Pacto o secuestro
S¨¢nchez es reh¨¦n de Puigdemont y le puede suceder como al joven C¨¦sar, capturado por unos piratas. Veremos qu¨¦ suceder¨¢. C¨¦sar, tras pagar el rescate y ser liberado, persigui¨® a los piratas y los crucific¨®
S¨¢nchez es reh¨¦n de Puigdemont y le puede suceder como al joven Julio C¨¦sar cuando fue capturado por unos piratas en las islas griegas. Sus captores pidieron 20 talentos de rescate, pero el futuro emperador les dijo que, por lo menos, ¨¦l val¨ªa 50. El quiz¨¢s mejor estratega militar de la historia no pudo usar peor t¨¢ctica de negociaci¨®n: alardear de cu¨¢n preciado es uno invita a peticiones desmedidas.
Y el mejor estratega de la historia r...
S¨¢nchez es reh¨¦n de Puigdemont y le puede suceder como al joven Julio C¨¦sar cuando fue capturado por unos piratas en las islas griegas. Sus captores pidieron 20 talentos de rescate, pero el futuro emperador les dijo que, por lo menos, ¨¦l val¨ªa 50. El quiz¨¢s mejor estratega militar de la historia no pudo usar peor t¨¢ctica de negociaci¨®n: alardear de cu¨¢n preciado es uno invita a peticiones desmedidas.
Y el mejor estratega de la historia reciente de Espa?a, S¨¢nchez, ha repetido el funesto error cesarista. Desde la noche del 23-J, m¨²ltiples voces socialistas han subrayado el valor supremo de reeditar el Gobierno progresista, ¨²nico garante de los avances sociales y de la mism¨ªsima democracia frente a una derecha b¨¢rbara. Es nosotros o el caos. Con lo que, razonan los ¡°piratas¡±, si se trata de salvar a la naci¨®n (que adem¨¢s no es la suya), el precio debe ser alt¨ªsimo.
Pero ?no es exagerado comparar la negociaci¨®n de la investidura con un secuestro? Hay diferencias, pero tambi¨¦n dos semejanzas notables. Mientras las discusiones para formar Gobierno en los pa¨ªses de nuestro entorno se llevan a cabo, discretamente o con luz o taqu¨ªgrafos, entre los partidos involucrados, aqu¨ª se hace a trav¨¦s de intermediarios, en hoteles rec¨®nditos de ciudades dispares. Como en los secuestros.
Y tanto un rapto como esta negociaci¨®n son lo que los economistas llaman un monopolio bilateral. Solo hay un comprador del reh¨¦n (su familia o, aqu¨ª, el PSOE) y un vendedor (los secuestradores o Junts).
Seg¨²n la ensayista Megan McArdle, en estos casos solo importan dos variables. Primero, lo loco que parezcas. Dar la impresi¨®n de que, en cualquier momento, te tiras por el barranco. Y en esto gana Puigdemont. Pero, curiosamente, parte de su entorno est¨¢ haci¨¦ndole un flaco favor, enfatizando justo lo contrario: que es un l¨ªder muy sensato.
Segundo, la capacidad para pagar. Los parientes del secuestrado deben se?alar que su fortuna es muy modesta. Y aqu¨ª tambi¨¦n el grupo alrededor de S¨¢nchez se est¨¢ autosaboteando, dejando caer que la amnist¨ªa (y m¨¢s) es un precio aceptable, y menospreciando las voces m¨¢s ¨²tiles para sus intereses: quienes dicen que la familia socialista no puede pagar eso sin arruinarse.
Veremos qu¨¦ suceder¨¢. Lo de C¨¦sar es conocido: tras pagar el rescate y ser liberado, organiz¨® una gran flota para perseguir a los piratas y los crucific¨®.