Bala de plata perdida
Esper¨¢bamos en el debate un Feij¨®o conservador y un S¨¢nchez agresivo, y en su lugar hemos visto un candidato del PP avasallador y un presidente pr¨¢cticamente desbordado
Usted no ha visto un debate esta noche. Usted ha visto un cara a cara en el que se cantaban cifras, se hac¨ªan reproches, se lanzaban chascarrillos con interrupciones y mensajes muchas veces absolutamente ininteligibles. No hubo debate, y mucho menos espect¨¢culo televisivo. Como espectadora, les confieso que quise desconectar a la media hora. Y si la televisi¨®n sirve para dar ese realce a la individualidad de los candidatos, tambi¨¦n les confieso que esa personificaci¨®n se disolvi¨® pronto en la bruma de un caos casi grotesco.
En ese lodazal absolutamente descontrolado por los que deb¨ªan moderar, Alberto N¨²?ez Feij¨®o ha conseguido trasmitir la impresi¨®n de tener mayor templanza. ¡°No me interrumpa¡±, ¡°tranquil¨ªcese¡±, ¡°le veo a usted muy nervioso¡±, eran las frases que continuamente lanzaba al presidente del Gobierno. Solo le falt¨® sacar del bolsillo de su chaqueta un lexat¨ªn. Un debate es una oportunidad para expresar claramente ideas y objetivos. No s¨¦ ustedes, pero yo he visto pocos. La sorpresa es que esper¨¢bamos un Feij¨®o conservador y un S¨¢nchez agresivo, y en su lugar hemos visto un candidato del PP avasallador y un presidente pr¨¢cticamente desbordado.
Sabemos que los candidatos que van a la zaga en las encuestas o que tienen mayor confianza en sus habilidades se presentan ante estos duelos para arriesgar. Y sabemos tambi¨¦n que el sobreentrenamiento a veces puede tener un efecto no deseado y hacer perder frescura. Lo cierto es que S¨¢nchez sali¨® a la defensiva y Feij¨®o fue m¨¢s h¨¢bil con el ataque: consigui¨® embarrar desde el inicio un debate en el que S¨¢nchez chapote¨® demasiado en el tema de Vox. Ni siquiera en ¨¢mbitos en los que pod¨ªa lucirse un poco m¨¢s estuvo h¨¢bil: en las propuestas feministas Feij¨®o solo habl¨® del solo s¨ª es s¨ª, mientras S¨¢nchez no sal¨ªa de las banderas LGTBI. Y tampoco se habl¨® del cambio clim¨¢tico.
Hay pocas lecciones que extraer de los debates. Una: que se acaban si uno de los dos contendientes empieza a parecer m¨¢s presidencial. S¨¢nchez se fue desquiciando poco a poco perdiendo el tono presidencial que le daban cinco a?os con una buena hoja de servicios. Dos: los debates se pierden m¨¢s que se ganan y los errores cuestan m¨¢s que los aciertos, por eso quien lidera las encuestas arriesga menos. Tres: suelen ser un ¨¦xito de audiencia.
Tras esta noche el periodismo tiene que reflexionar sobre si quiere otorgarles mayor entidad democr¨¢tica o seguir consider¨¢ndolos un evento puramente medi¨¢tico en el que su papel se reduce a dar paso a los bloques. Al final, lo que quedar¨¢ de este careo es el ruido; dos candidatos interrumpi¨¦ndose, reventando cualquier posibilidad de debatir. ?Combate nulo? Era una bala de plata para el que va por detr¨¢s y S¨¢nchez la ha desperdiciado.
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