Feij¨®o ataca con dureza a S¨¢nchez en un debate tenso y bronco por momentos

Hab¨ªan pasado solo unos minutos desde el comienzo del tan esperado cara a cara, y Pedro S¨¢nchez y Alberto N¨²?ez Feij¨®o ya se hab¨ªan acusado mutuamente de mentir. No hab¨ªa transcurrido mucho m¨¢s que el arranque, y el candidato del PP ya hab¨ªa tildado de c¨ªnico al presidente, y este a su antagonista de comprar diputados. El tono qued¨® marcado para toda la noche, durante los 100 minutos restantes del debate ante los micr¨®fonos de Atresmedia, tan tenso y crispado en algunos momentos que hasta las interrupciones entre los contendientes hac¨ªan inaudible la discusi¨®n.

El duelo ilustr¨® perfectamente los tiempos de polarizaci¨®n pol¨ªtica. Feij¨®o, en contra de lo que se vaticinaba, sali¨® directamente al ataque desde el primer minuto. Y en su acometida consigui¨® que S¨¢nchez se pasara buena parte de la noche repeliendo la ofensiva. Entre continuas acusaciones de mentir y exhortaciones a ¡°d¨¦jeme hablar¡±, los moderadores, los periodistas Vicente Vall¨¦s y Ana Pastor, llamaron al orden en algunos momentos a los dos candidatos.

Al acabar la noche, no se hab¨ªa dejado de abordar ni uno solo de los asuntos que la derecha ha arrojado con m¨¢s fiereza contra S¨¢nchez, del ¡°que te vote Txapote¡± al uso del Falcon ¡ªesto ¨²ltimo no solo por el actual presidente, tambi¨¦n por Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar¡ª, o el espionaje al tel¨¦fono del jefe del Ejecutivo. Y como era de esperar, los reproches sobre los pactos se apoderaron de buena parte del tiempo de confrontaci¨®n. Feij¨®o ech¨® balones fuera sobre los acuerdos con Vox e insisti¨®, como viene haciendo durante toda la campa?a, en que su prop¨®sito es formar un Gobierno en solitario y ¡°moderado¡±.

El duelo se convirti¨® durante casi su totalidad en un examen al actual Gobierno, sin el menor debate sobre propuestas de futuro. Feij¨®o lleg¨® a exhibir varias veces un papel para ofrecer a S¨¢nchez la firma de un pacto por el que se comprometer¨ªa a respetar la lista m¨¢s votada tras el 23-J.

El PP hab¨ªa alentado el vaticinio de que su candidato saldr¨ªa con una actitud conservadora, y desde la calle G¨¦nova se propagaba horas antes la idea de que si la cita se saldaba en algo parecido a unas tablas, considerar¨ªan la prueba superada. Llegado el momento, la puesta en escena de Feij¨®o result¨® exactamente la contraria. El candidato popular sac¨® su perfil m¨¢s agresivo, que record¨® al que ya hace muchos a?os hab¨ªa exhibido como opositor en Galicia. El primer sorprendido pareci¨® el propio S¨¢nchez, que de alguna manera tambi¨¦n desminti¨® las expectativas y compareci¨® dando la impresi¨®n de que pretend¨ªa suavizar su perfil.

El debate se abri¨® con un bloque econ¨®mico y ah¨ª Feij¨®o logr¨® dos cosas: poner al presidente a la defensiva y que no se dedicara ni un segundo a examinar las alternativas que plantea el PP. Feij¨®o, lanzado desde el principio, esgrimi¨® una bater¨ªa de datos, algunos ciertos y otros descontextualizados o imprecisos. La acometida de Feij¨®o forz¨® a S¨¢nchez a dedicarse a replicar golpes. En algunos casos, esgrimiendo datos de la gesti¨®n del candidato del PP en Galicia. Las acusaciones de mentir con las cifras acabaron tapando todo lo dem¨¢s.

El l¨ªder popular se dedic¨® a descalificar la pol¨ªtica del Gobierno, aunque sin vender ninguna alternativa. S¨¢nchez se esforz¨® en defender su balance, desde la notable mejor¨ªa del paro al control de los precios. Feij¨®o lo negaba todo e insisti¨® mucho en criticar el aumento del d¨¦ficit y la deuda, mientras que S¨¢nchez defend¨ªa que ha hecho una ¡°pol¨ªtica fiscal responsable¡±, avalada por los organismos internacionales.

La pol¨ªtica social fue el siguiente tema. Y lo abri¨® Ana Pastor con una pregunta comprometida para Feij¨®o: le pidi¨® que valorase la ausencia de Vox en un minuto de silencio por una asesinada por violencia machista. El candidato del PP cambi¨® inmediatamente el tercio y, sin responder a lo que le ped¨ªan, pas¨® al ataque con las consecuencias de la ley del solo s¨ª es s¨ª. Por momentos aquello deriv¨® en dos mon¨®logos. Feij¨®o vaticinaba que S¨¢nchez ¡°pasar¨¢ a la historia¡± como el hombre que propici¨® la rebaja de penas a m¨¢s de un millar de agresores sexuales. Y el presidente retrucaba reproch¨¢ndole que haya pactado con dirigentes pol¨ªticos que niegan la violencia machista o mandan retirar la bandera LGTBI. El bloque, titulado de pol¨ªtica social, ya no pas¨® de ah¨ª.

