Tres dioses
Uno se pregunta cu¨¢ndo el gran caudal de belleza, sabidur¨ªa y amor que contienen los libros sagrados se convirti¨® en un manantial de maldad y de odio inagotables
En la ciudad de Hebr¨®n se hallan las tumbas de los patriarcas. Seg¨²n la tradici¨®n, all¨ª est¨¢n enterrados Abraham y sus descendientes Isaac y Jacob, en los que confluyen los creyentes de las tres religiones monote¨ªstas. El santuario es a la vez mezquita, sinagoga e iglesia cristiana y all¨ª por riguroso orden los musulmanes rezan a Al¨¢ los viernes, los jud¨ªos imploran a Yahv¨¦ los s¨¢bados y los cristianos veneran a Dios los domingos. As¨ª suced¨ªa, al menos, aquella vez que pas¨¦ por esa ciudad de ...
En la ciudad de Hebr¨®n se hallan las tumbas de los patriarcas. Seg¨²n la tradici¨®n, all¨ª est¨¢n enterrados Abraham y sus descendientes Isaac y Jacob, en los que confluyen los creyentes de las tres religiones monote¨ªstas. El santuario es a la vez mezquita, sinagoga e iglesia cristiana y all¨ª por riguroso orden los musulmanes rezan a Al¨¢ los viernes, los jud¨ªos imploran a Yahv¨¦ los s¨¢bados y los cristianos veneran a Dios los domingos. As¨ª suced¨ªa, al menos, aquella vez que pas¨¦ por esa ciudad de Cisjordania. Ignoro si ha saltado todo por los aires. El im¨¢n le¨ªa textos de gran belleza extra¨ªdos del Cor¨¢n; el rabino comentaba fragmentos del Antiguo Testamento llenos de sabidur¨ªa y los curas predicaban el amor al pr¨®jimo, seg¨²n consta en el Evangelio. Frente a ese santuario compartido se extend¨ªa el zoco en el que los creyentes de las tres religiones compart¨ªan tambi¨¦n los alimentos, las frutas y verduras bajo el nudo arom¨¢tico que formaban en el aire las tres especias, el or¨¦gano, la canela y el romero. Seg¨²n su religi¨®n, cada cual cumpl¨ªa las reglas diet¨¦ticas del cuerpo despu¨¦s de haber alimentado el esp¨ªritu. Uno se pregunta cu¨¢ndo el gran caudal de belleza, sabidur¨ªa y amor que contienen los libros sagrados se convirti¨® en un manantial de maldad y de odio inagotables. Fue cuando los tres dioses monote¨ªstas cebados con p¨®lvora y dinamita se encarnaron en el cerebro perverso de unos servidores fan¨¢ticos. As¨ª se inici¨® una pelea a muerte entre ellos que ha terminado en esta guerra de Palestina servida como un espect¨¢culo de exterminio en cada telediario. En medio de una violencia m¨¢s all¨¢ del horror, se nos invita a tomar partido frente al abominable terrorismo de Ham¨¢s y la venganza de la m¨¢quina militar de Israel amparada por Estados Unidos. A fin de cuentas, solo se trata de saber cu¨¢l de los tres dioses le parece a uno el menos cruel. Esta es la cuesti¨®n.