M¨¢s sobre el MIR
Los lectores escriben sobre los m¨¦dicos residentes, el cambio clim¨¢tico, la ¨®pera ¡®La pasajera¡¯ y la burbuja del turismo
Como extutor cr¨®nico del MIR de Medicina Interna en el hospital La Paz he le¨ªdo con pasi¨®n e inquietud el magn¨ªfico reportaje sobre la vida del MIR actual. A la sobrecarga asistencial descrita (urgencias, hospitalizaci¨®n, consultas) es necesario a?adir la participaci¨®n activa del MIR en el programa de docencia de cada especialidad (presentar sesiones cl¨ªnicas y seminarios), llevar comunicaciones a congresos m¨¦dicos, ...
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Como extutor cr¨®nico del MIR de Medicina Interna en el hospital La Paz he le¨ªdo con pasi¨®n e inquietud el magn¨ªfico reportaje sobre la vida del MIR actual. A la sobrecarga asistencial descrita (urgencias, hospitalizaci¨®n, consultas) es necesario a?adir la participaci¨®n activa del MIR en el programa de docencia de cada especialidad (presentar sesiones cl¨ªnicas y seminarios), llevar comunicaciones a congresos m¨¦dicos, y realizar publicaciones cient¨ªficas durante la residencia. El viejo MIR, que naci¨® en Espa?a en 1963 en el Hospital General de Asturias, representa una de las claves del ¨¦xito de la medicina p¨²blica en nuestro pa¨ªs. Ha resistido a la fuerza arrolladora del tiempo y ha transformado la medicina emp¨ªrica en medicina cient¨ªfica. Pero ?cuidado!, hoy el mayor riesgo del sistema es su transferencia a las comunidades, con p¨¦rdida de la equidad en la selecci¨®n, formaci¨®n y oportunidades, y su repercusi¨®n en el cuidado de los enfermos.
Francisco Javier Barbado Hern¨¢ndez. Madrid
Cambio clim¨¢tico
¡°Al mal tiempo, buena cara¡±. La acepci¨®n negativa de la climatolog¨ªa cuando llueve, hace fr¨ªo o viento, o nieva en la temporada que le toca, deber¨ªa dejar de estar de moda, y quiz¨¢ ser¨ªa interesante reflexionar sobre cuando decimos ¡°qu¨¦ buen tiempo hace¡± si tenemos 30 grados en un mes de marzo, al que no le corresponde en absoluto esa temperatura. Pues bien, a m¨ª me gusta el mal tiempo, que permite que nuestras reservas de agua sean suficientes en verano y que podamos resistir temporadas de sequ¨ªa. Porque el buen tiempo, tambi¨¦n puede ser lluvia.
Raquel Quir¨®s Lebr¨®n. Madrid
Pasajeros del tiempo
He tenido la suerte de asistir a la representaci¨®n de La pasajera, de Weinberg, en el Teatro Real. Mientras se exhib¨ªa genialmente el sufrimiento de las v¨ªctimas del Holocausto y la insensibilidad inhumana de los verdugos, me acosaban las im¨¢genes de la masacre en Gaza y las que suscita el informe de la Comisi¨®n Ciudadana en las residencias de Madrid durante la pandemia. Una empingorotada espectadora se aburre a mi lado (¡°?Vaya rollo!¡±, exclama), y enseguida le atribuyo, osado, una adscripci¨®n ideol¨®gica. Y concluyo que, pasajeros del tiempo, si la memoria de los cr¨ªmenes del pasado no nos lleva a condenar los del presente, es nuestro destino sufrir los del futuro.
Jos¨¦ Carlos Herrero Yuste. Legan¨¦s (Madrid)
Burbuja hostelera
La calle se llena de bares y terrazas repletas de gente. Turistas y no turistas, for¨¢neos y aut¨®ctonos, atra¨ªdos por la diversi¨®n, invaden el espacio p¨²blico y en algunos casos hasta el privado. Planea una sensaci¨®n colectiva, me parece, de que si no sales como que te est¨¢s perdiendo algo irrepetible. Quedarse en casa se vive m¨¢s como un fracaso personal que como una opci¨®n loable, porque si no no se explica este ingente gent¨ªo que lo colapsa todo a todas horas. Ya anunciaron que tras la pandemia se producir¨ªa una explosi¨®n callejera, ?pero tanta? ?Qu¨¦ hast¨ªo! Y me pregunto cu¨¢nto tiempo tardar¨¢ en explotar esta burbuja hostelera que ahora nos entretiene y en qu¨¦ se reconvertir¨¢n los bares vac¨ªos que hoy llenan la calle.
Gonzalo de Miguel Renedo. Logro?o