Evitar dos escaladas a la vez
Solo faltar¨ªa ahora que Xi Jinping aprovechara la oportunidad de las dos guerras en marcha para atacar a Taiw¨¢n
Desde el final de la Guerra Fr¨ªa, Estados Unidos ha pretendido tener todo a punto para librar y ganar dos guerras a la vez en territorios distantes. De pronto, con Joe Biden ha aparecido una nueva necesidad, sin doctrina militar que la acompa?e, y es que la primera superpotencia debe evitar a la vez que las dos guerras devastadoras actualmente en marcha se conviertan en conflictos desbordados en los que incluso el uso del arma nuclear pueda llegar a estar en juego.
El veterano pol¨ªtico que es Joe Biden se ha revelad...
Desde el final de la Guerra Fr¨ªa, Estados Unidos ha pretendido tener todo a punto para librar y ganar dos guerras a la vez en territorios distantes. De pronto, con Joe Biden ha aparecido una nueva necesidad, sin doctrina militar que la acompa?e, y es que la primera superpotencia debe evitar a la vez que las dos guerras devastadoras actualmente en marcha se conviertan en conflictos desbordados en los que incluso el uso del arma nuclear pueda llegar a estar en juego.
El veterano pol¨ªtico que es Joe Biden se ha revelado hasta un manitas en este ejercicio tan comprometido, en el que hay que combinar la solidaridad con los amigos y aliados, incluyendo el suministro de armas y la movilizaci¨®n de soldados, buques y aviones, con la prudencia y la retenci¨®n para evitar que las contiendas localizadas se descontrolen y desencadenen el peligroso mecanismo que caracteriza a la guerra cl¨¢sica, como es la escalada o ascenso a los extremos, cuando cada parte va subiendo la apuesta sin importarle el precio en vidas y destrucci¨®n.
En los dos casos hay armas nucleares de por medio. Las tiene reconocidas abiertamente y las esgrime Rusia y las tiene tambi¨¦n Israel, que se acoge a una deliberada ambig¨¹edad para conseguir el efecto disuasivo de su posesi¨®n sin reconocerlo. Ambas guerras, la de Ucrania y la de Gaza, tan distintas en casi todo, tienen en com¨²n que la superioridad militar de uno de los contendientes cuenta con un paraguas nuclear que ya no es protector sino ofensivo.
Ah¨ª radica el peligro extremo de la escalada, que en el caso de Gaza podr¨ªa implicar a un r¨¦gimen como el de Ir¨¢n que, como Ham¨¢s y Hezbol¨¢, tiene como principio program¨¢tico la destrucci¨®n de Israel. Se entiende que Israel prefiera que el arma nuclear nunca llegue a estar a disposici¨®n de los ayatolas y, para evitarlo, se dedique a obstaculizarlo con asesinatos de cient¨ªficos, ataques cibern¨¦ticos e incluso planes de bombardeo de las instalaciones.
El rompecabezas estrat¨¦gico es de dif¨ªcil resoluci¨®n para Biden. Sin dejar de apoyar a sus aliados, debe evitar sendos conflictos armados de dimensi¨®n internacional en las dos regiones, justo cuando Estados Unidos se dispon¨ªa a centrar todos sus esfuerzos militares, diplom¨¢ticos y econ¨®micos en atender al expansionismo de China. Solo faltar¨ªa ahora que Xi Jinping aprovechara la oportunidad para atacar a Taiw¨¢n.
El gradualismo y la discreci¨®n son fundamentales para Washington. Se ha comprobado en la paulatina pero siempre positiva respuesta positiva a las demandas de armas por parte de Kiev y en la presi¨®n apenas perceptible sobre el Gobierno israel¨ª para conseguir pausas humanitarias y evitar una invasi¨®n a gran escala de Gaza. El reto en el largo plazo es conseguir la paz y que sea duradera, pero la tarea actual de Biden se concentra en evitar que las dos guerras escalen y se desborden. De momento, por fortuna, lo est¨¢ consiguiendo.