Advertencia a Milei
La huelga general y su propia debilidad parlamentaria demuestran que los cambios radicales que promueve el presidente argentino no pueden hacerse sin consenso
El presidente argentino, Javier Milei, recibi¨® el mi¨¦rcoles la primera advertencia de la calle. Una huelga general convocada por la central sindical mayoritaria, la Confederaci¨®n General del Trabajo (CGT), rechaz¨® el plan de recortes del pol¨ªtico ultraliberal con marchas en las principales ciudades del pa¨ªs. Solo en Buenos Aires, se sumaron decenas de miles de personas y el seguimiento del paro rond¨® el 80% de los afiliados al sindicato (unos cinco millones) a escala nacional, seg¨²n los organizadores. Si bien la movilizaci¨®n no lleg¨® a paralizar el pa¨ªs en pleno verano austral, los trabajadores argentinos y una multitud de opositores lanzaron al Gobierno, que despreci¨® la protesta, un claro mensaje de repudio al desmantelamiento del Estado y de los servicios p¨²blicos que persigue el mandatario.
Tras poco m¨¢s de un mes al frente del Ejecutivo y despu¨¦s de imponer cientos de medidas a trav¨¦s de un megadecreto que elimina decenas de controles estatales y habilita la privatizaci¨®n de empresas, Milei no ha aparcado del todo su agenda, pero ya se ha visto abocado a negociar. Mientras los manifestantes cantaban ¡°la patria no se vende¡± frente a la sede del Congreso, el poder legislativo se dispon¨ªa a comenzar los tr¨¢mites de la llamada ley ¨®mnibus, un proyecto que busca recortar y modificar a fondo la estructura pol¨ªtica, econ¨®mica y social. El oficialismo se avino, por ejemplo, a revisar la pol¨¦mica delegaci¨®n de facultades extraordinarias al Gobierno y logr¨® el apoyo de parte de la oposici¨®n para validar el dictamen de la ley, un paso crucial para seguir con el tr¨¢mite parlamentario.
Todav¨ªa es dif¨ªcil predecir qu¨¦ ley saldr¨¢ del Congreso, puesto que la coalici¨®n en el poder, una alianza entre la ultraderecha y los neoliberales del expresidente Mauricio Macri, no cuenta con mayor¨ªa en ninguna de las dos C¨¢maras. Sin embargo, habr¨¢ que esperar los pr¨®ximos pasos de Milei para valorar el alcance real de su declaraci¨®n de intenciones. Los argentinos viven asfixiados por una inflaci¨®n galopante que en 2023 alcanz¨® el 211,4% y en diciembre escal¨® un 25,5%. El pa¨ªs no necesita, con estas premisas, un golpe a la arquitectura institucional ni m¨¢s incertidumbre o experimentos que ¨¦l mismo calific¨® de ¡°anarcocapitalistas¡±.
No cabe duda de que Argentina necesita, para afrontar la crisis, dise?ar un ambicioso paquete de reformas, incluso profundas, pero un asalto al poder institucional y a los consensos democr¨¢ticos contribuir¨ªa a agravar la emergencia econ¨®mica y partir¨ªa en dos a la sociedad. Milei no solo tiene que escuchar a la calle, sino que, como presidente de todos, est¨¢ obligado a negociar y pactar las medidas de mayor calado que supongan cambios estructurales. Lo primero y urgente es gobernar. Har¨ªa bien pues el presidente en aparcar la demagogia y el tono incendiario de su discurso y asumir que ha llegado el momento de la realpolitik.
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