¨®n, y una vez que se abren ciertas vedas, otras pueden caer despu¨¦s.

La UE necesita adaptarse a los nuevos tiempos. Necesita m¨¢s autonom¨ªa estrat¨¦gica ¡ªporque depender, en este mundo, es peligroso, y la UE sigue sufriendo grandes dependencias energ¨¦ticas, militares y tecnol¨®gicas¡ª y esto es una manera de decir que hay que otorgar m¨¢s competencias a la comunidad; necesita prepararse para ampliarse ¡ªporque valores e intereses avalan que dejemos entrar a pa¨ªses balc¨¢nicos y del Este que lo anhelan¡ª lo que reclama reducir los poderes de veto. Necesita muchas reformas que se pueden prever ahora, y otras imprevisibles. Surgir¨¢n problemas, y en cada uno habr¨¢ que ponderar las soluciones m¨¢s eficaces. Pero, en un mundo globalizado y brutal, cabe prever que la mejor respuesta por lo general es m¨¢s integraci¨®n, no m¨¢s nacionalismo.