Violencia en Ecuador
A cuatro semanas de las elecciones presidenciales, el pa¨ªs vive sometido a una ola de violencia extraordinaria
La sociedad ecuatoriana afronta las elecciones presidenciales del 20 de agosto en un clima de emergencia nacional por una ola de violencia sin precedentes. Los ataques a pol¨ªticos y candidatos, los atentados, los secuestros y los motines carcelarios est¨¢n marcando una campa?a convulsa en la que la pol¨ªtica de seguridad centra las preocupaciones de los ciudadanos y determina la disputa electoral. Los comicios tienen car¨¢cter extraordinario porque el ...
La sociedad ecuatoriana afronta las elecciones presidenciales del 20 de agosto en un clima de emergencia nacional por una ola de violencia sin precedentes. Los ataques a pol¨ªticos y candidatos, los atentados, los secuestros y los motines carcelarios est¨¢n marcando una campa?a convulsa en la que la pol¨ªtica de seguridad centra las preocupaciones de los ciudadanos y determina la disputa electoral. Los comicios tienen car¨¢cter extraordinario porque el actual mandatario, Guillermo Lasso, decidi¨® en mayo disolver el Parlamento y adelantar la convocatoria para evitar una posible destituci¨®n. La votaci¨®n abre la puerta al regreso al poder de la izquierda, representada por el partido del expresidente Rafael Correa, pero todos los aspirantes tienen una prioridad fundamental: frenar el crimen organizado.
La herencia de Lasso, que renunci¨® a la reelecci¨®n, incluye precisamente este terrible desaf¨ªo. La delincuencia se afianz¨® durante la pandemia mientras crec¨ªa la influencia de los carteles mexicanos. La ciudad m¨¢s golpeada fue inicialmente Guayaquil, la m¨¢s poblada del pa¨ªs, y despu¨¦s las bandas criminales acorralaron puertos estrat¨¦gicos para el narcotr¨¢fico como Esmeraldas o Manta, donde tiroteos y bombas ya son una rutina. En estas localidades se registraron dos de los ¨²ltimos episodios violentos, el asesinato de un alcalde y de un candidato a la Asamblea legislativa.
M¨¢s de 30 personas fallecieron el pasado fin de semana en un mot¨ªn que se prolong¨® durante tres d¨ªas en la Penitenciar¨ªa del Litoral de Guayaquil. El presidente firm¨® un decreto de estado de excepci¨®n en todas las prisiones del pa¨ªs para permitir la intervenci¨®n de las Fuerzas Armadas. Pero al margen de este ¨²ltimo brote, desencadenado por la ruptura de una alianza entre bandas rivales, el problema es estructural y la b¨²squeda de soluciones se ha quedado en medidas efectistas como la flexibilizaci¨®n de la posesi¨®n de armas. Es un peligroso precedente que contribuye a radicalizar los discursos pol¨ªticos y los programas en plena campa?a.
Mientras la violencia se puede agravar en los pr¨®ximos d¨ªas por el intento de las organizaciones criminales de influir en las elecciones, cunde la tentaci¨®n de implantar modelos autoritarios como el impulsado por Nayib Bukele en El Salvador. Si Ecuador necesita una respuesta urgente y contundente ante el crimen organizado, decisiones como la de facilitar el acceso a las armas solo corren el riesgo de empeorar una situaci¨®n ya de por s¨ª fuera de control. Las demandas de la poblaci¨®n requieren la formaci¨®n de un Gobierno estable. El pr¨®ximo presidente o presidenta, que terminar¨¢ el mandato iniciado por Lasso en 2021, debe proponerse como principal objetivo pacificar el pa¨ªs y luchar sin cuartel contra la corrupci¨®n que favorece la expansi¨®n de la delincuencia.