El dividendo de los mentirosos
En este mundo, donde cualquier contenido es sospechoso de haber sido manipulado o generado de forma sint¨¦tica. La prueba, como se dice vulgarmente, est¨¢ en el ¡®pudding¡¯
A veces un t¨¦rmino que lleva a?os cultiv¨¢ndose en un entorno exc¨¦ntrico o protegido trasciende su h¨¢bitat natural para acabar en boca de todos. Cuando lo hace, es como si siempre hubiese existido, como la palabra chanante o los tejados que hacen chafl¨¢n. Puede venir de la academia o de un canal de Discord sobre videojuegos coreanos con ocho miembros fijos y dos bots. En este caso, se t...
A veces un t¨¦rmino que lleva a?os cultiv¨¢ndose en un entorno exc¨¦ntrico o protegido trasciende su h¨¢bitat natural para acabar en boca de todos. Cuando lo hace, es como si siempre hubiese existido, como la palabra chanante o los tejados que hacen chafl¨¢n. Puede venir de la academia o de un canal de Discord sobre videojuegos coreanos con ocho miembros fijos y dos bots. En este caso, se trata de un concepto creado en 2018 por Danielle Citron y Bobby Chesney en la Berkeley School of Law. Describe la ventaja que tiene el jugador deshonesto cuando trabaja en un entorno saturado de desinformaci¨®n.
La habilidad de capturar audio y video de acontecimientos reales de forma inconspicua con algo que llevamos siempre en el bolsillo ha permitido que cualquier persona se convierta en una fuente de informaci¨®n, pero tambi¨¦n en el medio que lo distribuye. La camarera que captura con su c¨¢mara a un primer ministro manoseando a una compa?era o graba una conversaci¨®n comprometida en el ba?o de un hotel ya no necesita convencer a un periodista de su importancia o luchar para que nadie censure su publicaci¨®n. Las redes sociales permiten compartir cualquier contenido sin esperar que sea valorado, verificado o censurado por profesionales. Consecuentemente, la red est¨¢ inundada de contenidos sensibles no verificados.
¡°Imagina un video del primer ministro de Israel en una conversaci¨®n privada revelando un plan para llevar a cabo una serie de asesinatos pol¨ªticos en Teher¨¢n ¨Describen Citron y Chesney en 2019¨D. O un audio de funcionarios iran¨ªes planificando una operaci¨®n encubierta para matar a l¨ªderes sun¨ªes en una provincia espec¨ªfica de Irak. O un video de un general estadounidense en Afganist¨¢n quemando un Cor¨¢n¡±. Ser¨ªan contenidos muy susceptibles de incitar violencia. ¡°Ahora imagina que estas grabaciones podr¨ªan ser falsificadas utilizando herramientas disponibles para casi cualquier persona con una computadora port¨¢til y acceso a internet, y que las falsificaciones resultantes son tan convincentes que son imposibles de distinguir de la realidad¡±.
Ya vivimos en ese mundo. El entorno que hizo posibles millones de denuncias an¨®nimas y movimientos como el Me Too est¨¢ saturado de contenidos generados por inteligencia artificial. En este mundo, donde cualquier contenido es sospechoso de haber sido manipulado o generado de forma sint¨¦tica. La prueba, como se dice vulgarmente, est¨¢ en el pudding.
Hay pol¨ªticos negando la legitimidad de v¨ªdeos incriminatorios, grabados por sus v¨ªctimas, recopilados por abogados, organizaciones de derechos humanos y periodistas de investigaci¨®n. Rusia e Israel niegan el material de corresponsables enviados a Ucrania y Gaza por cabeceras de prestigio. Elon Musk declar¨® en juicio que un video en el que dice que hay dos modelos de Tesla capaces de conducir de forma aut¨®noma es un deep fake. La grabaci¨®n es de una conversaci¨®n que tuvo con los periodistas Walt Mossberg y Kara Swisher delante de cientos de personas como parte del programa de la Code Conference de 2016 en Los ?ngeles.
El dividendo de los mentirosos es la habilidad de poner en crisis la legitimidad de cualquier prueba de su mala conducta, incluyendo ¨Do especialmente¨D las que son m¨¢s verdad.