El tiempo huye
No tendr¨ªa inconveniente en seguir el ¡®carpe diem¡¯ de Horacio siempre que ese d¨ªa al que hay que agarrarse se me permitiera fabricarlo a mi gusto
El tiempo huye y no hay forma de pararlo. Horacio en su famosa oda Carpe diem propone a su amante Leuc¨®noe, como soluci¨®n, que no piense en el futuro y que se agarre a los peque?os placeres que la vida le ofrece cada d¨ªa. Esta oda ha sido muy manoseada por todos los vendedores de felicidad al por mayor con sus libros de autoayuda. Pero los verdaderos disc¨ªpulos de Epicuro saben que no todos los ...
El tiempo huye y no hay forma de pararlo. Horacio en su famosa oda Carpe diem propone a su amante Leuc¨®noe, como soluci¨®n, que no piense en el futuro y que se agarre a los peque?os placeres que la vida le ofrece cada d¨ªa. Esta oda ha sido muy manoseada por todos los vendedores de felicidad al por mayor con sus libros de autoayuda. Pero los verdaderos disc¨ªpulos de Epicuro saben que no todos los d¨ªas son buenos para agarrarse a ellos a modo de salvaci¨®n, porque hoy el mundo est¨¢ en poder de los criminales e idiotas, hasta el punto que hay d¨ªas en que Horacio y su novia dar¨ªan lo que fuera por quedarse en la cama. Por mi parte no tendr¨ªa inconveniente en seguir el consejo del poeta latino siempre que ese d¨ªa al que hay que agarrarse se me permitiera fabricarlo a mi gusto. Deber¨ªa ser un d¨ªa de abril, de junio o de septiembre con sus luces y sus frutos correspondientes. Me tendr¨ªa que despertar el canto de los mirlos y durante una agradable somnolencia, despu¨¦s de estirarme como lo hace mi perra, mientras sonaba el concierto de Brandemburgo de Bach, comprobar con grata sorpresa que no me dol¨ªa nada del cuerpo ni del alma. Un sol amoroso de 25 grados me permitir¨ªa pasear junto al mar para sentarme luego a media ma?ana en una terraza a la sombra de los pl¨¢tanos ante una cerveza fr¨ªa y unas aceitunas amargas y leer el peri¨®dico en el que no habr¨ªa noticias de ni?os destrozados por las bombas, ni pol¨ªticos rebuznando. Luego tendr¨ªa una comida divertida con amigos y precisamente ese d¨ªa al caer la tarde se producir¨ªa esa llamada tan deseada. Una voz muy segura por tel¨¦fono me har¨ªa saber que el sue?o que he acariciado durante tanto tiempo por fin se hab¨ªa cumplido. Nunca sabr¨ªa qui¨¦n me hab¨ªa llamado ni de qu¨¦ sue?o se trataba. Y de nuevo en la cama me gustar¨ªa quedar dormido con las gafas ca¨ªdas en la punta de la nariz y unos poemas de Walt Whitman entre las piernas.