Bendodo en el Far West
Frivolizar con la legitimidad del acoso en la calle a los pol¨ªticos que dicen cosas que no nos gustan reabre las puertas a las maneras desp¨®ticas e incontroladas del Lejano Oeste
Gran parte de los argumentos de la derecha contra la decisi¨®n de Pedro S¨¢nchez ¡ªpremeditada con alevos¨ªa¡ªde que ?scar Puente fuese su hombre en el debate de la investidura de Feij¨®o tiene un punto y hasta un buen pedazo de raz¨®n: rebajaba as¨ª la relevancia institucional de la sesi¨®n (pese a la comedia pol¨ªtica que encarn¨® todo el Parlamento ...
Gran parte de los argumentos de la derecha contra la decisi¨®n de Pedro S¨¢nchez ¡ªpremeditada con alevos¨ªa¡ªde que ?scar Puente fuese su hombre en el debate de la investidura de Feij¨®o tiene un punto y hasta un buen pedazo de raz¨®n: rebajaba as¨ª la relevancia institucional de la sesi¨®n (pese a la comedia pol¨ªtica que encarn¨® todo el Parlamento sabiendo desde el principio que no iba a salir Feij¨®o investido) al no ser el actual presidente en funciones quien diese la r¨¦plica al candidato popular. O, peor a¨²n, escog¨ªa a un personaje destacado por su solvencia ret¨®rica en el debate parlamentario, la contundencia de sus argumentos, la transparencia de su palabra y hasta la temeridad de algunas de sus iron¨ªas sarc¨¢sticas al l¨ªmite del efecto bumer¨¢n.
Pero el acoso filmado en directo contra Puente por parte de un pasajero del AVE entre Valladolid y Madrid y retransmitido por las redes sociales hasta el hartazgo estaba dando una oportunidad al PP para condenar actos inc¨ªvicos y frenar cualquier tentaci¨®n de repetir el asedio p¨²blico y f¨ªsico a los representantes parlamentarios de los partidos. El¨ªas Bendodo ha hecho todo lo contrario y ha venido a se?alar que se lo ten¨ªa merecido ?scar Puente por ser tan ¡°falt¨®n¡±. Bendodo no es concejal de un respetable pueblo de 50 habitantes, sino el coordinador general del PP, y esas declaraciones constituyen una temeridad imprudent¨ªsima que una democracia puede pagar muy caro en forma de incidente desgraciado, accidente imprevisible, ataque de un descontrolado o hecho aislado¡ De sus palabras no solo se deduc¨ªa la comprensi¨®n expl¨ªcita del acoso del ciudadano de Valladolid, sino su aprobaci¨®n o incluso su aplauso. Seg¨²n Bendodo, la culpa de ese acoso p¨²blico y repudidado por buena parte del pasaje del AVE la tiene Pedro S¨¢nchez por haber escogido al ¡°diputado de Valladolid¡± (Feij¨®o dixit) como portavoz de las razones por las que el PSOE no iba a votar la investidura de Feij¨®o.
Tantear o incluso tontear con la legitimidad del acoso en la calle a los pol¨ªticos que dicen cosas que no nos gustan reabre las puertas a las maneras desp¨®ticas e incontroladas del Far West. Bendodo est¨¢ obligado a matizar, rectificar o condenar sin m¨¢s unas declaraciones que pueden amparar cualquier acto vand¨¢lico en las calles contra pol¨ªticos contrarios a lo que piensa nuestro grupo. No son los algoritmos ni Twitter ni las redes sociales quienes siembran la tentaci¨®n de la violencia, sino los irresponsables altos cargos p¨²blicos dispuestos a jalear la violencia o la intimidaci¨®n en la calle. Que Santiago Abascal se permita dejar flotando en el aire insinuaciones de rebeli¨®n civil en la sociedad espa?ola, como hizo la semana pasada, entra en el cuadro degradante de una ultraderecha autoritaria; que se asocie a ese delirio el portavoz de un partido de Estado sacude por dentro la conciencia y la misma dignidad de una gran cantidad de votantes del PP, y sin duda de buena parte de sus cargos, pese al silencio disciplinado que mantienen.