Odio en las venas
Puedo entender a las v¨ªctimas, lo que no me cabe en la cabeza es la miseria de los que las ofenden, dividen y enfrentan por puro c¨¢lculo electoral sin poner los muertos
Jam¨¢s olvidar¨¦ el d¨ªa que ETA mat¨® a Miguel ?ngel Blanco porque se me hel¨® la sangre de repente al o¨ªr la noticia de su muerte la t¨®rrida madrugada del 13 de julio de 1997. Siendo completamente sincera, he de admitir, sin embargo, que recordar¨¦ siempre la fecha porque estaba reci¨¦n parida y puedo contar los a?os que hace de ella en el n¨²mero de velas de la tarta de aniversario de mi primog¨¦nita. Recuerdo tambi¨¦n, si me ...
Jam¨¢s olvidar¨¦ el d¨ªa que ETA mat¨® a Miguel ?ngel Blanco porque se me hel¨® la sangre de repente al o¨ªr la noticia de su muerte la t¨®rrida madrugada del 13 de julio de 1997. Siendo completamente sincera, he de admitir, sin embargo, que recordar¨¦ siempre la fecha porque estaba reci¨¦n parida y puedo contar los a?os que hace de ella en el n¨²mero de velas de la tarta de aniversario de mi primog¨¦nita. Recuerdo tambi¨¦n, si me lo propongo, el escalofr¨ªo que me var¨® la espalda al saber por el telediario que ETA hab¨ªa matado a Gregorio Ord¨®?ez. Pero confieso que he tenido que buscar el d¨ªa exacto, porque, en aquellos tiempos, los tiros en la nuca de la banda terroristas eran, casi, el pan nuestro de cada d¨ªa. Fue despu¨¦s, reconozco, cuando apreci¨¦ en toda su aterradora y conmovedora magnitud los paralelismos entre la vida y la muerte de aquellos dos hombres j¨®venes, cargos p¨²blicos del Partido Popular en el Pa¨ªs Vasco, asesinados por la misma alima?a: el etarra Xabier Garc¨ªa Gaztelu, Txapote. No estoy orgullosa. Una es hija de su tiempo.
Han pasado 26 y 28 a?os, respectivamente, de aquellos cr¨ªmenes abyectos. ETA, derrotada por el Estado de Derecho, ces¨® sus atentados en 2011 y se disolvi¨® en 2018. Txapote, detenido en 2001, cumple condena en una c¨¢rcel vasca. Pero el lema ¡°Que te vote Txapote¡±, que simpatizantes y l¨ªderes del PP y Vox corean entusiasmados en su leg¨ªtimo af¨¢n de relevar a Pedro S¨¢nchez de La Moncloa, ha resucitado su odioso legado. El eslogan, cuatro palabras contundentes en rima consonante, es redondo. Lo firmar¨ªa encantado cualquier publicista si no fuera porque ofende a algunas v¨ªctimas. Consuelo Ord¨®?ez, hermana de Gregorio, suplica que no se utilice, mientras Mari Mar Blanco, hermana de Miguel ?ngel y militante del PP, lo bendice porque le ofende m¨¢s que S¨¢nchez pacte con Bildu. No las juzgo. Cada uno lleva el dolor como puede.
La otra noche, en el debate donde se midieron las palabras y las agallas para ser el pr¨®ximo presidente del Gobierno, el titular, Pedro S¨¢nchez, le dio la oportunidad al aspirante, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, de desmarcarse siquiera un mil¨ªmetro de ese repugnante mantra. No lo hizo, pese a que las c¨¢maras mostraron con nitidez c¨®mo el sapo le atravesaba la tr¨¢quea. Lo dicho: puedo entender a las v¨ªctimas. Lo que no me cabe en la cabeza es la miseria de quien las ofende, enfrenta y divide por puro c¨¢lculo electoral sin poner los muertos. Para m¨ª que, m¨¢s que sangre, lo que les corre por las venas es puro odio, mil veces m¨¢s ciego que el amor, digan lo que digan los poetas.