Cuando, mediada la noche, los presentadores anunciaron que se iba a hablar de pactos, la sensaci¨®n fue extra?a: los dos l¨ªderes ya llevaban un buen rato tir¨¢ndose los pactos a la cabeza, a pesar de que a¨²n no tocaba. Se anunciaba como el asunto que iba a levantar m¨¢s chispas en toda la noche y los dos parec¨ªan tener prisa por llegar.

El candidato socialista se lanz¨® desde el principio. Record¨® que su partido nunca ha apoyado a cargos p¨²blicos de EH Bildu y lo compar¨® con los 140 pactos municipales del PP con Vox. Ah¨ª sali¨® con todo, desde las censuras en municipios a obras de arte hasta las estrafalarias declaraciones de algunos miembros de Vox aupados por los populares. En tono entre dram¨¢tico y sarc¨¢stico previno a la audiencia sobre ¡°el tenebroso t¨²nel del tiempo¡± que supondr¨ªa un Gobierno de Feij¨®o con Abascal.

El candidato del PP fue interpelado sobre si har¨ªa vicepresidente al l¨ªder de Vox y de nuevo se fue por la tangente: dijo que no lo nombrar¨¢ si no tiene los votos necesarios y se qued¨® ah¨ª. Para ese momento, Feij¨®o ten¨ªa preparado un golpe de efecto. Fue cuando exhibi¨® un papel y anunci¨®: ¡°Yo le apoyar¨¦ a usted si gana las elecciones. Comprom¨¦tase y firme aqu¨ª que usted har¨¢ lo mismo si gano yo¡±. El l¨ªder del PP repiti¨® la invitaci¨®n constantemente hasta el final. S¨¢nchez se defendi¨® aludiendo a lo ocurrido en Extremadura, donde el PP ha pactado con Vox contra el ganador de las elecciones, el PSOE.

El gesto sirvi¨® a Feij¨®o para esquivar todo lo que pudo los pactos con Vox. Solo en un momento lleg¨® a decir que negociar¨ªa su apoyo junto a los de otros partidos en caso de que los socialistas se lo negasen. Hasta dej¨® caer que espera que S¨¢nchez ya no est¨¦ entonces para negociar con otros dirigentes socialistas. La clara intenci¨®n del l¨ªder popular era colocar en las espaldas del PSOE la responsabilidad de una hipot¨¦tica entrada de Vox en el Gobierno.

Mientras esquivaba totalmente la cuesti¨®n de sus acuerdos suscritos con la extrema derecha, Feij¨®o se presentaba como un hombre dispuesto a dialogar con todo el mundo, a gobernar con moderaci¨®n y a ¡°unir a los espa?oles¡± tras la divisi¨®n que, seg¨²n ¨¦l, ha provocado el ¡°sanchismo¡±, una de las palabras, por supuesto, m¨¢s repetidas de la noche. En ese momento, S¨¢nchez tambi¨¦n tir¨® de iron¨ªa: ¡°?Y con qu¨¦ lo piensa pegar? ?Con pegamento supervox?¡±.

En otro de los escasos gui?os a la extrema derecha, Feij¨®o calific¨® a Vox de partido ¡°constitucionalista¡±, consideraci¨®n que, sin embargo, puso en duda en el caso del PSOE. S¨¢nchez se agarr¨® a eso para pasar al contraataque. Distingui¨® entre partidos constitucionales, que respetan el sistema y que, seg¨²n ¨¦l, son todos, lo que impl¨ªcitamente inclu¨ªa a sus socios independentistas, y los constitucionalistas, que defienden los valores de la Ley Fundamental. El presidente explic¨® que su equipo ha contabilizado 25 medidas del programa de Vox contrarias a la Constituci¨®n.

Cuando el debate ya entraba en su recta final y la catarata de reproches iba en aumento, sali¨® inevitablemente ETA. Feij¨®o esgrimi¨® como pretexto que este lunes se cumpl¨ªan 26 a?os del asesinato del concejal de Ermua Miguel ?ngel Blanco. Y carg¨®, como era de esperar, contra los pactos con EH Bildu. S¨¢nchez se revolvi¨® esgrimiendo las cr¨ªticas de la presidenta de uno de los colectivos de v¨ªctimas, Consuelo Ord¨®?ez, a miembros del PP por usar el lema ¡°que te vote Txapote¡±. Y exigi¨® a Feij¨®o que lo retirase. El l¨ªder del PP se escabull¨® de nuevo.

La agresividad no se detuvo hasta el final. Sali¨® el Falcon tambi¨¦n, claro est¨¢, y ah¨ª el presidente ten¨ªa preparado otro dato: afirm¨® que Aznar compr¨® tres y ¨¦l ninguno. Las interrupciones eran cada vez m¨¢s frecuentes y las acusaciones de mentir tan continuas que en ocasiones resultaba dif¨ªcil seguir el hilo de la discusi¨®n. Catalu?a ocup¨® menos tiempo del que le ha dedicado la pol¨ªtica espa?ola esta legislatura, y ambos repitieron las posturas y las reconvenciones mutuas conocidas. Tambi¨¦n se habl¨® de Marruecos, y ah¨ª Feij¨®o volvi¨® a esgrimir su perfil m¨¢s agresivo, al dejar caer que el pa¨ªs magreb¨ª pudo espiar el tel¨¦fono del presidente. Ese fue el tono hasta la conclusi¨®n. De los proyectos para los pr¨®ximos cuatro a?os, ni una palabra.

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